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Etnografía, escritura y experiencias
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Abril - Agosto
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Las nuevas tendencias del movimiento estudiantil...Allan Daniel Martínez
Las nuevas tendencias del movimiento estudiantil en Nicaragua
The new trends of the student movement in Nicaragua
Allan Daniel Martínez Martínez
Docente Departamento de Derecho
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua
ID Orcid: https://orcid.org/0000-0003-3895-745X
amartinezm@unan.edu.ni
Resumen
El presente ensayo hace una reexión sobre el movimiento estudiantil y su dinámica en la sociedad nicaragüense.
Mostrando claramente su participación en la agenda social desde su fundación hasta la actualidad. La tendencia
actual que muestra el movimiento es hacia las acciones de carácter social y ambiental. Muestra a un movimiento
estudiantil participe de la agenda política de país, con actividades cada vez más concretas en los ámbitos sociales
y ambientales. El ensayo combina observación participante, como reexiones teóricas, apostando a una narrativa
crítica reexiva.
Palabras claves: movimiento estudiantil, UNEN, agenda social, antropología política
Abstract
This essay reects on the student movement and its dynamics in Nicaraguan society. Showing clearly your par-
ticipation in the social agenda from its foundation to the present. The current trend shown by the movement is
towards social and environmental actions. It shows a student movement participate in the country’s political agen-
da, with increasingly concrete activities in the social and environmental spheres. The essay combines participant
observation, such as theoretical reections, betting on a reexive critical narrative.
Keywords: student movement, UNEN, social agenda, political anthropology
Recibido: 10-12-2018
Aceptado: 16-04-2019
Introducción
Este ensayo reeja las nuevas tendencias del mov-
imiento estudiantil, tiene como propósito brindar una
reexión argumentativa sobre la posición de nuestra
organización juvenil universitaria. Entendiéndose que
la participación directa de los jóvenes en el movimien-
to responde a una lógica de sentido de pertenencia y
acorde a los nuevos tiempos.
En este ensayo vamos a analizar como el movimien-
to estudiantil ha venido cambiando su posición en la
sociedad, y en la misma universidad, es decir, se en-
tendía el movimiento y la organización misma como
un aparato de luchas y protestas, sin embargo, en la
actualidad se ha congurado, manteniendo los mis-
mos hitos de luchas, pero con una faceta social, de
intervención en crisis, de prevención y acompañami-
ento a la sociedad.
Se aborda desde un análisis teórico-reexivo la
posición de la juventud, debido a que la categoría de
ser joven por misma, es de suma relevancia anal-
izar en la coyuntura político-social de un país, pero,
además, como la categoría de joven universitario se
encuentra inmersa y organizada en un movimiento
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Antropología política: gestión y participación
que tiene una lógica actual en su agenda de retribu-
ción social.
La metodología utilizada para la elaboración de este
ensayo, se basa en análisis bibliográco, y por supuesto
en argumentos observados, -e incluso, de experiencia
personal- por la participación misma en el movimiento
estudiantil.
Es importante, reconocer que el joven por su propia
características de energía social, se vuelve un agente
de cambio, y se considera por muchos autores clásicos
que se vuelve casi vital y necesario la organización del
joven, porque el mismo necesita ser parte de una es-
tructura pero además ser reconocido como una agente
de cambio social, así es que el movimiento en la actu-
alidad responde a una necesidad social del joven por
participar en una agenda de carácter social, cultural y
ecológico.
Acción y Conguración de un movimiento
estudiantil que participe de agena sociales
Al pensar en las expresiones de la política y las mov-
ilizaciones sociales en Nicaragua, como referencia en
América Latina, se hace necesario brindar principal
enfoque en las juventudes, su devenir histórico pero
principalmente su expresión
y producción en la actualidad.
Ciertamente los protagonistas
de luchas, movilizaciones y
organizaciones de protestas e
incluso cambios han sido los
jóvenes.
Por supuesto, la misma histo-
ria señala que Nicaragua ha
estado enmarcada en una lucha de reivindicaciones don-
de la base son las juventudes. Por ejemplo, remontán-
donos a datos de la historia reciente, quienes fundan
al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
fueron jóvenes estudiantes de secundaria y universidad,
que organizados, lograron fecundar una de las grandes
expresiones de movimiento popular en Latinoamérica.
Es así, entonces que 1963, se funda el FSLN, pero antes
de este acto, ocurrió en León en 1959, la masacre es-
tudiantil por parte de Guardia Nacional. Es sin duda, un
hecho que dinamizo la organización y establecimiento
del movimiento estudiantil, partimos del hecho que
una masacre a un sector, en este caso estudiantil logra
agrupar muchos más jóvenes, ligados al movimiento
estudiantil, sea este de secundaria y universidad, por
supuesto con una fuerte conexión con los demás mov-
imientos: obreros, campesinos, trabajadores.
Desde un escenario participativo los jóvenes impulsan
organizaciones de agrupamiento para dinamizar algu-
na actividad y generar cambios en conictos y crisis
sociales.
Como nos indica la historia a nales de los setenta
surge el triunfo de la revolución popular sandinista,
luego la contra revolución signico una etapa de lu-
chas armadas, por parte del Ejercito de Nicaragua ya
constitucionalmente fundado y el ejército nanciado
por el imperio norteamericano, encabezados por dis-
identes del sandinismo, que nalizo con la instau-
ración al nales de los ochenta, de un poder político
neoliberal, esto respondía sin duda, a una lógica de
intervención y cambios de poder político en la Améri-
ca Latina. Surgen de esta forma, la denominada crisis
de los noventa, (Vommaro, 2015), que no es más que
la privatización de las instituciones públicas y del Es-
tado, restricciones, compactaciones, y principalmente
los intentos fallidos de la disminución
del presupuesto destinado a las univer-
sidades públicas, el denominado 6%
constitucional.
Con el surgimiento durante todo el
periodo neoliberal en los noventa,
hubo una fuerte tendencia por todos
los gobiernos de quitar o disminuir a
un 2% el presupuesto del Estado para
la Educación Superior, bajo esta lógica surge entonces
las luchas estudiantiles, en protestas y organizaciones
con el n de negarse a una reducción del presupuesto.
Ante este escenario, el Movimiento Estudiantil, jugó
otro momento histórico importante, bajo sus acciones
canalizaban un cambio en las políticas de Nicaragua.
Incluso en apoyo a otras protestas como la del alza
del precio del combustible y del pasaje del transporte
urbano colectivo a principios del año 2000.
Sin embargo, aunque existía una fuerte lucha por inte-
Desde un escenario partici-
pativo los jóvenes impulsan
organizaciones de agrupam-
iento para dinamizar alguna
actividad y generar cambios
en conflictos y crisis sociales.
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grar a más jóvenes, también estaba el trabajo estructural
de las acciones de los gobiernos de turno, intentaban
simbolizar una lucha de convicciones, entonces se en-
contraban jóvenes sin sentido de pertenencia al mov-
imiento estudiantil.
No era la sencilla protesta, era la puesta en marcha de
un movimiento que tenía fuerza de masa, y acciones dis-
cursivas, para tener cada vez más activos a los partici-
pantes. En los años noventa, algunas visiones proponían
que la denominada crisis de representación se traducía,
especialmente entre los jóvenes, a la ausencia de toda
forma de organización y acción colectiva. Desde esta
óptica, la crisis de la política –entendida como sistema
de representación institucional y liberal– expresaba, al
mismo tiempo, la crisis de la participación política juve-
nil (Sidicaro & Tenti Fanfani, 1998).
Sin embargo, aunque existía una fuerte lucha
por integrar a más jóvenes, también estaba el
trabajo estructural de las acciones de los gobier-
nos de turno, intentaban simbolizar una lucha de
convicciones, entonces se encontraban jóvenes
sin sentido de pertenencia al movimiento estudi-
antil.
No era la sencilla protesta, era la puesta en mar-
cha de un movimiento que tenía fuerza de masa,
y acciones discursivas, para tener cada vez más
activos a los participantes. En los años noventa,
algunas visiones proponían que la denominada
crisis de representación se traducía, especial-
mente entre los jóvenes, a la ausencia de toda
forma de organización y acción colectiva. Des-
de esta óptica, la crisis de la política –entendida
como sistema de representación institucional y
liberal– expresaba, al mismo tiempo, la crisis de
la participación política juvenil (Sidicaro & Ten-
ti Fanfani, 1998).
En el mismo sentido, Mariana Chaves sostiene que la
juventud es una noción que cobra signicado única-
mente cuando podemos enmarcarla en el tiempo y en
el espacio, es decir, reconocerla como categoría situada
en el mundo social (Chaves, 2006). En ese lineamien-
to, el movimiento estudiantil viene caracterizando un
reconocimiento de su participación en políticas públi-
cas, están congurando una identidad en el marco del
tejido social.
Por tanto la fuerza estudiantil, ha estado caracterizada
por involucrarse en cuestiones sociales, ampliamente
vericada por un supuesto de acciones colectivas que
generen cambios en la sociedad nicaragüense, lo ha sido
desde la concepción del Frente Sandinista, lo es desde la
lucha de transporte urbano colectivo, lo es en la actuali-
dad por su participación directa en la sociedad.
En palabras del antropólogo Carles Feixa, “Las subcul-
turas juveniles pueden abordarse a partir de una «triple
articulación» con las culturas parentales (los medios
ecológicos, redes sociales y valores que los jóvenes com-
parten con los adultos de su clase); con la cultura dom-
inante (las instituciones educativas y de control social
hegemónicas en la sociedad); y con el grupo de pares
(los ámbitos de sociabilidad y valores generados entre
los propios jóvenes)” (Feixa, 1999).
En palabras del antropólogo Carles Feixa, “Las subcul-
turas juveniles pueden abordarse a partir de una «triple
articulación» con las culturas parentales (los medios
ecológicos, redes sociales y valores que los jóvenes com-
parten con los adultos de su clase); con la cultura dom-
inante (las instituciones educativas y de control social
hegemónicas en la sociedad); y con el grupo de pares
(los ámbitos de sociabilidad y valores generados entre
los propios jóvenes)” (Feixa, 1999).
Actualmente en Nicaragua el movimiento estudiantil
tiene una agenda más directa con acciones sociales.
Por ejemplo, se está participando directamente con in-
stituciones y organizaciones en tema de voluntariados,
sin embargo es un universitario voluntario, que no par-
ticipa bajo el vacío de consciencia, sino con un fuerte
carácter de compromiso social.
En algunos estudios sobre políticas públicas y juven-
tudes los términos utilizados para referir a éstas últimas
no son objeto de análisis y de reexión especíco. Es
más, se naturalizan o se dan por descontados cuando
se asume, por ejemplo, la existencia de “jóvenes” par-
los cuales “el Estado” crea políticas públicas que los
“incluyen”, “excluyen”, “reconocen” o “invisibilizan”
(Vasquez, 2015)
La misma participación del joven en actividades de or-
den social lo ubica en un escenario de invención social,
por medio del cual la juventud cobra existencia. De ac-
uerdo con lo dicho, lejos de ser interpretada como de-
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Antropología política: gestión y participación
scripción de un estado de cosas, la categoría joven es
analizada como resultado de una representación y de
una construcción simbólica del mundo a nivel estatal
que, en tanto discurso autorizado, encuentra particu-
lares condiciones sociales de ecacia y legitimidad
(Bourdieu, 2007).
Claramente pensar al universitario como un agente
de cambio, es un ideal no tan utópico, por supuesto
si tomamos en cuenta la insipiente participación del
joven universitario en las políticas públicas, pero el
punto interesante, es que aunque el joven universitario
si puede incidir desde su propias acciones, este lo hace
canalizado desde el movimiento estudiantil.
Por ende, cuando se aborda la participación en algo so-
cial, ecológico o cultural, el universitario lo está haci-
endo organizado desde el movimiento estudiantil. Esto
supone un cambio, o más bien una conguración del
movimiento estudiantil, porque no se habla de protes-
tas directamente –aunque no se descarta tampoco el
nivel de organización-, sin embargo actualmente, el
papel del movimiento estudiantil está siendo focaliza-
do en agrupar, organizar al joven universitario para
que este encuentre su pasión participativo dentro del
movimiento estudiantil.
Nos referimos en este sentido, que la tendencia del
movimiento estudiantil, está siendo entendida como
un proceso renovador, incluso de aceptación social.
Lo que anteriormente se desprendía como una mala
concepción que se tenía del movimiento, ahora se está
trabajando en el reconocimiento de la importancia en
acciones de orden social.
Nos referimos en este sentido, que la tendencia del
movimiento estudiantil, está siendo entendida como
un proceso renovador, incluso de aceptación social.
Lo que anteriormente se desprendía como una mala
concepción que se tenía del movimiento, ahora se está
trabajando en el reconocimiento de la importancia en
acciones de orden social.
Con esto nos referimos, que la representación de un
movimiento estudiantil más integral, está tomando
fuerza en Nicaragua, un movimiento con carácter
académico, que asume un papel beligerante en las ac-
ciones académicas de la universidad pública. Pero tam-
bién un movimiento estudiantil de cara a fortalecer las
habilidades y capacidades de los jóvenes, a través de
espacios de culturas y artes.
Por tanto, nos referimos a una tendencia del mov-
imiento estudiantil, incluso de lograr una posición en
las políticas públicas de Nicaragua, para incidir en las
mismas. Esta nueva conguración está ligada al pro-
ceso de re-estructuración del aparato político en Nica-
ragua, desde 2007, que llega al poder un gobierno de
izquierda progresista, las acciones están dirigidas prin-
cipalmente a los jóvenes. Por tanto, se vuelve impor-
tante la existencia y vida del movimiento estudiantil.
Entendemos entonces el movimiento estudiantil des-
de la producción de jóvenes con compromiso social,
produce desde el seno de su organización, juventud
participativa o movilizada que puede entenderse no
como grupo unicado, sino como resultado de un tra-
bajo que involucra múltiples y complejas operaciones,
en las que se ponen en juego distinto tipo de saberes.
Entre estos saberes o conocimientos se encuentran un
fuerte carácter o conexión con la convicción de mili-
tancia revolucionaria, por lo general se piensa en un
movimiento estudiantil que tiene apego histórico con
ciertos héroes, eso además se entiende como parte de
la lógica de formar al integrante del movimiento.
Además se conecta al joven universitario con un rep-
ertorio de acciones enmarcadas como militantes, de
gestión, de diseño, implementación y evaluación de
políticas públicas, etc. asociadas a una serie de autori-
dades legítimas, por ejemplo pensar en realizar ciertas
actividades en reconocimiento a dirigentes caídos o
bien héroes de la patria, que se vuelve su lógica de ser.
Entonces, se entiende que la conguración de las ac-
ciones del movimiento estudiantil tiene un apego a los
hechos anteriores, pensar por lo tanto en retribuir al
pueblo lo que reciben de los mismos, pero además pen-
sar en cumplir con las esperanzas de héroes caídos o
jóvenes líderes de las generaciones pasadas.
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Bibliográca
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pología de la juventud. Barcelona: Editorial
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Sidicaro, R., & Tenti Fanfani, E. (1998). La Argentina
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participación : un estudio de las producciones
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reciente . Buenos Aires: CLACSO-Grupo Uni-
versitario.
Vommaro, P. (2015). Juventudes y politicas en la Ar-
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tos y desafíos. Buenos Aires: CLACSO- Grupo
Editor Universitario.
Conclusión
A manera de conclusión se inere que el movimiento
estudiantil desde su lógica de ser, esta enfatizado en
agrupar o colectivizar al joven universitario. Poner al
movimiento estudiantil y al joven que la integra en un
aparato de pertenencia y pertinencia colectiva, organ-
izaciones y movimientos sociales que también aportan
o retribuyen a la sociedad desde sus acciones juven-
tudes.
La clave actual del movimiento estudiantil es repensar
su papel en relación con los procesos de movilización
colectiva, se encuentra involucrarse a las acciones
de interés social, donde su participación sea efectiva
y ecaz, pero además reconocida. Evidentemente es
aquí donde con más claridad se reconoce el carácter
participativo del movimiento estudiantil, en términos
sociohistóricos, es considerar que desde su concepción
hasta la fecha ha logrado transformarse, y es más no
cae ni muere porque su lógica de acciones con las que
inicio se vuelve una bandera para incorporarse ahora a
las nuevas acciones.
Es decir, el movimiento estudiantil en la actualidad
retoma las acciones históricas, por ejemplo la lucha
por el 6% o bien la participación en protestas por la
reivindicación social para dar sentido a sus nuevas ac-
ciones, participar de voluntario en situaciones social-
es, brindar reconocimientos culturales, participar en
cuestiones académicas, porque así se está reconocien-
do a un pueblo luchador y respetando la memorias de
héroes y mártires.
Allan Daniel Martínez
Licenciado en Derecho, actualmente estudiante de la maestría en Antropología y Liderazgo Social tercera
cohorte. Docente del Departamento de Derecho de la UNAN-Managua. Fue Presidente de la Unión Nacional
de Estudiantes de Nicaragua, para la UNEN- UNAN-Managua 2016-2019, y Presidente de la Facultad de Hu-
manidades y Ciencias Jurídicas, 2013-2015. Ha participado en distintos congresos y encuentros estudiantiles
a nivel nacional e internacional.