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René Ismael García
Omar Cabezas:
La montaña es
algo más que una
inmensa estepa
verde
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OMAR CABEZAS: La montaña es algo más que una inmensa estepa verde
Revista Humanismo y Cambio Social. Número 10. Año 4. Julio-Diciembre 2017 Pág 144-149
L
a expresión del comandante en jefe Carlos Fonseca Amador, que
precede a esta reseña del libro: La montaña es algo más que una
inmensa estepa verde, del comandante Omar Cabezas, sintetiza lo
que el Che dijera en un momento: “La cualidad más linda de un revolucionario
es ser capaz de sentir en lo más hondo cualquier injusticia realizada contra
cualquiera en cualquier parte del mundo”. Fue como una semilla sembrada
por Carlos y el Che, que forjó al comandante Omar Cabezas.
Precisamente, eso es lo que acontece en toda aquella persona que se
involucra en ese recorrido de esta ruta histórica y testimonial de la “plática”
entre Omar y los lectores revolucionarios y no revolucionarios, en el
aprendizaje de lo que es una revolución.
Es difícil hacer una “parada del tren” en que nos conduce para destacar
que lo básico, lo fundamental, lo relevante, lo chistoso, lo ameno de este
testimonio revolucionario.
¿Cómo participar en esta plática, para reconocer en toda su dimensión la
enseñanza-aprendizaje sobre los valores como la dignidad, el respeto, la
mística resultantes, todos de esta práxis revolucionaria?
René Ismael García Medina
Docente Departamento de Psicología
Fac. de Humanidades y Ciencias Jurídicas
UNAN-Managua
https://orcid.org/0000-0002-2463-3334
renegmedina@yahoo.com
“Un revolucionario sabe que esté donde esté,
siempre que luche por la humanidad,
estará cumpliendo su deber
CARLOS FONSECA AMADOR
Omar Cabezas:
La montaña es
algo más que una
inmensa estepa
verde
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Todos los Derechos Reservados.
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René Ismael García
Si se pudiera empezar a reseñar la gesta en la que se involucra Omar a través
de su obra, quizás habría que destacar cómo se equilibra dialécticamente su
miedo al asumir mayores responsabilidades dentro de Frente Sandinista con
su convicción apasionada de joven estudiante revolucionario anti somocista
mediante su participación en el FER (Frente Estudiantil Revolucionario),
órgano estudiantil del FSLN dentro del movimiento estudiantil y su brazo
gremial, el CUUN (Centro Universitario de la Universidad Nacional, hoy
UNEN) cuando dice: “Un día viene Juan José [Juan José Quezada, héroe de
Nandaime en 1973] y me dice: “Flaco mirá…este…¿estarías vos dispuesto
a adquirir un compromiso mayor con el pueblo y con la organización? ¡La
sangre Cristo! - Pensé yo por dentro- ya sé qué es esta mierda, ya sé por
dónde viene este hombre”.
Por otro lado, la intensidad de dicho testimonio es tal, que hasta se toma
el aliento de quien lo lee y escucha, como dice una canción de un grupo
noruego, llamada “Hasta el aliento te llevaste” con la conducción que nos
hace atravesar no solo la historia de su vida, sino también la historia de León,
la ciudad universitaria, con algunos símbolos y personajes que le han dado
trascendencia allende los mares de Nicaragua.
En la UNAN el capi Prío de quien muchas generaciones de estudiantes
fueron diletantes de sus jugosos sorbetes (helados), las playas de Poneloya
cuando con la gata Munguía y Leonel Rugama, “sonrojaron a las muchachas
burguesas” sacándoles las "lenguas" y en un juego de miradas con estas
hacían su recorrido muy propio de jóvenes enamorados de la vida y la mujer.
Envidia sana que podría causar a cualquier joven por ese disfrute vivido por
estos revolucionarios en el fragor de su entrega a la causa de la revolución,
en busca del hombre nuevo del cual hablaba Tello (René Tejada), quien en
su afán por mostrarles a ese hombre nuevo a través de la rigurosidad del
entrenamiento militar hasta en cierta medida brutal y extremadamente rudo,
por la necesidad de forjar en esa disciplina a los guerrilleros que el fragor de
la lucha de liberación saben de la posibilidad de entregar sus vidas.
Ese hombre nuevo, luego de una especie de “rebelión” por parte del grupo
que él, Tello, entrenaba cuando según (Omar) “se da cuenta que por ahí
no vamos nosotros, que estamos encachimbados, que estamos armados y
nos está tratando como niños” luego se aparta un momento –Tello- andaba
René Vivas con él, que igual que nosotros se venía cayendo por el peso
del maíz. Allá al rato vuelve con nosotros y nos dice: “Compañeros, han
oído hablar del hombre nuevo… ¿Y ustedes saben dónde está el hombre
nuevo? El hombre nuevo está en el futuro, pues en el que queremos formar
con la nueva sociedad cuando triunfe la revolución, y nos quedó viendo…
no hermanos, dice ¿Saben dónde está…? Está allá en el borde de ese cerro
que estamos subiendo…está allá, agárrenlo, encuéntrenlo, búsquenlo,
consíganlo. El hombre nuevo está más allá del cansancio de las personas.
El hombre nuevo está más allá de donde está el hombre normal. El hombre
nuevo está más allá del cansancio de los pulmones. El hombre nuevo está
más allá del hambre, más allá de la lluvia, más allá de los zancudos, más allá
de la soledad”.
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OMAR CABEZAS: La montaña es algo más que una inmensa estepa verde
Revista Humanismo y Cambio Social. Número 10. Año 4. Julio-Diciembre 2017 Pág 144-149
Hasta aquí aparece una hermosa lección que inclusive en estos tiempos
sigue vigente como un legado para quien tenga amor, respeto y solidaridad
para la humanidad.
Hay una propuesta a destacar en este diálogo, que pudiera generar una
discusión profunda y algunas polémicas, en respuesta que se dan él y el
resto de guerrilleros al exponer… “Que para ser el hombre nuevo, nosotros
tenemos que pasar por un montón de penalidades, para matar al hombre
viejo y que vaya naciendo el hombre nuevo”…y también como dijo el Ché:
“El hombre que da más a los hombres que lo que el hombre normal puede
dar a los hombres, pero a costa de sacricios, a costa de la destrucción de
sus taras, de sus vicios”.
¿Dónde está la posible polémica?, quizás en la siguiente pregunta. Para
que nazca el hombre nuevo, ¿qué taras, qué vicios, qué penalidades hay
que pasar en la sociedad capitalista, moderna pletórica de egoísmo, supra
individualismo, alienante en extremo?
De manera coloquial el autor resuelve esta polémica a la arrechura y a la
alegría de ver al padre de la resistencia urbana Julio Buitrago enfrentar a
todo el poderío militar de la guardia nacional somocista, con tanques,
aviones, soldados con fusil, él solo como Leónidas el de las Termópilas
muriendo, para seguir viviendo para la liberación de su patria, el conicto a
que se ven sometidos para comer, porque matan a un mono Congo y al verlo
herido de muerte ven en este a un niño que casi les implora por su vida, pero
concluyen decidiendo por resolver su hambre, obviando el pensamiento de
culpabilidad al proceder a comérselo.
Es esta obra, como en toda la obra humana no falta el amor de dos, Omar nos
abre esa puerta, su puerta al referirse a la Claudia, la mamá de su hija, quien
allí en el frío de la montaña le envía el mensaje en donde da por terminada
la relación. Sin embargo Omar, con su terquedad antepone la relación, por
su pacto con el pueblo. Porque los amores van y vienen, en tanto el amor a
la patria, a los campesinos, a los obreros están para quedarse por siempre,
cuando de verdad se es revolucionario.
A manera de conclusión, se podría tomar lo que en la parte nal de su obra,
Omar nos enlaza luego de que él logra este enlace con Sandino a través de
don Leandro en el siguiente diálogo entre ellos: “Al despedirnos yo le di la
mano, recuerdo que apreté fuerte su mano con mis dos manos y le dije: «Ahí
nos vamos a estar viendo». Y entonces él me respondió: «Sí, yo ya estoy
viejo, pero acuérdese que ahí están los muchachos».
Mejor forma de despedida que esta no hay porque ahí está Sandino, Carlos
Fonseca, los héroes y mártires de todas las luchas de los mejores hombres
de Nicaragua.
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René Ismael García
Biografía del autor
OMAR CABEZAS
Omar Cabezas Lacayo nace en León, Nicaragua, en 1950. De su juventud
se resalta que fue un destacado dirigente estudiantil universitario del Frente
Estudiantil Revolucionario (FER), organización política estudiantil del Frente
Sandinista de Liberación Nacional en los años 60 y 70.
Participó en diferentes acciones guerrilleras en el llamado Frente Norte Carlos
Fonseca Amador. En 1974 abandonó la vida pública para trasladarse a la
montaña, las guerrillas del FSLN. De 1975 a 1976 dirige zonas rurales en el
Departamento de Estelí para promover integración voluntaria de campesinos
a la guerrilla de dicha zona, ahí dirige campamentos guerrilleros.
Durante la ofensiva nal que lidera el Frente Sandinista se integra en el Frente
Norte Carlos Fonseca Amador y participa en las tres tomas de la ciudad de
Estelí en los años 1978 y en la insurrección de junio-julio 1979.
Durante el gobierno revolucionario, se le otorga el grado de comandante
guerrillero, también en este período fue miembro de la primera Asamblea
Sandinista y Jefe de la dirección política del Ministerio del Interior (MINT).
El comandante Cabezas, fue delegado por la Dirección Nacional conjunta
del FSLN para atender al Consejo Nacional de Educación Superior (CNES)
conocido actualmente como Consejo Nacional de Universidades (CNU).
Del comandante Cabezas se conocen los siguientes escritos: La montaña
es algo más que una inmensa estepa verde y Canción de amor para los
hombres. Debe destacarse también que fue dirigente comunal, organizó y
dirigió los Comité de Defensa Sandinista (CDS) en 1988 que luego pasaron
a llamarse Movimiento Comunal. Fue Procurador General de Derechos
Humanos (2004-2016).
Su libro «La montaña es algo más que una inmensa estepa verde», fue
galardonado en 1982 con el prestigioso Premio Casa de Las Américas, en
la Habana, Cuba.
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tema central
Experiencia y esperanzas docentes en la educación virtual
Revista Humanismo y Cambio Social. Número 10. Año 4. Julio-Diciembre 2017 Pág 12-19
Arte por Steve Johnson
René Ismael García Medina
Docente Departamento de Psicología
Fac. de Humanidades y Ciencias Jurídicas
UNAN-Managua
https://orcid.org/0000-0002-2463-3334
renegmedina@yahoo.com