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tema central
Itzel García de Jesús
Introducción
L
a construcción de la nación en los países del Caribe es resultado de un proceso histórico
que se diferencia notablemente de los países de América Latina. Al sobrepasar el
periodo de independencias en el siglo XIX, los gobiernos y las sociedades caribeñas
emprendieron una búsqueda para la construcción de su identidad nacional enfrentados a una
política de intervención directa y ocupación militar por parte de Estados Unidos durante el siglo
XX. Uno de estos casos es República Dominicana que, después de las diversas incursiones
estadounidenses en su territorio, inició la recuperación de elementos culturales que fueran
considerados representativos de una identidad dominicana, y con ello emprendió la manufactura
de un proceso de creación de “lo propio”. De esa manera también se hacía frente a la imposición
de ideales y representaciones extranjeras y de proyecciones sociales no deseados, como el
caso de “el negro” haitiano.
A pesar de que en la primera mitad del siglo XX, durante la dictadura de Leónidas Trujillo, se
emprendió una política de blanqueamiento físico y cultural (poniendo el esfuerzo de eliminar
la raíz afro del país, a través de la limpieza racial, la prohibición de cierto tipo de música o de
algunas creencias religiosas)
1
, no se logró detener la producción de materiales, como el arte
visual, en donde se plasmó la realidad dominicana y se incluyeron aspectos prohibidos por el
gobierno, como la visibilización de la población afro dentro de República Dominicana.
Este trabajo se enfoca en una reexión sobre la importancia de la representación de “lo afro”
2
–como parte de la identidad dominicana– en los cuadros de Celeste Woss y Gil (1890-1985)
3
y de
Jaime Colson (1901-1975)
4
, en los que se identica al arte como parte del proceso de resistencia
para la construcción de lo nacional de República Dominicana.
El arte pictórico de ambos artistas tiene como base la relación de su producción y el contexto
histórico en el que vivieron, de tal manera, las experiencias que penetraron la interpretación de
su realidad les permitieron hacer un frente, tan sutil a los ojos de quienes estaban a favor del
régimen, que lograron producir obras con gran trascendencia estética e histórica dentro del país
y de la región caribeña. Las cuatro obras expuestas son muestras claves para comprender, en un
periodo de 1938 a 1963, por una parte, el ejercicio del racismo hacia la población afro promovido
por un plan de gobierno y, por otra, la necesidad de evidenciar la composición social plena del
país.
Para comprender con mayor amplitud lo mencionado, el texto se dividirá en cuatro partes. En un
primer momento se presentará a grandes rasgos la construcción de la imagen de lo negro dentro
de República Dominicana, aspecto que provocó la negación de una población sumamente
mayoritaria e importante en términos culturales y económicos para el país. Posteriormente
se dará una breve semblanza del arte durante el siglo XX con relación al contexto histórico.
Finalmente se hablarán de dos artistas nacionalmente reconocidos por su producción plástica y
la vinculación de sus obras con la resistencia a la discriminación de lo afro, reejado dentro de
la estética de la pintura.
1 El dictador dominicano realizo diversas campañas políticas que tenían como objetivo eliminar a la población haitiana que, según su discurso, impedían el desarrollo y la civilización
del país. Esto contribuyó a crear medidas de seguridad nacional específicas. De acuerdo con Juan R. Valdez (2010), “Según Arturo Peña Batlle, historiador, jefe de la policía nacional,
y uno de los arquitectos de esta ideología, el principal objetivo de Trujillo era fundir en una masa unificada y homogénea lo que se consideraba como ‘la esencia dispersa y confusa
de la nacionalidad dominicana’. Peña Batlle planteó que el contacto con grupos indeseables, especialmente el contacto con los haitianos, constituía una forma de contaminación
que exigía, por parte de los dominicanos, la construcción de barreras legales y sociales” (pp. 34-35).
2 A lo largo del artículo se hará mención de palabras como “afro” o “lo afro” y el uso de estos términos estará encaminado a reconocer las herencias de las diásporas africanas y
haitianas en el territorio dominicano; es decir que engloba elementos físicos o materiales de la cultura afro.
3 Celeste Woss y Gil (1890-1985), nació en República Dominicana, al ser hija del presidente dominicano Alejandro Woss y Gil, tuvo la oportunidad de asistir a diferentes escuelas
de arte de Cuba y Nueva York. Es considerada la primera artista mujer profesional dominicana y logró exponer en Santiago de Cuba en 1911 y 1912, y en Estados Unidos en 1923;
además, fundó su propia escuela de arte y posteriormente se incorporó a la Escuela Nacional de Bellas Artes en Dominicana. Su obra se caracteriza por retratar características de
la realidad caribeña. (Gómez, 2009,147-160) (Beltre, 2016).
4 Jaime Colson (1901-1975), nació en República Dominicana, hijo de migrantes. Colson estudió en Barcelona, España. Tuvo la oportunidad de trasladarse a Francia, Holanda,
México, Cuba y Venezuela. Es reconocido como uno de los exponentes del arte dominicano, ya que a lo largo de su obra se retratan aspectos de la vida cotidiana del país, además
de la población que habita. (Museo Bellapart, 2008).