Raíces
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Realidades urbanas y rurales
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
La evolución de la sociedad internacional en los dos
últimos siglos como se ha expresado, ha terminado
implantando una visión del mundo en el que la di-
versidad cultural está por debajo, al menos en térmi-
nos de prioridad que una tendencia civilizatoria de
las colectividades humanas, es decir la coexistencia
de culturas y/o civilizaciones en una misma sociedad
internacional, aspira a ser integrada y transcendida
mediante una concepción unitaria de la Humanidad
como referente y substrato último de una sociedad
universal (Cervera, 2003).
Por tanto, la funcionalidad de los medios de difusión y
por supuesto que entre estos, se encuentran los nuevos
sistemas de comunicación conocidos como Facebook,
Twiter, Whatssapp, entre otros, es importante refer-
irse a que la modernidad, tal cual la conocemos ahora
ha estado avanzando de estadio en estadio, incluso
directamente reconocidas con las revoluciones indus-
triales, ya no solamente con la inicial, sino también
con la segunda (a fines del siglo XIX) y la tercera (a
mediados del siglo XX), produciendo un movimiento
integrador que traspasa las diversidades étnicas, civ-
ilizadoras y nacionales. Al expresarse como modern-
idad—mundo, las atraviesa ubicándolas en el marco
de una “sociedad global” (Cervera, 2003).
Los primeros pasos de globalización en la humani-
dad, ha sido la expresión de libre mercado o bien las
políticas de comercio e inversiones entre las grandes
potencias, bajo una cobija de “ayuda” o “asistencia”
a las Naciones en vía de desarrollo, o bien como se
le conoce “tercermudistas”. Sin embargo, la primera
expresión de linealidad, en la que se establecieron
estándares de aceptación social, económica, política,
intentaba establecer criterios de “ayuda” bajo la lógica
de dominación, lo que actualmente se le diría como
la violencia “democratizada” sea económica, política
o social.
Posterior al establecimiento de macro economías sobre
las micro economías locales, se implanto un sistema
global macro económico, en el cual las mayorías de
la Naciones deben responder. Básicamente este prim-
er paso, dio pautas para establecer otros mecanismos
de dominación. Si existe todo un proceso económico
global, falta ahora un proceso de intervención cultur-
al. Un proceso de involucramiento masivo de los indi-
viduos a los procesos catastróficos mundiales.
Es en esta etapa, donde se construye a mediados del
siglo XX, una lógica de intervención a través de los
medios de comunicación. Hasta este punto la democ-
racia liberal triunfante sobre las ideologías rivales,
las guerras bélicas se estarían más tarde librando por
guerras comunicacionales. La comunicación vendría
siendo la era de la lucha ideológica, transmitida a
las pequeñas Naciones, para brindar mensajes claros
y explícitos, que los enemigos de las potencias eran
enemigos de los asistidos por estas grandes potencias.
La idea era que las pequeñas Naciones reconocieran
todo el aparato capitalista como los salvadores del
mundo, el modelo de progreso y bienestar. Logrando
establecerse producto de los medios de comunicación.
Plantados con estrategias de propaganda como se
expresa en la obra de “Cómo nos venden la moto”,
mediante nuevas técnicas de posicionamiento, que
procurara la aceptación de lo inicialmente no deseado
(Chomsky & Ramonet, 2002).
Por tanto, esto dio pautas para nuevas estrategias de
homogenización, ahora no solo existen los medios de
comunicación tradicional. La sociedad actual experi-
menta masivamente el surgimiento de nuevas técnicas
de comunicación virtual, directamente instaladas bajo
la misma lógica. Ciertamente en esta nueva tendencia
el grupo foco, es la juventud en los pueblos y Naciones
del mundo.
Con esta tendencia, las relaciones sociales ya no se
limitan a los individuos que viven en el contexto de
tal o cual cultura, sino que se presentan cada vez
más como “desterritorializadas”, o sea, como reali-
dades mundializadas. Contrariamente al argumento
antropológico que fijaba la cultura en un lugar ge-
ográficamente definido, o a las premisas nacionales
que arraigaban a las personas en el suelo fijo de un
territorio, ahora tenemos un “desencaje” de las rela-
ciones sociales a nivel planetario (Ortiz, 2001).
Esto implica en todo caso un nivel de estrategias
mediáticas para establecer un modelo “mundial”, un
sistema que caracterice a todos en él. Por supuesto,
el proceso de globalización abarca todas las dimen-
siones de la vida social, pero la dimensión económica
es especialmente importante ya que implica la glo-
balización técnica (Canan, 2000).