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Prácticas culturales en el universo comunitario...Norling Solís Narváez
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
Norling Sabel Solís Narváez
Docente Departamento de Antropología
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua
ID Orcid: https://orcid.org/0000-0003-1928-1108
nsolis@unan.edu.ni
Recibido: 08-02-2019
Aceptado:23-06-2019
Prácticas culturales en el universo comunitario de la comuni-
dad La Hoyada, Sierritas de Santo Domingo de Managua
Cultural practices in the community universe of the community La Hoyada, Sierritas de
Santo Domingo de Managua
Resumen
El presente manuscrito es producto del curso de la maestría en Antropología y Liderazgo social de la
UNAN-Managua, 3ra cohorte. El mismo muestra las categorías de análisis de los cursos Liderazgo II y
Pueblos y culturas. Evidenciando a través de la discusión teórica elementos observados dentro de la
comunidad. Para fundamentar los argumentos teóricos, se utilizó esencialmente el método etnográco.
Se muestra dentro del texto preguntas abiertas, orientadoras. El contexto de estudio es una comuni-
dad periurbana de la Sierras de Santo Domingo de Managua. La discusión se centra en el marco de la
antropología cultural y antropología del desarrollo, dando pautas de la identidad étnica negada en el
discurso colectivo, y sobre todo en el imaginario de los habitantes de la comunidad.
Palabras claves: Comunidad, desarrollo, protagonismo, cultura, identidad, universo comunitario
Abstract
This manuscript is the product of the Master’s degree in Anthropology and Social Leadership at
UNAN-Managua, 3rd cohort. It shows the categories of analysis of the Leadership II and Peoples
and Cultures courses. Evidence through the theoretical discussion elements observed within the
community. To substantiate the theoretical arguments, the ethnographic method was essential-
ly used. Open, guiding questions are shown within the text. The context of study is a peri-urban
community of the Sierras of Santo Domingo de Managua. The discussion focuses on the frame-
work of cultural anthropology and development anthropology, giving patterns of ethnic identity
denied in collective discourse, and especially in the imaginary of the inhabitants of the community.
Keywords: Community, development, prominence, culture, identity, community universe
Copyright © 2019 UNAN-Managua
Todos los Derechos Reservados.
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Introducción
En el siguiente texto se presenta a los lectores avances
de la investigación de la tesis de la maestría en Antro-
pología y Liderazgo social, 3ra cohorte. En este ensayo
titulado Prácticas culturales en el universo comuni-
tario de la comunidad La Hoyada, Sierritas de Santo
Domingo de Managua presenta desde un enfoque re-
exivo-crítico la aplicación de categorías y conceptos
asociados, que han sido facilitados oral y escrito por el
Prof Luis Felipe Ullua durante sesiones de clases.
En este texto se plantea como parte de los propósitos
claves de la discusión y reexión de la tesis es cuestio-
nar cómo la identicación de un grupo está ligada a la
identidad que se reeja a través de prácticas desarrol-
ladas en distintos ambientes. Por supuesto, se consid-
era una conexión entre los legados culturales étnicos y
el proceso de su surgimiento (la identicación) como
parte de los cimientos de la identidad de comunidades
locales.
Se entenderá en este escrito que la resistencia se reeja
como elemento dialéctico entre un grupo y otro, es de-
cir, una forma de negociar la realidad de la comunidad
local en relación con la realidad del fenómeno de ur-
banización que experimenta la zona de las Sierritas de
Managua. Se analiza también el desplazamiento como
un fenómeno que tiene sus antecedentes históricos, y
en el que están siendo desplazados los grupos origi-
narios de la zona, o la comunidad local, o la comarca.
Tanto la resistencia y el desplazamiento tiene como
activo y reactivo principal el territorio. Por tanto, la
comunidad de la Hoyada se vuelve un sector en común
entre dos grupos, donde se desarrollan Sectores con
Intereses en Juego. Intentaremos llegar a reexiones
acertadas en cuanto a plantear si la comunidad local
de la Hoyada está retomando la valorización de la
identidad (Oliveira, 2007, pág. 79) para lograr apro-
piarse al territorio y transmitir ese valor cultural a las
generaciones nuevas, o si el plus valor económico se
superpone a la valoración cultural territorial
Tanto la resistencia y el desplazamiento tiene como
activo y reactivo principal el territorio. Por tanto, la
comunidad de la Hoyada se vuelve un sector en común
entre dos grupos, donde se desarrollan Sectores con
Intereses en Juego. Intentaremos llegar a reexiones
acertadas en cuanto a plantear si la comunidad local
de la Hoyada está retomando la valorización de la
identidad (Oliveira, 2007, pág. 79) para lograr apro-
piarse al territorio y transmitir ese valor cultural a las
generaciones nuevas, o si el plus valor económico se
superpone a la valoración cultural territorial
De forma que para lograr desarrollar acercamientos a
la realidad comunitaria de la Hoyada será necesario
inmiscuirnos en el curso de la identidad y la cultura
de los grupos poblacionales que se han desarrollado
en la región. En el pacíco es primordial interpretar
que las expresiones culturales actuales es producto de
distintos momentos históricos que han venido desde la
colonia, los virreinatos, las repúblicas y en cada etapa
los grupos originarios han sido sometidos a las formas
de dominación.
Producto de las distintas formas en que los grupos
originarios del pacíco fueron desplazados de sus tier-
ras, esclavizados y obligados a ser trabajadores de las
mismas, experimentaron una mezcla, combinación
que resulto con los que se les denominados mestizos.
Muchas lecturas convencionales mantuvieron al mesti-
zo en un nivel elevado por encima de los grupos orig-
inarios, esto provoco nuevos procesos de adaptación
para aquellos que mantenían sus prácticas culturales,
pero que cada vez estaban siendo desaparecidas.
La lectura que se realiza desde la percepción de in-
vestigador es que, aunque han sido negados, incluso
manteniendo la negación interna de cada persona aún
persisten actos inconscientes de reconocimiento a su
pasado étnico. Para encontrar una distinción étnica en
las actuales poblaciones, es importante reinterpretar
las adaptaciones culturales materiales y espirituales
como elementos propios de la identidad étnica, pero
además los elementos simbólicos encontrados en la
cotidianidad. Con esto se pretende aportar a la necesi-
dad del reconocimiento de estos grupos ocultos en el
imaginario colectivo, pero además proponer mecanis-
mo y/o estrategias de proyección de la cultura local.
Materials y Métodos
Más allá de la investigación cualitativa, está el método
como procedimiento a cumplir, bajo criterios cientí-
cos en el que se procura recoger la información cor-
respondiente para cotejar, comprobar y demostrar al-
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Prácticas culturales en el universo comunitario...Norling Solís Narváez
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guna hipótesis o en el caso de este texto cualitativo:
preguntas directrices. Para el cao de este proyecto de
investigación se utiliza en el Método etnográco que se
basa especícamente en la descripción detallada de los
fenómenos sociales esencialmente demuestra por me-
dio de técnicas los puntos de vista del sector que está
siendo investigado (Baztán, 1995). Además, el método
cuenta con técnicas que permiten analizar en detalles
un fenómeno o problemática.
En palabras de Ángel Baztán, la etnografía es “el es-
tudio descriptivo de la cultura de una comunidad o
de alguno de sus aspectos fundamentales bajo la per-
spectiva de comprensión global de la misma” (Baztán,
1995). Por tanto, se inere directamente como la for-
ma holística de describir
la cultura de una comu-
nidad o contexto de es-
tudio, perpetrando en la
idea de entrar al campo
y realizar una fotografía
descriptiva y analítica de
la comunidad.
Descriptiva, porque reeja un panorama de realidad
en estudio, y analítica porque supone un análisis pro-
fundo de por qué ocurre de esa manera. Rossana Gu-
ber, una antropóloga que dedicó una obra al análisis
profundo del quehacer reexivo de la etnografía, hace
referencia a puntos centrales de los cuales en esta in-
vestigación se ocupará para aterrizar a la comunidad
con la reexividad pertinente.
Etnografía es, en primer lugar, un argumento acerca
de un problema teórico-social y cultural suscitado en
torno a cómo es para los nativos de [121] una aldea,
una villa miseria, un laboratorio o una base espacial,
vivir y pensar del modo en que lo hacen. Los elementos
del texto etnográco son 1) la pregunta o problema, 2)
la respuesta, explicación, o interpretación, 3) los datos
que incluye como evidencias para formular el proble-
ma y para darle respuesta, y 4) la organización de es-
tos elementos (problema, interpretación y evidencia)
en una secuencia argumental (Jacobson 1991:2, en
Guber, 2001).
El método etnográco comprende dos enfoques de ob-
servación: Emic y Etic. Los investigadores sobre todo
antropólogos toman posición desde el Etic ya que
describe los fenómenos observados desde el punto de
vista del observador, básicamente pretende describir
comportamientos y hacer una interpretación en base a
esas observaciones. El enfoque Emic busca interpretar
las acciones y comportamiento desde el punto de vista
del investigado, deniéndolo por criterios subjetivos.
Utilizando esencialmente la observación para los análi-
sis aquí expuestos.
Prácticas culturales, trasfondo étnico y de-
sarrollo en la comunidad periurbana de La
Hoyada
La Hoyada de las Sierritas de Managua, es una comu-
nidad periurbana que
cohabita en un espacio
entre condominios, ur-
banizaciones y el bullicio
de la capital de Nicara-
gua, Managua. Por su
cercanía con otras comu-
nidades pertenecientes a
Masaya, las característi-
cas fenotípicas de estas familias se perciben similares.
Sin embargo, las familias que han tenido mucha in-
uencia nacional-global se niegan a auto identicarse
con un grupo determinado de la población originaria
de Nicaragua.
El fenómeno periurbano está vinculado a un “patrón
de expansión de las ciudades se asocia a la vez con
tendencias de dispersión en donde se incorporan pe-
queños poblados y periferias rurales dentro de un am-
plio y complejo sistema metropolitano. La mayoría de
estos espacios periurbanos tienen un perl agroambi-
ental y económico distintivo basado en la agricultura.”
(Lima & Rodríguez Sánchez, 2006),
Resulta que dentro de sus prácticas comunitarias
se reejan coherentemente dentro de la dinámica
económica-productiva que se vincula mucho a pueblos
originarios. En las notas de algunos textos históricos
expresan que los grupos originarios sobre todo los em-
plazados en toda la franja pacíca mantenían dinámi-
cas económicas-productivas de sentido colectivo, coop-
erativo, sistemas de intercambios que son observables
en las comunidades locales. Y estos hallazgos
el estudio descriptivo de la cultura de una co-
munidad o de alguno de sus aspectos funda-
mentales bajo la perspectiva de comprensión
global de la misma
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Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
mencionados son propios de poblaciones de alrededor
del año 1200 (d.J.C.) cuando se acercaban oleadas de
poblaciones mesoamericanas del tronco lingüístico Uto
-aztecas, náhuatl, que pasaron por el Golfo de Chorote-
ga y avanzaron hasta el Pacíco Sur (Portilla, 1972)
Otros autores creen que en Managua es imposible que
exista un grupo con tronco originario, menos que man-
tenga ciertos elementos identitarios como la lengua,
territorio entre otros, por tanto, me resulta interesante
preguntar ¿Qué ocurre con esos grupos que se niegan
a desaparecer, manteniendo prácticas culturales como
la reciprocidad como reejo de su inconsciente étnico?
Según algunos datos que se han logrado reexionar
junto a la propuesta de los ambientes comunitarios
en que viven las familias
en Managua, es que las fa-
milias de la comunidad La
Hoyada viven en un entorno
de carácter urbano, toman-
do en cuenta que el entorno
tiene relación directa entre
lo que puede ser nacional
o local (Ulloa, 2010), la co-
munidad la Hoyada se man-
tiene en un entorno local.
Y entonces llega el momento
de armar que lo que sucede
en el entorno de la comuni-
dad de La Hoyada está es-
trechamente vinculado en la
forma como la comunidad entiende y encara su mundo
a lo interno. Puede ser que en Managua muchas perso-
nas no conciban que exista una comunidad de origen
indígena, pero claro que existen. Sabemos que hay
personas de ciertas etnias que migran a la capital, que
hablan su idioma y, se siguen distinguiendo por su len-
gua. Solo que ellos se encuentran con la experiencia
fenomenológica de vivir en un mundo con situaciones
no solo ecológicas, sino también sociales y políticas
que atentan contra su identidad. Entre ellas vemos,
por ejemplo, el hablar español como lengua ocial, y
tener que abandonar en ciertos grados su lengua orig-
inal.
Por otro lado, se encuentra con la realidad que existe
una comunidad dentro de Managua, que en apariencia
es una comarca de la Managua “capital” como cualqui-
er otro barrio, pero resulta que mantienen ciertos ras-
gos que las hace ser distintas. Es decir, es un pequeño
universo comunitario con sus propios elementos de
carácter organizacional, distribución espacial, vincu-
lación genealógica, sistemas de producción, redes de
socialización, vestigios culturales, centros de concen-
tración comunitaria, etc.
En esta comunidad aún existe como práctica cultural,
y de organización social-espacial en un extenso terreno
dedicado a una familia, por ejemplo, la familia de don
Adán Molina – una de las familias con las cuales se ha
hecho contacto para este trabajo de investigación- que
tiene de vivir en ese lugar lo que tiene de vida. Sin em-
bargo, tienen muchos años más, su familia, sus padres
y abuelos ahí vivieron. Por
tanto, he calculado en este
proceso de reexión que, si
don Adán tiene 92 años, y
sus padres murieron más o
menos a esa edad, toman-
do solo tres generaciones la
suya, sus padres y abuelos
signica que al menos las
últimas tres generaciones
a partir de sus abuelos ten-
drían más de 150 años de
habitar ese espacio.
Eso es un dato interesante,
pues esta comunidad tiene
una distribución por apelli-
dos, y los apellidos más viejos en la comunidad, por
ejemplo, las personas comentan que existe el sector de
los Molinas, como el de los Mendoza, eso en términos
prácticos indica que en ese sector viven familias con
apellidos suscitados por una trayectoria generacional
y genealógica.
En su efecto si un miembro de la familia se casa con
alguien de otro sector o fuera de la comunidad este
“alguien” llega a vivir con ellos a ese sector, el mayor
de la familia, es decir padre o madre ceden al nue-
vo miembro y núcleo familiar un “pedazo” de terre-
no donde construirán una vivienda, pero dentro de la
misma tierra, por ejemplo, en el terreno de los Moli-
na. Esto permite dejar otra pregunta auténtica ¿Qué
sucede cuando son dos miembros que pertenecen a la
patrón de expansión de las ciudades se
asocia a la vez con tendencias de dispersión
en donde se incorporan pequeños pobla-
dos y periferias rurales dentro de un am-
plio y complejo sistema metropolitano. La
mayoría de estos espacios periurbanos tie-
nen un perfil agroambiental y económico
distintivo basado en la agricultura. (Lima &
Rodríguez Sánchez, 2006)
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Prácticas culturales en el universo comunitario...Norling Solís Narváez
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misma comunidad pero que son de sectores distintos,
es decir, de familias distintas? ¿Ocurren nuevos lazos
de afinidad, hay posibilidades de SIJUS, las familias in-
terrelacionadas por relación de parentesco fortalecen
redes comunitarias interfamiliares?
Es decir, en un mismo espacio territorial, sin división,
sin mallas, viven distintos núcleos familiares que pert-
enecen a un tronco común de una familia, esto sin
duda alguna parece un hecho relevante, tomando en
cuenta que en Managua no quedan espacios grandes
donde solo viva una familia y que a través de distri-
bución producto de relaciones o filiaciones familiares
de parentesco queden en el mismo lugar del jefe de la
familia.
En los barrios, que tienen hacinamiento, lo que existe
son pequeñas casas con muchos miembros. En el caso
de esta comunidad, es un terreno extenso con varias
casas. Todas pertenecientes a un miembro de la famil-
ia, con responsabilidad dentro del sistema de parentes-
co, pero con atención directa a su núcleo familiar, es
decir, su casita.
Existe una frontera interna dentro de las ciudades, no
solo porque migran miembros de pueblos indígenas a
los cascos urbanos como ocurre en toda Latinoamérica,
así lo expresa el informe del Banco Mundial (2017),
sino que también existe una frontera dentro de las mis-
mas sociedades urbanas. Barrios con barrios, urban-
ización con urbanización, y sobre la máxima expresión
de lo urbano la frontera de casa con casa.
Según la CEPAL “muchos pueblos siguen enfrentando
problemas de violencia por la imposición de proyectos
de desarrollo, desplazamiento forzado y expropiación
de sus territorios, conflictos armados y explotación
económica generando consecuencias psicológicas en
las personas y comunidades.” (CEPAL, 2014)
Lo anterior resulta necesario reflexionarlo, para en-
tender que tan viable el desarrollo propuesto desde
occidente está apostando por fortalecer o debilitar los
lazos identidad establecidos de generación en gener-
ación en las localidades. La tarea es más difícil si el
entorno de las comunidades locales o comarcas como
La Hoyada esta con fronteras de paredes de urban-
izaciones y condominios que se visualiza están por
consumirlos. En esa lógica se establece dentro de los
criterios de análisis el aporte que realizan estas comu-
nidades a mejores ciudades, entendiendo la Agenda
2030. (Naciones Unidas, 2015)
Entendiendo desde las comunidades locales, la resist-
encia o resiliencia de lo urbano, es plantearse otro
paradigma de lo urbano. Lo urbano sostiene Henri Le-
frebvre se ha entendido como una posición ideológi-
ca, donde el individuo se ve realizado por paredes de
cemento o metal (Lefrebvre, 1988).
Pero en las comunidades locales que habitan en ciu-
dades urbanizadas, lo urbano irrumpe con la categoría
de colectividad, de redes que se construyen en lo co-
munitario. Las redes y lazos de filiaciones dentro de
las comunidades locales, es producto de generaciones,
y espacios de convivencia en el universo comunitario.
Propicia el reconocimiento del otro, para complemen-
tar él Nos-Otros (Kapuściśski, 2007). Contrario a la
propuesta occidental del desarrollo urbano en el cual
se niega al otro, o más bien, se individualiza al sujeto.
Otro aspecto interesante para el análisis y cotejar la
posición de las familias que mantienen prácticas cul-
turales de ascendencia indígena en Managua, es que
dentro de la distribución existen una asignación de
roles de parentesco, de acuerdo a la experiencia y niv-
el de parentesco. Por ejemplo, “durante mis visitas se
percaté que las hijas se rotan la cocina de la casa del
jefe de la familia, y que los esposos se rotan la limpieza
del espacio destinado a la producción de Chagüite, o
plátano
1
|.”
Esa práctica de distribución de roles por parentesco y
género también habré la posibilidad a que las personas
en la comunidad compartan otras dinámicas. Dichas
dinámicas pueden estar asociadas a las recreativas, el
apapacho y la espiritualidad, pero que el curso de la in-
vestigación estaremos encontrando mayores hallazgos
para su reflexión. Estas prácticas culturales de roles en
las familias están permanentes en el inconsciente de la
gente en su vida cotidiana, y que a su vez ha funcio-
nado como parte de la resistencia silenciosa contra las
urbanizadoras.
Estas prácticas culturales de roles en las familias están
permanentes en el inconsciente de la gente en su vida
1 Notas del Diario de campo, Noviembre 2018
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cotidiana, y que a su vez ha funcionado como parte de
la resistencia silenciosa contra las urbanizadoras.
sin embargo, a mediados de los años 90´ la dinámica
de desplazamiento de las familias, y la posición de la
clase alta en esas zonas fue casi incontrolable.
Ante ese hecho resulta necesario identificar otros gru-
pos externos que tienen Sectores con Intereses en Jue-
go. Utilizando técnicas de consumo lograban indicar a
las familias que vendiendo sus terrenos tendrían más
posibilidades económicas, y que podrían quizás “civ-
ilizarse”, como una forma de entrar al consumo más
pragmático de la globalización. Los SIJU aquí refle-
jados son las urbanizaciones, los grandes capitalistas
que buscan lugares lejanos del bullicio de la capital,
por ende, se acercan a las comunidades que tienen y
conservan tierras en ecosistema agroecológico.
Por tanto, dentro de esta
dinámica de negociaciones
y transformaciones de la
vida de los pobladores de
la Hoyada, al tener más
vecinos extranjeros que sus
antiguos vecinos, resultan
algunas interrogantes que
dentro de este curso son
necesarias, ¿Cuáles ac-
ciones de afirmación identitaria y muestras de recipro-
cidad están hoy presentes en el universo comunitario y
qué papel juegan los distintos miembros de la familia?
Universo comunitario vs globalización a lo
local
El universo comunitario, se define en este texto como
el espacio simbólico enraizado a la tierra, donde los
sujetos que han cohabitado durante siglos, mantienen
elementos culturales de asociación que refuerzan su
sentido de pertenencia y de afirmación, a través de las
practicas productivas tradicionales como reproducti-
vas de filiación y traslape parental.
Tomando en cuenta que la reciprocidad es un elemen-
to esencial dentro de las comunidades originales, en
esta comunidad esa es una actividad de traslape entre
la producción interna de cada familia, la resistencia a
la venta y las necesidades de consumo interna
Si alguna familia dentro de la comunidad, presenta
necesidades de algún producto, otra familia presta
o regala ese producto, esta acción parece inocente a
simple vista, pero analizando a profundidad resulta
que para mantenerse dentro del territorio con mayor
fuerza requieren que las familias sean unidas y vincu-
lantes entre sí, para que alguna de ella no encuentre
la necesidad de vender sus tierras a los inversionistas y
no sean desplazados.
Entonces integran acciones de afirmación identitar-
ia a partir de la reciprocidad dentro de la dinámica
económica-productiva de la comunidad. Pero para que
sea un hecho real esta acción de afirmación identitar-
ia inconsciente aparentemente es necesaria la vincu-
lación entre los miembros más viejos de las familias
con los más jóvenes.
De manera que dentro de la
comunidad resultan protag-
onistas concretos los jefes
de familias o líderes comu-
nitarios que realizan enlac-
es o vinculaciones interco-
munitario, para mantener
en su efecto el universo co-
munitario. Esta experiencia
tiene sus paralelas latinoamericanas, quizás desde otro
sentido, es decir, menos complejo de entender.
Por ejemplo, en el informe del Banco Mundial para
Argentina, reflexiona sobre un fenómeno similar, indi-
cando que se tiende en asociar a los pueblos indígenas
con sus territorios tradicionales, pero que aproximad-
amente la mitad de la población indígena de América
Latina ya vive en entornos urbanos.
Las razones por las que migran varían de un
país a otro, incluso al interior de estos, y los
resultados de estas migraciones son igualmente
diversos. Pero el ambiente urbano también trae
consigo nuevos y drásticos desafíos. En prome-
dio, 1 de cada 3 indígenas habita en barrios
marginales inseguros, insalubres y contami-
nados (el doble de la población no indígena).
Además, sus conocimientos y destrezas tradi-
Estas prácticas culturales de roles en las fa-
milias están permanentes en el inconsciente
de la gente en su vida cotidiana, y que a su
vez ha funcionado como parte de la resist-
encia silenciosa contra las urbanizadoras.
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cionales les son de poca utilidad en el mercado
laboral urbano, por lo que tienden a ser relega-
dos a tareas mal remuneradas en el sector in-
formal. La pérdida de la cultura y el idioma, así
como el debilitamiento de las redes de protec-
ción social comunitarias, también son riesgos
importantes. (Banco Mundial, 2017)
Lo anterior deja dos elementos esenciales a partir del
informe del Banco Mundial, primero sostiene el hecho
de que los grupos indígenas que han migrado hacia la
ciudad o bien que han sido urbanizados. Eso sin duda
es real y creciente en Latinoamérica por ende en Nic-
aragua, sobre todo con las comuni-
dades Creole, que cada vez aumenta
la población migrante a la capital.
Segundo aborda la pérdida de dis-
tintos elementos entre ellos las redes
comunitarias, un hecho relevante
dentro de las comunidades, eviden-
temente dentro de un barrio las ca-
sas están separadas por muros, que
limitan la comunicación las miradas
y los intercambios.
Sin embargo, en el contexto de in-
vestigación la comunidad ha sido
consumida por la ciudad, es decir,
está dentro de la ciudad, no llega-
ron, no lo urbanizaron, sencillamente ahí estaban,
pero no han perdido en gran extremo muchos elemen-
tos de un grupo originario como los que mencionaba
antes: redes comunitarias, distribución territorial de
las familias y reciprocidad.
Por tanto, esto permite afirmar que esta comunidad
resiste a perder su identidad cultural, que muy proba-
blemente ellos ni siquiera lo asocien a un tronco étni-
co, y es probable que tampoco exista un tronco étnico
original y puro, pero sí tienen elementos que resisten
la urbanización, que resisten de ser desplazados y es
a través de la expresión de su identidad que lo están
haciendo.
La consolidación de un universo comunitario como el
contexto de estudio se focaliza a través de las estrate-
gias de sobrevivencia impulsadas por políticas sociales.
Por ejemplo, los años 90, muchas familias vendieron
sus tierras, al sentirse descapitalizados, y con la falsa
influencia de la globalización y desarrollo de paredes
de bloques. Sin embargo, en la última década, los co-
munitarios refuerzan su universo, a través de progra-
mas de desarrollo interno. Aspectos como educación,
salud, y programas económicos ayudan a que las fa-
milias eviten vender. Aunque sin duda quedan aspectos
que son necesarios profundizar.
Hasta este momento existe una pregunta crucial so-
bre esto: ¿por qué la comunidad no se considera parte
descendientes de un grupo originario?, ¿será que los
mutilaron en su identidad en el tiempo, haciendo creer
que los grupos originarios o indígenas solo viven en la
selva?
Estas preguntas
son necesarias
para la reflexión
debido a que la
comunidad tiene
elementos propi-
os de una cultura
y evidencias ar-
queológicas que
demuestran que
ahí habitaron
nuestros-sus an-
tepasados. Pero
no se adscriben a
una cultura como
tal, porque evidentemente ha sido trastocado, pero al
menos se podría decir que son un grupo con elementos
originarios. Y que de acuerdo a las evidencias arque-
ológicas y su similitud con otros sitios arqueológicos se
asocian a los Chorotega Otomangue.
Inconsciencia étnica y resistencia dek uni-
verso comunitario
Lo interesante de este fenómeno es que la comunidad
está resistiendo con una consciencia étnica, que se en-
cuentra en trasfondo periurbano, que evidencia que
debajo de la capa superficial y objetivamente visible,
existe un universo comunitario con arraigo étnico pro-
fundo.
Probablemente se reconocerán entre sí como un
grupo o comunidad con un pasado indígena, a partir
de que tienen un mapa comunitario subjetivo estruc-
El universo comunitario, se define en este
texto como el espacio simbólico enraizado
a la tierra, donde los sujetos que han cohab-
itado durante siglos, mantienen elementos
culturales de asociación que refuerzan su
sentido de pertenencia y de afirmación, a
través de las practicas productivas tradi-
cionales como reproductivas de filiación y
traslape parental.
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turado en sus mentes. Ese autoreconocimiento da fe
de los lugares y sitios dentro de la comunidad donde
pueden encontrar elementos observables como vestig-
ios o materiales con significante cultural y expresiones
iconográficas, simbólicas y lingüísticas. Como tal, sus-
ceptible de una estructuración, por tanto, la pregunta
que surge imprescindible ¿si la identidad étnica es un
valor, en cuanto categoría ideológicamente valoriza-
da?
Considerando que, dentro de la descolonización del
conocimiento, ha planteado que un grupo originario
para serlo debe tener algún elemento propio de la co-
munidad indígena original. Quizás eso tengamos que
deconstruirlo, pensando que las comunidades cuan-
do han valorizado los elementos de su identidad han
considerado que lo que hacen es parte de un legado
cultural. Posiblemente la aceptación a un grupo deter-
minado puede ser tomada como elección o alternati-
va en situaciones determinadas como el hecho de ser
desplazados con nuevos
mecanismos urbanos (Ol-
iveira, 2007, pág. 79).
Es decir, que dentro de
la comunidad y algunos
miembros sobre todo los
más viejos, están consid-
erando el hecho de seguir
siendo parte del mosaico
cultural de esa parte del territorio de las Sierras de
Managua, sin embargo, también son parte del paisaje
urbano de los condominios.
En este sentido se retoma la reflexión de descolo-
nización de Dussel (1994), relacionándolo con la pro-
puesta del Profesor Luis Felipe Ulloa, en cuanto al Fu-
tureo, es necesario replantearse cómo las personas de
las comunidades se ven, ellos en sí mismos y para con
la demás sociedad. Ciertamente existe un contraste
entre cómo se proyectan en el espacio-tiempo los
miembros jefes de las familias en relación a los miem-
bros más jóvenes de la comunidad. En este sentido, a
partir de la experiencia habría que escuchar con más
atención a las poblaciones de comunidades locales y
como ellos reinterpretan los procesos históricos no re-
latados desde el poder hegemónico colonial. Para ello
esta investigación en sus siguientes etapas habrá de
utilizar los mapas mentales comunitarios, lo que recu-
erdan, lo que hacen, y lo que esperan hacer desde el
discurso cotidiano.
La pregunta descolonizadora evidencia la memoria
negada de los pueblos originarios y sobre todo de las
comunidades que tienen lagunas culturales como los
casos concretos de las comunidades de Managua que
por las brechas históricas se enmarcan en una realidad
distinta a otras realidades de otras comunidades. Lo
antes dicho, se refleja objetivamente en la comunidad
periurbana sobre el hecho de tener la cocina, la sala,
los dormitorios, y el patio en lugares culturalmente
distintos a la ubicación de los contextos urbanos, claro
esa distribución existe casi en todas las comunidades
campesinas de Nicaragua, lo relevante del caso la Hoy-
ada, es la ubicación geográfica.
Quizás esta distribución
diferente de los espacios,
hace que la cocina, la sala,
los dormitorios, el patio,
más otros espacios, prop-
icien algunas prácticas de
la familia y de los vecinos,
que difieren de las que
ocurren en los espacios de
las viviendas urbanas típi-
cas que les rodean. Y por tanto vale la pena mencionar
si esa distribución contribuye al fortalecimiento de las
redes comunitarias. Preguntando ¿qué hace la familia
en la cocina? ¿Quiénes lo hacen?
Los materiales culturales, sociales y ambientales son
elementos propios de la identidad de la población,
ya que existe un control cultural sobre ellos (Batal-
la, 1990) en alguna conversación que se sostuvo con
don Adan Molina, decía del trastoque social-ambiental
que ocurrió cuando comenzaron a llegar las urbaniza-
ciones a la zona, pues el nombre Hoyada, era adjudi-
cado por la entrada a la comunidad que tenía forma
de hueco, con las calles de tierra, sin embargo con las
urbanizaciones les cerraron sus entradas y los rodean
urbanizaciones.
... a partir de la experiencia habría que es-
cuchar con más atención a las poblaciones
de comunidades locales y como ellos rein-
terpretan los procesos históricos no relata-
dos desde el poder hegemónico colonial.
Raíces
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Prácticas culturales en el universo comunitario...Norling Solís Narváez
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
Es evidente el reconocimiento que hacen los habitantes
de la comunidad a sus espacios y caminos, pero cuan-
do se habla de las Sierritas de Managua, todo mundo
lo asocia a Santo Domingo los condominios y zonas
de alta plusvalía en bienes raíces, pero nadie asume
a los grupos ocultos en el imaginario colectivo, no lo
hacen como parte del desarrollo local. El desarrollo
que se hace mención es espacial y no cultural. Desar-
rolla el sector como territorio (lugar), pero no como
comunidad de familias originarias (personas). Por tan-
to, donde existe “desarrollo” no existen las poblaciones
originales.
Conclusión
Los procesos de transformación que viven las comu-
nidades periurbano en contextos de metrópolis como
Managua, están siempre en negociación con estruc-
turas internas que se interconectan entre las familias y
miembros de familias pertenecientes a la comunidad.
Además de las negociaciones con influencia de estruc-
turas exógenas, como procesos políticos ajenos o no a
la comunidad, o bien por mecanismos particulares de
agentes que influyen en la comunidad.
En estos momentos las raíces culturales de una comuni-
dad emergen como respuestas a la influencia externa,
que algunos casos son globales como las tecnologías
pero que los miembros de una comunidad resisten en
el ambiente comunitario.
La comunidad periurbana de La Hoyada, está dividida
en dos mundos paralelos: los condominios y la comar-
ca. Ambas se encuentran en el mismo espacio territo-
rial, pero los choques culturales y la influencia-resist-
encia son cada vez más complejo. Se evidencia que el
desarrollo está negando en el discurso a los sujetos de
las poblaciones originarias.
El universo comunitario es un tramado simbólico,
social cultural, en el cual se entretejen todas las rela-
ciones de fortalecimiento y reafirmación de la comuni-
dad. Esta mediada por la transmisión generacional, de
forma que se sostiene en el tiempo por vínculos y pa-
trones de reproducción. Se autodefine distintos a otros
mundos, tiene su propia carga subjetiva, aunque no es
visible ante los ojos comunes.
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Raíces
66
Desarrollo comunitario
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.5 | 2019 Enero - Junio
Norling Sabel Solís Narváez
Licenciado en Antropología Social, actualmente cursa la Maestría en Antropología y Liderazgo Social (III Co-
horte) y labora como docente-investigador del Departamento de Antropología de la UNAN-Managua. Coor-
dinador del Diplomado Protagonismo Juvenil en la Gestión sociocultural y cultura de paz. Editor de Raíces:
Revista Nicaragüense de Antropología. Comunicador cultural y experto en los temas de cultura e identidad en
mercados populares, comunidades originarias y periurbanas. Premiado con el reconocimiento a la Excelencia
Investigativa por el Primer Lugar obtenido en la Jornada Universitaria de Desarrollo Científico, JUDC 2013.
Ha desarrollado estudios paralelos sobre investigación, innovación y emprendimiento brindado por INIES en
2013. Ha participado como ponente en diferentes congresos nacionales e internacionales. En el 2015 ha coor-
dinado el Primer Encuentro Centroamericano de Estudiantes de Antropología (ECEA). Facilitador de talleres
populares a jóvenes con temáticas de liderazgo social juvenil en el Centro Cultural Batahola Norte. Ha par-
ticipado como colaborador en investigaciones arqueológicas desarrolladas por el arquitecto Ramiro García en
Chichigalpa-Chinandega en 2005. Ha colaborado en montaje de museos de Arte Precolombino en Chinandega.
Tiene varios artículos a cuenta de los procesos de formación e investigación desarrollados en el campo de la
formación pedagógica, y contextos periurbanos.