Raíces
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Reconocimiento del liderazgo tácito...Roberto Arana Vargas
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
de estas surgen y se sostienen de aparente forma
espontánea y casi natural, sin embargo, cuando se
profundizan las observaciones se logra identificar que
esos barcos de vela son impulsados por vientos de
liderazgo a veces imperceptibles pero muy presentes
que condicionan y dirigen no solo las actividades
desarrolladas, sino también la transmisión de
conocimientos, la asignación de roles, la permanencia
del sistema inyectado de forma multidireccional tanto
a sectores de contemporáneos como a las nuevas
generaciones emergentes.
La familia y la comunidad son ámbitos muy conectados
en la comunidad, de manera que algunas dinámicas
no se entienden suficientemente si descartamos uno
de estos dos ámbitos. En definitiva, la comunidad
de Monimbó da gran relevancia a la organización
familiar o vinculo sanguíneo. Muchos de los hogares
mantienen estructura de familia ampliada regidas
por los parientes de mayor edad que gozan de cierto
respeto por el resto de los integrantes.
Muchas de las viviendas albergan a más de una familia
en su interior, algunas tienen la característica de tener
una sala con cuartos en la fachada exterior y al llegar
al patio hay otras viviendas en el interior de la casa
donde conviven hasta tres generaciones dentro de una
misma propiedad. Estos nexos se mantienen no solo
dentro de una misma propiedad, sino que también en
aquellas relaciones de familias emparentadas entre sí.
Estos mismos grupos familiares también son conocidas
por sus apellidos tales como “Ambota, Namoyuri,
Ticay o Ñurinda” y también por sus peculiares apodos
como “los monos, los pata de chancho, los vizcos, los
negros, los lambriscos”. Alguien comentaba: “Si sos de
Monimbo, tenés un apodo”.
Cada familia es conocida también por las funciones
que acostumbran a desempeñar, oficios tradicionales
que en muchos casos son transmitidos de generación
en generación. Algunas familias enteras se dedican
a la elaboración de hamacas, otras a la talabartería,
calzado, artesanías de bambú tales como canastos o
muebles, juguetes tradicionales, adornos, accesorios
típicos, cajetas, churritos, pintura, vestuario entre
otros. Así que la dinámica económico-productiva, pasa
a entenderse también como un elemento identitario
familiar.
Es interesante que el aporte que ofrecen a nivel
familiar es de una sola línea, es decir, si se dedican
a la elaboración de alimentos tradicionales, solo eso
replica el resto de los integrantes. Al no haber tanta
diversificación en el producto que ofrecen puede ser
un punto negativo cuando la demanda del mismo
llega a disminuir afectando el único ingreso de toda
una familia. No todos optan por darle continuidad al
oficio familiar, las generaciones más jóvenes asisten a
la universidad, algunos buscan carreras que les apoyen
en la administración de los negocios familiares, pero
otros optan por incursionar en empresas fuera de la
comunidad.
Liderazgo tácito en la consolidación
cultural e identitaria
En este análisis se ha ido activando un concepto que ya
es producto de la investigación que se va desarrollando:
La existencia de un liderazgo tácito de protagonistas
claves en el buen vivir de la comunidad y también en
la transmisión y consolidación cultural-identitaria con
algunos elementos asociados a las observaciones de
campo en la comunidad indígena de Monimbó.
Algunas de las inquietudes y vicisitudes que han
expresado los líderes de las estructuras de ancianos y
alcaldía de Vara tienen que ver con cómo llegar a las
nuevas generaciones que aparentemente no mostraban
mucho interés en el continuum de las tradiciones
dejando entrever una brecha intergeneracional
asediada por la globalización, prestamos e imposiciones
culturales.
El tema de la autoidentificación étnica tomaba forma
como una de las principales problemáticas para sus
pobladores. Durante el proceso de trabajo de campo
con mucha frecuencia los habitantes se identificaban
así mismos como “monimboseños” pero al tener que
identificarse como indígenas lo sentían de forma
peyorativa y en algunos casos hasta se afrentaban de
esta identidad o simplemente no la reconocían.
En el párrafo anterior escrito en tiempo pasado porque
se considera que, con la crisis política reciente, este
sentido de pertenecía fue revitalizado y el orgullo
de sus miembros de una u otra forma fue impulsado
fortaleciendo su cohesión interna como indígena.
Muchas veces es a través de las crisis y dificultades
cuando la familia se reúne y profundiza sus lazos de
integración.