Raíces
26
Antropología y cultura de paz
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
Interculturalidad y los senderos de la paz en la universidad
Interculturality and the paths of peace in the university
Resumen
El estudio de la cultura de paz en los contextos universitarios debe ser analizados desde un enfoque de in-
terculturalidad. El objetivo de este texto es presentar al lector una reflexión de la cultura de paz como una
categoría más profunda, más allá de una idea de la ausencia del conflicto, es la puesta en valor en escenarios
de conflictos. Los conflictos son parte de las relaciones humanas, ante ello se debe pensar que la cultura de
paz va más allá de creer que no existe relaciones diferenciadas, sino que debe comprenderse como un medio
de resolución de momentos de rupturas. Este manuscrito se ha constituido a partir de la experiencia en la
docencia por más de 30 años en la Educación Superior, contraponiendo las reflexiones contextuales a los
planteamientos teóricos, que fundamentan la expresión y construcción del conocimiento presentados.
Palabras claves: Antropología, cultura de paz, resolución de conictos, interculturalidad, universidad
Abstract
The study of the culture of peace in university contexts must be analyzed from an intercultural approach.
The objective of this text is to present to the reader a reection of the culture of peace as a deeper category,
beyond an idea of the absence of conict, is the enhancement in conict scenarios. Conicts are part of human
relationships, it must be thought that the culture of peace goes beyond believing that there is no differentiated
relationship, but that it should be understood as a means of resolving moments of rupture. This manuscript
has been constituted from the experience in teaching for more than 30 years in Higher Education, contrasting
the contextual reections to the theoretical approaches, which support the expression and construction of the
knowledge presented.
Keywords: Anthropology, peace culture, conict resolution, interculturality, university
Elvira Maritza Andino
Directora Departamento de Antropología
Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas
UNAN-Managua. Nicaragua.
ID Orcid: https://orcid.org/0000-0002-5560-5141
maritzaapicado@hotmail.com
Recibido: 12-01-2019
Aceptado: 23-03-2019
Introducción
El propósito de este tema es analizar la cultura de paz
en la comunidad universitaria como un eje transversal
en los procesos vividos. Mostrar las principales
características que se expresan en relación a la cultura
de paz. Vincular los principales enfoques al ejercicio
de la población educativa, relacionado a su ejercicio
diario en la búsqueda de resolver situaciones, que
les acontecen desde los ambientes donde conviven.
Ander-Egg (2009) argumenta que es necesaria la
participación para una paz concreta. La participación
es punto de partida para desarrollar el proceso.
El desafío es dejar de ser analfabetas emocionales,
Copyright © 2019 UNAN-Managua
Todos los Derechos Reservados.
Raíces
27
Interculturalidad y los senderos de la paz...Elvira Maritza Andino
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
retando a entender al ser humano como lo
más preciado por el cual hay que continuar
transmitiendo valores hacía una cultura de paz,
“hay que saber reencantar al mundo” transmitir lo
que se vive, que transcienda la propia vida, crecer
para transformar al ser humano. Lo más humano
de lo humano es la ternura para transformar al
mundo.
Las prácticas para la cultura de paz que se
desarrollan en las universidades o espacios
educativos parten de referencias culturales como;
creencias, costumbres tradiciones, prácticas,
hábitos individuales que coexisten en un solo
espacio y que son necesarios reconocer para
aportar a la convivencia.
La metodología con que se aborda es a través
del método analítico y documental basado en la
experiencia de ejercicio práctico en el espacio de
la docencia, un campo en la antropología que
permite tener relación directa con los sujetos del
contexto de estudio.
Los aspectos que se destacan en el desarrollo del
documento es lo relacionado el cómo se entiende
la cultura de paz; surgimiento de la cultura de
paz a cultura de paz como proceso; prácticas de
valores para la cultura de paz; lo educativo para la
cultura de paz.
¿Cómo se entiende la Cultura de Paz?
Para la construcción de la paz se hace necesario
reconocer las expresiones en la que se apoya la
discusión del concepto, existen puntos de vista que
dan pautas para la comprensión de la misma.
La paz se concibe como el derecho humano, que se
fundamenta en la dignidad y la conciencia que las
personas tienen de su propio valor. Martínez Agut
(2008) en Vila Martín (2011) manifiestan que
los derechos se estructuran en tres generaciones
basándose en criterios históricos y temáticos;
la primera, llamadas fundamentales, coinciden
con las revoluciones burguesas, las guerras de
independencia europeas y latinoamericanas entre
los siglos XVIII y XIX, abordando los derechos
civiles y políticos.
Se reconoce como prioridad; la libertad, la
dignidad, la vida, la seguridad personal y la
justicia. La segunda se vincula al desarrollo de
las revoluciones socialistas al inicio del siglo XX,
se aglutinan; derechos sociales, económicos y
culturales como el trabajo, la equidad, la dignidad,
la salud, la educación y la cultura.
La tercera nace al término de la segunda guerra
mundial, comprende los derechos colectivos y
de los pueblos basados en acciones solidarias y
de ejercicio comunitario como el reconocimiento
intercultural, la libre determinación de los pueblos,
la libre disposición de las riquezas y recursos
naturales, los derechos de las minorías étnicas y
los vinculados a disfrutar de un medio ambiente
sano.
En este marco se considera a la paz como un
derecho humano reconocido, jurídicamente
sostenido por la democracia (artículo 28 de la
Declaración universal de los Derechos Humanos),
y contemplado como principio moral en casi todos
los países.
En el argumento de Zaragoza (1997) en García
(1998) expresa que la transición de cultura de
guerra a una cultura de paz quiere decir transición
de las sociedades en la que el poder es garante de
la seguridad a una sociedad que respalda pautas
de comportamiento que tratan los desacuerdos,
discrepancias ideológicas y conflictos sin el recurso
de la violencia.
Más allá de contribuir a un simple discurso es
importante manifestar la preocupación por la paz.
Para ello es meritorio reconocer, que el argumento
conlleva a la propuesta, para que los seres
humanos coexistan en armonía, evidentemente
que se relaciona el compromiso con la paz interior
del ser humano, en la comprensión y la aplicación
del concepto de paz.
Se entiende la paz como un proceso necesario que
contribuye a una cultura de paz verdadera. Y que
esta va surgiendo a partir de distintos momentos.
Surgimiento de la cultura de paz
En relación al surgimiento de cultura de paz
existe preocupación por elaborar investigaciones
que traten sobre el concepto. Para entender la
Raíces
28
Antropología y cultura de paz
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
dedicación al tema es importante destacar, que las
investigaciones tienen su impacto desde los años
cincuenta. Surgen desde las universidades, con
el énfasis inicial de violencia directa, personal, es
decir, la violencia de una persona orientada hacia
otra, centrada más en el conflicto que en la paz,
destacando la paz, de forma negativa entendiendo a
esta, como la ausencia de guerra, y de esta manera se
convierte en paz negativa.
Sin embargo, a finales de los sesenta y comienzos de
los setenta las investigaciones analizan la violencia
directa a indirecta o estructural, es decir, las personas
sufren el impacto de los sistemas sociales, políticos y
económicos. Donde la principal manifestación es la
depreciación del bienestar y del potencial humano.
En muchos casos, se puede percibir la ausencia de la
paz, cuando agentes externos a los contextos locales
influencian procesos de desestabilización que atenta
contra la seguridad de terceras personas.
Esta ampliación de intereses entre los investigadores
de la paz para examinar cuestiones relativas a la
libertad y la justicia condujo también a definiciones
más extensas de la paz. En vez de ser considerada
simplemente como la ausencia de guerra, (2011) la
paz pasó a suponer una cooperación y un cambio
social no violento orientado
a la creación en una
sociedad de estructuras
más equitativas y justas de
la denominada paz positiva
(Hicks.1993, pp. 24-25) en
(Vila, Martín, pp.12).
Por ejemplo, en Nicaragua,
las universidades han
vivido en un contexto de paz positiva, producto de
la comunicación y consenso de los distintos sectores
con intereses en juego. Eso ha permitido, que la
comunidad universitaria estuviera por muchos años
después de los gobiernos neoliberales ausentados
de procesos conflictivos que anteriormente se
resolvieron de forma violenta.
El tema con énfasis en la cultura de paz es de suma
importancia para ello el paradigma sociocrítico facilita
el análisis para las investigaciones. Se cuestionan los
procesos, fenómenos y realidades sociales, pudiendo
llegar a reflexionar, detectar y desenmascarar las
creencias y prácticas que los grupos móviles de las
sociedades diferenciadas discursan como libertad,
justicia, y su relación con el poder global, que va
en detrimento de la democracia y otros valores o
principios de sus países. (Chourio, Fuenmayor, 2011
pp7, 8).
Por otro lado, de acuerdo con Arnal (1992) en García
(2008.pp190) adopta la idea de que la teoría critica
es una ciencia social que no es puramente empírica ni
sólo interpretativa; sus contribuciones, se originan,
“de los estudios comunitarios y de la investigación
participante” (pp.98). Por tanto, se fundamenta en la
crítica social con un marcado carácter autorreflexivo;
pretende la autonomía racional y liberadora del ser
humano; y se consigue mediante la capacitación de
los sujetos para la participación y transformación
social (García, 2008 pp190,). Lo importante es
lograr la integración de la cultura de paz a través
de la práctica, en la que se localicen decisiones
consensuadas desde los espacios de relación social,
como el caso de la universidad.
Por ello, la universidad como espacio de
personalidades, temperamentos, creencias y
comportamientos diferenciados, resulta necesario su
tratamiento adecuado a los procesos contextualizados,
pero profundamente cuestionados y analizados.
Así mismo en los estudios
que Habermas (1986)
en García, (2008)
propone un esquema de
dos dimensiones para
entender la sociedad en su
desarrollo histórico: una
dimensión técnica que
comprende las relaciones
de los seres humanos con
la naturaleza, centradas en el trabajo productivo y
reproductivo; una dimensión social que comprende
las relaciones entre los seres humanos, centrada en
la cultura y en las normas sociales, (pp. 191, 192).
Estas dimensiones son básicas para comprender
las manifestaciones de la cultura de paz en las
personas, principalmente cuando, se concentra en
comunidades educativas, donde un principio básico
es la diferencia, en las que incursionan prácticas de
poder desde las relaciones directas entre docente-
estudiante, o estudiante-estudiante hasta culminar
con las familias.
De aquí la importancia de examinar el
camino de la elaboración de la igualdad y
equidad intercultural que el estudiante y
el docente tiene que conquistar para con-
tribuir a una cultura de paz en la universi-
dad desde las aulas de clases.
Raíces
29
Interculturalidad y los senderos de la paz...Elvira Maritza Andino
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
La cultura de paz como proceso
Es importante reconocer que desde este ángulo existe
un espacio que admite visualizar el desplazamiento
del pasado negativo y dar paso, a la realización de la
propuesta verdadera y que se reconozca el camino,
para construir el esfuerzo por la cultura de la paz.
Se entiende que el proceso para construir la paz y
la realización de la justicia en los diversos niveles
de la relación humana debe estar mediada por
principios de entendimientos interculturales. La
interculturalidad permite tener un ámbito más
dinámico para hacer asomar, afrontar y resolver
los conflictos de forma no violenta, y el objetivo
es conseguir la armonía de las personas consigo
mismas, con la naturaleza y con el resto de personas.
De aquí la importancia de examinar el camino de la
elaboración de la igualdad y equidad intercultural
que el estudiante y el docente tiene que conquistar
para contribuir a una cultura de paz en la universidad
desde las aulas de clases. Construir conjuntamente
y dialógicamente disertaciones de paz en el aula,
puede permitir que esto se traslade hasta los hogares,
como resonancia de transformación y acción.
Desde una concepción propositiva emprendedora
que facilite las pautas para su aplicación. Bajo el
enfoque socio crítico, este, sostiene que se requiere
un cambio profundo de valores socioculturales muy
enraizados y a menudo no explícitos. Por eso es
necesario reconocer que se debe desarrollar un largo
proceso en permanente construcción. La universidad
cuenta con los fines, los medios, el curriculum, los
contenidos y la estructuras para crear los senderos
de la paz, reconociendo la interculturalidad.
Prácticas de valores, para la cultura de paz en
la universidad es importante reconocer que la
aportación para el análisis de la educación en las
universidades para la paz permite resolución de
procesos conflictivos, desde el reconocimiento y
respeto de todos los involucrados.
Desde la posición socio crítica propone tres niveles;
el primero sobre la educación en valores enfatizando
en la paz y los derechos humanos el segundo el
político, expone sobre las relaciones de dominación y
poder que promueve las condiciones que favorezcan
la justicia social. Y el tercero es el, pedagógico que
origina una pedagogía de la paz que se desarrolla en
el aula de clase.
Es importante ratificar que el concepto de paz
tiene un gran vínculo con la educación en todas
sus dimensiones (Rojas, 2006) educar para la paz
significa el desarrollo de las capacidades de diálogo,
sin odio, rebasa a la institución y vincula la paz con
la vida. Reconociendo la formación de valores como
un horizonte de sentido como el punto de referencia
fundamental para ser aplicado al mundo emocional
del ser humano, que conlleva a resultados de las
relaciones necesarias para la convivencia digna, con
actitud propositiva para la vida.
La nueva educación por la paz debe reinventarse,
extinguir cualquier forma antigua de generación
de violencia incluso aquella de autoridad
desproporcional del docente. El argumento sobre
el estudio constante de la cultura de paz, es válido
porque crea la necesidad de estar al corriente de
su importancia, comprender las bases conceptuales
y teóricas, estudiarlas sistemáticamente, estar al
tanto de los adelantos de las nuevas prácticas a nivel
mundial y local.
La persona en primer lugar, insiste Rojas, y ratifica
que la persona es el principio para aplicar una cultura
de paz consecuente, con la vida, así mismo se insiste
en la necesidad del hecho comunicativo, el trato
interpersonal, las relaciones de poder y finalmente el
compromiso con el ser humano. (2006, pp 127,128).
Cuando se habla de técnicas y estrategias de
resolución de conflictos siempre se diferencia entre
las preventivas que tratan de evitar que surjan
conflictos y las de resolución que tratan de resolver
el problema. Es lo que Goleman (1997) en García
(1998) llama “la escolarización de las emociones’’.
Esto obliga a que tanto profesores como discípulos
focalicen su atención en el entramado mismo de la
vida emocional.
Consiste en convertir las tensiones, conflictos y los
problemas cotidianos en el tema de trabajo de cada
día, pero no para abundar a su ampliación sino a su
resolución o comprensión razonable. De este modo
los problemas reales; faltar a la palabra, la ofensa, el
rechazo, la envidia, los celos, la violencia económica,
pueden terminar en disgustos rupturas familiares,
que es la máxima que se debe evitar. Por tanto, se
analiza y reflexiona e intenta dárseles solución a los
problemas.
En esta propuesta de la cultura de paz, se parte
de la necesidad de una alfabetización emocional.
Considerando que la vida emocional y social
Raíces
30
Antropología y cultura de paz
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
constituye una competencia relevante en la vida de la
población estudiantil y desempeño docente.
En relación al comportamiento de la comunidad,
barrios, comarcas y caseríos García (1998) comparado
con la vida en el aula-- señala, que, para el caso, existe
dificultad en la vida escolar, y que hay que relegar
la visita disciplinaria, el despacho del director o a
la consulta del psicólogo escolar, sino que centra su
atención en las facetas, más apremiantes, en realidad,
de la vida cotidiana del escolar esto mismo estaría
ocurriendo con las comunidades.
Desenterrar las dificultades localizadas, las que
afectan la cultura de la paz en
las comunidades. De este modo,
el aprendizaje emocional va
calando lentamente en la vida
del ser humano, va fortaleciendo
y consolidando determinados
hábitos para aplicarlos en
los momentos más difíciles y
frustrantes de la vida sin acudir a
la violencia.
Lo intercultural en la educación para la
cultura de paz
El punto de vista histórico advierte de cómo las
universidades han creado una jerarquía de los
individuos con respecto a la otra parte de la sociedad
que no logra ingresar. Así mismo en los espacios
educativos se construyen momentos que son
percibidas como punto de conflicto, y su análisis se
relaciona sobre los asuntos geopolíticos globales, y
políticos-sociales locales.
En la reflexión sobre el comportamiento de los
involucrados en las comunidades universitarias, se
presentan características que guían el esfuerzo, por
construir valores y que muchos de ellos se practican en
la cotidianidad. Reflejan las pautas de la vida diaria en
la que se desarrollan. La forma de tratar los conflictos
muchas veces es resuelta a través de la “palabra”
esta queda como la principal obligación a cumplir,
y se expresa en el ámbito de la responsabilidad del
individuo. Cuando este nivel no es suficiente, se
traslada a etapas institucionales superiores que se
mantiene con una relación dialógica horizontal.
La convivencia en la comunidad universitaria, que
incluye docentes, estudiantes, y administrativos,
facilita el reconocimiento del entorno en el que se
desplazan las actividades académicas, mismas que
sitúan las prácticas y experiencias de los participantes
según su actividad. Estas sirven de ejemplo para
entender el comportamiento, la forma de resolver
los problemas, que les acontecen en un espacio que
tienen identificación de intereses propios, y reconocer
que estas prácticas se asimilan de acuerdo a la forma
de aprender cómo se solucionan los conflictos entre
las personas de un mismo grupo o sector, es decir,
entre estudiantes por ejemplo, o resolución de
conflictos entre sectores,
por ejemplo docentes con
estudiantes, o estudiantes
con administrativos o
bien administrativos con
docentes.
En el contexto sociocultural
las zonas de fronteras
subjetivas son generalmente formas de identificación
entre los individuos, en aquellos casos la más
vulnerable es la identidad política, por lo que el tipo
de trato o relación es especial y cuidadosa, para evitar
que las relaciones se fracturen entre los miembros de
la comunidad universitaria. Las áreas de influencia de
un sector pueden transcender a la delimitación de la
frontera subjetiva que prevé la cultura y la identidad
por los nuevos límites provocados; es decir, un grupo
de estudiante que se identifican con una experiencia
podrán transcender a esa identificación si son
influenciados por agentes externos que le provocaran
ascender a otros niveles que pocos veces tienen
relación coherente con las dinámicas sociales que
se desarrollan entre ellos (Medina, Rodríguez.2011
pp118, 119).
El mundo sin fronteras culturales que limiten la
relación y respeto es el ideal, importante destacar
que este pensamiento está asociado a las Américas
descolonizadora, muchos autores sostienen que
el desarraigo colonial puede provocar mejores
relaciones interculturales entre los individuos
de una comunidad educativa, un mundo donde
las fronteras de separación de país tendrán una
importancia mínima, si éstas existen todavía a pesar
de los impactos de la globalización económica y la
La universidad cuenta con los fines,
los medios, el curriculum, los con-
tenidos y la estructuras para crear los
senderos de la paz, reconociendo la
interculturalidad.
Raíces
31
Interculturalidad y los senderos de la paz...Elvira Maritza Andino
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
integración regional. (Vila, Martín, 2011pp4) Las
aspiraciones a un mundo con una cultura de paz, capaz
de no evadir los conflictos sino aprender a desarrollar
habilidades sociales, culturales y emocionales entre
las personas para mejorar las resoluciones de procesos
conflictuales, posiblemente es un sueño, pero mientras
tanto, es importante reconocer el mundo que se teje en
estas relaciones, y la contribución a la cultura de paz
que pueden derivar importantes aportaciones.
Po ello, es necesario detectar las reacciones negativas,
de los que están en contraposición a la cultura de paz,
para conducir procesos que eviten consolidar su postura
negativa, sino persuadir su transformación acción a
través de la educación integral. Se
debe revisar las expresiones que
emergen de ellas ante las diferentes
revelaciones y más importante aún
analizar cómo se resuelve en el
ambiente educativo, que tendrá
mayores repercusiones fuera de ese
ámbito. (Vila, Splbes. 2011 pp12)
Toda identidad implica no sólo
compartir una memoria y un
repertorio de símbolos comunes, sino también
establecer interconexiones culturales con respecto
al “otro” a una persona con la que poco a nada se
comparte. Pues la identidad es la fuente de sentido
y experiencia. De acuerdo a Calhoun “no conocemos
gente sin nombre, ni lenguas o culturas en las que no
se establezcan de alguna manera distinciones entre el
yo y el otro, entre nosotros y ellos. Si se ama la paz,
si se ama el gozo de vivir la vida, no puede ponerse
en peligro los logros socio-culturales fundamentales
ya alcanzados. Se ha de ser magnánimo y buscar los
fundamentos apropiados sobre los cuales basar las
estructuras convenientes de organizar hoy”
Conclusión
La educación en el ambiente que se encuentre
constituye sin lugar a dudas el instrumento más
valioso para construir la cultura de paz, pero, a su vez,
los valores que ésta inspira deben constituir fines y
contenidos básicos de la misma.
Entonces cultura de paz y educación mantienen así
una interacción constante, porque si la primera es la
que nutre, orienta, guía, marca metas y horizontes
educativos, la segunda es la que posibilita, desde su
perspectiva ética, la construcción de modelos y quedan
paso a significados culturales nuevos.
Las acciones vinculadas con la no violencia para que
las personas y los grupos sociales transformen las
situaciones de dominio estructural presentes en las
actuales sociedades en acciones relacionadas con
la cultura de paz, porque éstas se relacionan con el
fin último de la educación, con el reconocimiento, y
cumplimiento de los derechos humanos, fundamento
para la transformación social.
Como se entiende la cultura
de paz, en el discurso social,
en la relación educativa, la
interculturalidad significa el
contacto entre culturas de forma
armónica. Es una comunidad
educativa que dialoga entre
cultura y cultura sin establecer
diferencias entre la población
estudiantil, ni los otros actores
involucrados en la universidad como espacio común.
Es importante reconocer que existen modificaciones
en el quehacer diario las personas con la creación de
las estructuras fronterizas, pero aún, en este ambiente
es obvio que hay que mantener la identidad cultural.
Se manifiestan redes de sociabilidad en el ámbito
de la vida cotidiana. Por lo que la cultura de paz en
las comunidades, se expresa en los valores que las
personas practican y contribuyen a vivir con armonía
con su medio social y ambiental.
Es importante reconocer que los seres humanos son
capaces de relacionarse violentamente, anulándose
unos a otros-como prueba las guerras, también son
capaces de abordar sus relaciones con justicia y equidad,
admitiendo y deponiendo sus argumentos irracionales.
La persona es un ser social por naturaleza, lo que se
tiene que potencializar en las universidades, es si al
organizar las ideas científicas, técnicas y morales los y
las estudiantes ingresan a las estructuras sociales con
una base sólida donde fundamentar sus relaciones para
que contribuyan a construir una sociedad más firme y
en paz.
La forma de tratar los conflictos
muchas veces es resuelta a través
de la “palabra esta queda como
la principal obligación a cumplir,
y se expresa en el ámbito de la re-
sponsabilidad del individuo.
Raíces
32
Antropología y cultura de paz
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
Bibliografía
Alvarado Lusmidia, García Margarita
(2008). Características más relevantes del
paradigma socio-crítico. www.revistauniver-
sitariainvestiqacion.orq.ve187-202
Ander-Egg Ezequiel. (2009). Potencialidades de las
zonas fronterizas la 5ta Jornada.
Arapé Elizabeth y Rojas Luis Rodolfo (2008) Es-
tudiantes: Comunicación y Cultura de Paz
www.revistaorbis.orq.ve
Beatriz Manrrique, Vilchez Mayela, Delgado Angel,
García Donaldo. (2003). Jornadas de Inves-
tigación Humanística Universidad del Zulia.
Maracaibo.
Belandría , Díaz, Rojas, García y Arapé (2011)
Estudio y Análisis del discurso para la paz.
www.revistaorbis.orq.ve19(7)72-92
Bonilla Oconitrillo, Costa Rica (s.a) III Conferencia
Internacional de Planificación Urbana en Ci-
udades de Fronteras. Foz de Iguazú, Estado
de Paraná, Brasil. www.iboenweb.com/ibo/
docs/desarrollo en comunidades indígenas.
Bajada el 27/04/2013.
Chourio Fuenmayor (2011) Los métodos y su cor-
respondencia con los enfoques epistémicos y
los estilos de pensamiento del investigador.
El paradigma sociocrítico. (PPW) (pp 1-18)
en Universidad Nacional Experimental de
la fuerza armada. República Bolivariana de
Venezuela. Ministerio de Defensa. Elabo-
ración propia.
Coletti Raffaella. (2009) Cooperación transfronter-
iza y trayectorias de desarrollo: aprendiza-
jes de la experiencia europea.
Domínguez Monaco Rómulo (2006). La sociedad
de la información y la humanización de las
organizaciones. www.revistaneqatium.org.
ve. 15(3)
E. Parra, L. R. Rojas y E. Arapé (2008) Comu-
nicación y Conflicto: EL arte de la
negociación. /www,revistaneaotium.org.ve
10 (4) 2008; 17-35 [R: 2008-02 / A: 2008-
02]
García Correa, Antonio. (1998). Un aula pacífica
para la cultura de la paz. www.revistauni-
versitariainvestigacion.org. Voi. 1 núm. 1
Gómez Trinidad Lorenzo Gómez, (s. a). Comuni-
dades sociales adultas. Aportaciones para la
reflexión. www.escuelaculturadepaz.org
Matos Yuraima M. y L. Pasek Eva (2009) Geren-
ciando la investigación desde una perspecti-
va del trabajo en equipo. www.revistaorbis.
orq.ve14(5)4-23
Medina García Eusebio. (2006) Aportaciones para
una Epistemología de los estudios sobre
Frontera Internacionales. Estudios Fronter-
izos, enero-junio, año/vol.7, número 013
Universidad Autónoma de Baja California.
Mexicali, México ref@.ens.uabc.mx.
Medina Lúcele y Rodríguez Tañía. (2011). Dinámi-
cas de cooperación transfronteriza alrede-
dor de la gestión ambiental de la cuenca del
Río Sixaloa, en la frontera entre Costa Rica
y Panamá. Aqua-Lac-Vol.3-No2-sept. 2011.
pp. 115¬126.
Mijares Brizeida, Zambrano Egilde, Parra Ana
Teresa Parra y Martínez Marle (2008) Pro-
fundización del perfil del asesor académico
como líder formado en valores. www.re-
vistaorbis.orq.ve11 (4)66-84
Raíces
33
Interculturalidad y los senderos de la paz...Elvira Maritza Andino
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
Neüman María Isabel (2009) Nuevas perspectivas so-
bre la constitución de la identidad en Latino-
américa. www.revistaorbis.orq.ve13(5)24-46
Rojas, Luis Rodolfo (2006) Comunicación y edu-
cación para la paz. http://redalyc.uaemex.
mx.
Solis Adilia Eva. (..) Conferencia regional sobre mi-
gración, www.cenderos.org
Vargas-Hernández José G. (2010) Capital Social Or-
ganización base de la sustentabilidad organ-
izacional para el desarrollo ambiental.
Vila Merino Eduardo S. y Martín Solbes Victor, M.
(2001) Filosofía de la educación y cultura de
paz en el discurso pedagógico. www.re-
vistainnovaci0neducativa.ora.
Elvira Maritza Andino
Alumna Ayudante en la Escuela de Ciencias Sociales de la UNAN, Managua (1984). Encargada de Cátedra
de Ciencias Sociales en la Escuela Militar Carlos Fon- seca Amador, Isla de la Juventud, Cuba (1985-
1987). Licenciada en Ciencias de la Educación con mención en Ciencias Sociales, UNAN-Managua (1987).
Docente titular de la Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas de la UNAN-Managua. Fundadora
del Departamento de Antropología (1991) y de la carrera de Antropología Social (1994). Estudios de
especialización en Metodología de la Investigación Científica, UNAN-Managua (1992). Máster en Antro-
pología-Etnología, UNAN-Managua (1999). Doctorado en Ciencias Sociales con mención en Gerencia,
por la Universidad del Zulia República Bolivariana de Venezuela (2011-2016). Actualmente es Directora
del Departamento de Antropología, UNAN- Managua (segundo periodo: 2016-2020). Su tesis doctoral,
bajo el tema Identidad estratégica para el desarrollo comunitario, en poblaciones rurales transfronterizas,
ha sido inspirada en la experiencia de trabajo de campo de más de dos décadas con poblaciones rurales.
En el ámbito del desarrollo comunitario, a partir de los años noventa, ha venido acompañando a más
de 30 investigaciones estudiantiles y ha realizado varios estudios en el área de Occidente de Nicaragua,
comprometida por sus orígenes con el Cacique Agateyte, de El Viejo, Chinan- dega. Mujer con liderazgo
estudiantil, institucional, familiar. Creadora del Museo Familiar Vladimir Andi- no In Memoriam (2016).