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Revista Humanismo y Cambio Social. Número 8. Año 4. Julio - Diciembre 2016 Pág. 93-102
Arte náhuat-pipil / De la tipología al posesivo
Rafael Lara-Martínez
Sin asombro, la frase nal de la oración (0) —
ne et kutiiilti-ket— sólo pluraliza el adjetivo,
“el frijol negros”, convención paralela a la
inglesa que sólo lo extendería al sustantivo,
the red beans, “el rojo frijoles”. La misma
norma la rigen los números —único plural—
que se le aplican a las unidades de tiempo:
yeey metsti, “tres mes/luna”; chikwasen
xiwit, “seis año. Nótese además la homofonía
del plural en el adjetivo con la del verbo en
pretérito: -ket en ambos.
Por correferencia, el singular genérico del
sustantivo lo replica el índice de objeto
que evita usar el plural. De tal suerte, a las
oraciones “los frijoles rojos, los sembramos;
the red beans, we plant them”, el náhuat-pipil
replica literalmente: “we plant it, the red-s
bean; lo sembramos, el rojos frijol”, donde
la pluralidad de lo cultivado sólo la marca
el adjetivo, como en (0) y (1). Se establecería
un continuo de la redundancia cohesiva
o la concordancia castellana —el género
y número marcado cuatro veces (artículo,
adjetivo, sustantivo y pronombre de objeto)—
a la economía inglesa —número marcado
dos ocasiones (sustantivo y pronombre de
objeto)— hasta la híper-economía náhuat-
pipil, número en una ocasión única (adjetivo).
Por ación musical, el náhuat-pipil calicaría
como lengua minimalista posmoderna a cuya
marcación única del número se añade la del
tiempo-modo-aspecto (TAM) en uno solo de
los verbos en serie.
En breve, aplicando el postulado de
economía nocional, el plural náhuat-
pipil tiende a marcarse una sola vez en
la frase nominal —adjetivo y numeral de
preferencia— así como favorece el uso del
singular genérico. Este cualidad se extiende
al índice de objeto obligatorio en el verbo
transitivo. A la concordancia castellana
redundante se contrapone el ahorro
disonante en el enunciado de los términos
lógico-gramaticales, tal cual (5).
(5) ø-ki-pia-t mi(y)ak ka ø-kin-teki-maka-t ne
Tepewa
él/ella-lo/a-tener-plural mucho relacional
él/ella-lo/as-trabajo/cargo-dar-plural
artículo Tepehua
Los Tepehuas tienen muchos (animales) a
quienes les-otorgan-trabajo/los dirigen =
lo tienen mucho que los-dirigen/les-dan-
trabajo los Tepehuas
(donde la disonancia —el objeto singular
del primer verbo y el plural del segundo—
la resuelve la economía nocional. Queda
pendiente el doble sentido de la palabra
Tepehua; tepe-hua, “cerro/monte-dueño”,
donde tepeua, “caer, estar esparcido,
desparramar”; tepeui, “caerse de las hojas
de los árboles o esparcirse y derramarse”
(Karttunen, 229), disemi-nación en el sentido
derridiano; tepeewa, “amontonar”, tepeewi,
“abundar” (Campbell, 496-7; cf. tepee-t,
“cerro”); y te-peua, “ gente-vender, someter,
sojuzgar”).
Hibridez aritmética.
Seguramente, esta peculiaridad deriva de un
atributo del sustantivo analizado, a saber, su
índole inanimada (esta regla no se aplica en
otros relatos del libro, a plural generalizado,
quizás por inuencia castellana). Según
las gramáticas clásicas, lo inanimado carece
de plural: naawpual taria, “veinte/ochenta
(4x5/4x20) tarea(s)” (véase: puwal, “cinco
mazorcas”, Campbell, 408 y Schultze-Jena,
Gramática, 2014: 39). La marca exclusiva la
señala el adjetivo o el numeral que oscila
del sistema quintesimal (base 5) al vigesimal
(base 20): “cuatro manos/cuentas de…”;
ume/yeey i-mey tunal, “diez (2x5)/quince
(3X5) días; dos/tres su-mano día”. El uso
de i-mey evita la ambigüedad de pu(w)al,
“cuenta”: tajku-pual tunal, “diez (20/2) días;
mitad-cuenta día”. Por tanto, se deduce la
siguiente fórmula que compendia una clásica
diferencia fregeana (Frege, 49 y ss.) entre
los múltiples sentidos y la única referencia
(10): 2x5 (ume i-mey) = 20/2 (tajku-pual) =
10 (maj-tacti, mano (5)-busto (2)). El mismo
dígito exclusivo sucede a veces con lo animal,
cuyo plural no lo marca el sustantivo: naawi