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Leonardo Lechado Ríos
No cabe duda que se trata de un contexto funerario, a pesar de no haberse identicado restos
óseos: 1-El tamaño de la fosa (1.65m x 0.58m) se ajusta al tamaño promedio de los individuos
de los pueblos originarios centroamericanos (1.60m); 2: la distribución de los objetos en los
extremos de la fosa, lo que favorece realizar un entierro primario; 3- objetos símbolos de poder,
intencionalmente rotos y depositados indicando muerte o matado de poder.
La ausencia de restos óseos se puede explicar desde los siguientes argumentos:
1. Afectación por condiciones climáticas (alto grado de humedad, composición y acidez del
suelo), que acelera la degradación del material orgánico, los restos óseos no son la excepción.
Esta explicación es la más acertada, si se toman en cuenta otras experiencias sobre
contextos funerarios con este mismo fenómeno, sobre todo en el Caribe centroamericano,
muestra de ellos es el sitio El Cascal de Flor de Pino en Kukra Hill y sitio Limón, en Corinto,
Costa Caribe costarricense.
2. Cabe la posibilidad que los restos óseos hayan sido depositados en la fosa, en forma de
cenizas dentro de las ollitas, podríamos relacionarlo con las ollitas que se recuperaron sobre
los metates. Sin embargo, harían falta estudios para fortalecer esta hipótesis.
A diferencia del sitio Sombrero Negro, en Monkey Point localizado en el litoral caribeño al sur de
Blueelds, se descubrió una osamenta humana de una adulta femenina, depositada en posición
decúbito dorsal con las extremidades inferiores exionadas y las extremidades superiores
extendidas. No presentaba ajuar alguno asociado, únicamente pequeños clastos basálticos
planos que fueron depositados como base del entierro. Las fechas radio-carbónicas datan al
sitio entre 6140 ± 30 BP (Balladares, Gaitán y Lechado, 2014). Lo interesante de esto es que a
pesar de ser la evidencia física humana más antigua del territorio nacional , también es la primera
documentada en concheros del Caribe nicaragüense y probablemente centroamericano, su
conservación se vio favorecida por la matriz sedimentaria conformada por desechos de conchas
y restos quemados que permitieron su calcicación.
Si a todo lo anterior sumamos diversas representaciones identicadas en los petroglifos que
se encuentran en el sitio (chamanes, danzantes, antro-zoomorfos), se inere y fortalece el
planteamiento de que en época temprana en este espacio se practicaban diversas actividades
ceremoniales con rituales funerarios de alta jerarquía. Estudios etnográcos realizados por María
Eugenia Bozzoli, reejan que la muerte de un líder o jefe de la comunidad, es también causa de
alegría por la transición del alma a un plano superior (1977). Ello implica prolongadas ceremonias
(danzas, comidas y bebidas), incluso podría pensarse en algún tipo de tradición tipo Balsería,
asociada al ritual funerario de personajes importantes en este espacio.
Chamanes y danzantes
La variabilidad de motivos documentados en este sitio muestra una cultura que quiso plasmar
diversos aspectos de la naturaleza, prácticas sociales y la relación del ser humano con la
naturaleza en un espacio muy particular. Es muy difícil conocer las ideas y el pensamiento de
las personas que elaboraron esos petroglifos; sin embargo, a través del análisis detallado e
interacción de los componentes del sitio se llega a una aproximación de esas prácticas rituales.
En los petroglifos se pueden identicar elementos de la naturaleza de aquel contexto sistémico,
es decir, antiguo. Se observaron petroglifos con representaciones antropomorfas (caras,
cuerpos, extremidades), zoomorfas (aves, felinos, monos, perros, guardatinajas, peces, reptiles,
arácnidos, serpientes, tortugas, cocodrilos y ranas), tomorfas (ores, árbol cósmico o de la vida),