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Revista Humanismo y Cambio Social. Número 3. Año 2. Abril-Julio 2014
REMONTANDO EL 32:La memoria histórica contra el archivoRafael Lara Martín-ez
Pág. 8-24
noche, lo cual no impidió (nos atenemos
estrictamente al, contenido de las
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se le hicieran entusiastas y nunca vistas
ovaciones.
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y sus acompañantes no han podido llegar
a Santa Ana, en las pocas horas que ahí
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tanto civiles como militares opinaron que
(sin negarle, naturalmente, su carácter de
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regresar cuando se hubiera terminado la
cosecha del café. Es decir, incluyendo la
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principios de marzo. El día cinco a las once,
llegaron a Guatemala, donde el primer
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en qué términos.
En Santa Ana, inmediatamente de la
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presidente.
El Presidente, por humanidad, y para
no estorbar la cosecha del café, no quiso
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recursos que el país pondría en sus manos,
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que se le hicieron durante su velocísima
carrera. Lógico es aceptar que el doctor
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entregó el Gobierno se inspirara en las
mismos sentimientos de humanidad y de
respeto a la cosecha de café y no querrá
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que se organizó en defensa del Presidente
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contrario, faltaría a las intenciones y
propósitos del Presidente que delegó en él
su poder.
Estamos, pues, en una situación
curiosísima, inédita, única hasta hoy en
la historia de El Salvador un gobernante
constitucional popularísimo, ovacionado
como nunca, recibido entusiastamente en
una plaza de tantos recursos como Santa
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la adhesión fervorosa de civiles y militares,
seguro de que todo el país está con él - y
quien, ante un puñado de rebeldes, no
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en una carrera casi vertiginosa, llega a la
capital de Guatemala y – a pedir socorro a
Washington.
Que el lector, si fuere medianamente
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historiados. (léase El Imparcial del cinco
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con las causas verosímiles; que recuerde
la historia y la índole de los salvadoreños;
que piense unos minutos en la psicología
de las revoluciones y rebeliones en
Centroamérica, y en la manera usual:
y obligada de combatirlas, y que vea
si da con la solución del enigma. No
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pronto, advertir que el único miembro del
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el Subsecretario de Gobernación, y el único
militar, el Director de Policía. Aparte de
ellos – y no adivina uno por qué ni para
qué. El Director de la Penitenciaría y el
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menos acompañado. Olvidábamos al
Secretario Particular y al Jefe de Protocolo.
No se necesita ser un lince político para
adivinar las causas de lo sucedido ni para
comprender la verdadera e irremediable
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Debacle, deshielo violento, encierra la
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perdió la grandísima popularidad de que
gozaba; el prestigio de una elección libre,
en la cual, ciento cinco mil votos le dieron
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