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Dr. José Miguel Ayerdis García
Tema Central
se habla de relaciones entre personas, colectivos con intereses disímiles que interactúan unos a
otros y donde las contradicciones aoran. Señala esta autora, que es un esfuerzo multidisciplinar
construir una cultura de paz, ya que debe “trascender los límites de los conictos” [para]
convertirse en una vivencia cotidiana de contextos, como la escuela, el trabajo, la familia” (p.152).
De lo anterior, la ley 985, “Ley para una cultura de diálogo, reconciliación, seguridad, trabajo y paz”,
promulgada por la Asamblea Nacional y aprobada por el Presidente de la República Comandante
Daniel Ortega Saavedra, el 24 de enero de 2019, plantea el reto de asumir la tarea desde nuestros
espacios de trabajo, familia, escuelas y universidades; resolviendo “nuestros desencuentros,
aportando soluciones a la transformación y a la construcción de ambientes saludables, sanos en
la familia y la comunidad, mediante estrategias de promoción de valores” (preámbulo de la ley 985).
Ante la situación de violencia política vivida a partir de abril del pasado año, y la fractura social
causada por el fallido golpe de Estado que afectó de manera signicativa la economía del país
y desgarró el tejido familiar y comunitario, al docente universitario se le exige: abandonar cierta
actitud pasiva, dejando a un lado su papel de espectador, asumiendo un rol de liderazgo dentro de la
comunidad universitaria, en sus diferentes espacios donde interactúa. Por tanto, el docente debe
ver la educación –como dice la autora Hernández Arteaga, et. Al (2017), “desde el concepto de paz
neutra (…) que actúa desde el diálogo, busca el consenso (…) y los acuerdos (…) por ello que requiere
el desarrollo de [un] pensamiento crítico unido a la formación en valores y convivencia” (p.160).
Como se observa, el bien común y el cultivo de una cultura para la paz, convertida en
ley de la República por medio del decreto 985, ofrece el marco jurídico de acción y dene
la política de Estado para los diferentes componentes de la sociedad, de forma que redunde
en acciones que fomenten el diálogo, la reconciliación, la armonía, la seguridad ciudadana, y
el trabajo. Es una ley que busca en primera instancia, restañar las heridas causadas por el
trauma de la violencia extrema que vivió el pueblo nicaragüense entre abril y julio del pasado
año, sentando las bases de una nueva cultura de convivencia y concordia. Como docentes,
debemos de apropiarnos de los ejes, actores y acciones que la ley señala e incorporarlos como
un componente esencial de nuestros contenidos y apoyo intrínseco de la metodología de
enseñanza en nuestra aula de clase. De esta manera se puede construir una pedagogía social
(Rojano Mercado: 2008; 39; Freire; 1983) para la paz y la convivencia desde la Universidad.
Re-pensando estrategias pedagógicas en valores
La experiencia vivida en Nicaragua, Venezuela y otros países, agredidos por el imperialismo
norteamericano, utilizando las redes sociales, como una nueva arma de dominación, y
las posibilidades que el uso tecnológico de los algoritmos encierra, en la llamada guerra de
quinta generación, ha puesto en agenda el tema de los valores, éticos y morales, sustento
clave para caracterizar y/o juzgar el comportamiento individual y colectivo de las personas.
En este sentido, durante el siglo XXI en que nos encontramos, debemos comprender que
las “armas de destrucción masiva” (término militar en uso durante la retórica de guerra fría)
no son aquellas que desde el punto de vista material, destruyen los hábitats humanos, sino
las que de manera furtiva o subliminal, penetran la siquis de las personas, exterminando
sentimientos nobles al pulverizar las estructuras de pensamiento, en medio de un
cuadro desolador de caos que facilita la dominación imperial u otras causas extremas.
La batalla por “las mentes y corazones”, iniciada con el boom del internet y las redes
sociales, conlleva una serie de implicaciones que de manera transversal, cruzan la vida de las
personas y las colectividades. En apariencia, se presenta como una lucha pacíca, pero de