Rutas de la Antropología Nicaragüense
Portada: Es la manera en que se
transporta las personas en la zona,
con botes de motor y llevan la gas-
olina a cuesta. El probero, que con
esa vara va probando o midiendo la
profundidad, apartando residuos,
troncos, animales muertos, basura,
etc.
Foto: Marieli Martínez Marenco,
2011
Pensar ciencias
antropológicas: Estudio e
investigación
Raíces
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
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Pensar ciencias antropológicas: Estudio...Bernhard Albrecht
Bernhard Albrecht
Antropólogo y etnólogo
Consultor Independiente, Suecia .
ID Orcid: https://orcid.org/0000-0001-8844-4199
balbrecht@rsnweb.ch
Resumen
Los estudios de antropología y etnología se han transformado en su devenir histórico, ciertamente
cada escuela antropológica plasma su propio enfoque epistémico a la comprensión de los fenómenos
con la lente etnográfica o etnológica. Este texto tiene el propósito de abrir paso a la reflexión de la
ciencia antropológica, desde lo que estudia como fundamento de su quehacer y lo cómo lo hace como
proceso de investigación. Por ello, se hace una reflexión teórica sobre los elementos sustanciales que
componen el objeto y sujeto del Estudio, pero a su vez, se propone rutas metodológicas para abordar
el estudio desde una investigación cualitativa con profundo análisis de lo subjetivo, la dialéctica que
surge entre el investigador y el interlocutor. La propuesta aquí planteada surge de más de 30 años de
investigaciones, evaluaciones de datos de campo. El autor ha denominado a toda la obra “Pensar Cien-
cias Antropológicas”, de la cual se presenta en esta ocasión su primer acápite: Estudio e investigación.
Palabras claves: Antropología, etnología, estudio, investigación, etnias, sociedad de masas.
Abstract
The studies of anthropology and ethnology have become its historical evolution, certainly each anthro-
pological school expresses its own epistemic approach to the understanding of phenomena with the
ethnographic or ethnological lens. This text has the purpose of opening the way to the reflection of
anthropological science, from what he studies as the foundation of his work and how he does it as a
research process. Therefore, a theoretical reflection is made on the substantial elements that make up
the object and subject of the Study, but in turn, methodological routes are proposed to approach the
study from a qualitative investigation with deep analysis of the subjective, the dialectic that arises be-
tween The researcher and the interlocutor. The proposal presented here arises from more than 30 years
of research, evaluations of field data. The author has called the entire work “Thinking Anthropological
Sciences”, of which this first section is presented on this occasion: Study and research.
Keywords: Anthropology, ethnology, study, research, ethnicities, mass society
Pensar ciencias antropológicas: Estudio e investigación
Thinking anthropological sciences: Study and research
Recibido: 12-08-2019
Aceptado: 25-09-2019
Copyright © 2019 UNAN-Managua
Todos los Derechos Reservados.
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Rutas de la Antropología Nicaragüense
Introducción
Reflexividad e imaginación
Subjetividad como enfoque epistemológico
Lo que ha sido en la teoría social “la construc-
ción del sujeto político” (Sánchez 1999), la
defensa de existencia de etnias y pueblos, en
la investigación es “la reivindicación de la
subjetividad” (Ibáñez 1994), meta que nos re-
sultó no-menos política, ya que nos ha puesto
un reto epistemológico: al de tomar partido
para el pluralismo y el desarrollo parejo de to-
das las culturas como particulares en sus ex-
presiones de subjetividad individual y colecti-
va, con sus derechos de desarrollo dentro de
la cultura global, nacional, regional y local.
En esta nuestra actitud se
acepta la diversidad y se vela
por el derecho de conviven-
cia igualitaria – quiere decir
democrática – de las culturas.
El pensamiento pluralista se
opone al pensamiento “abso-
lutista” y “universalista”, con
su enfoque de ver una única
línea auténtica de progreso para la huma-
nidad; y al pensamiento “relativista”, que
sustentaría cierto tipo de diversidad. El pen-
samiento pluralista revela el significado de
conceptos claves en la vida moral y política,
como son los de derechos humanos, dignidad,
autodefensa legítima, necesidades básicas,
sobre los cuales deben construirse los proyec-
tos sociales.
Frente a la situación de unos mundos polar-
izados (Norte-Sur, ricos-pobres, explotado-
res-explotados), al que tampoco escapamos
como comunidad científica, esta convocatoria
nos compromete - como primer paso - a re-
flexionar sobre nuestra pertenencia, y hasta
después, ya con la conciencia de las subjetiv-
idades académicas, emprendimos los saltos
hacia la segunda, lo que se ha convertido en
nuestro compromiso.
Estemos conscientes, que en este camino de
la reflexividad, nos convertimos en los sujetos
de la investigación, parejo al estatus de nues-
tros informantes. Esto nos da cierta descarga
cuando presentamos lo que sabemos, ya que
además del pensamiento crítico, ahora nues-
tras investigaciones hablan de lo imaginario,
cuando decimos como podrían ser las cosas.
Es “...la existencia de un tercer valor, el valor
„imaginario“, porque no está en el espacio sino
en el tiempo, en uno de los futuros posibles.
Los valores imaginarios son componentes del
pensamiento complejo” (Ibáñez 1994). Lo
imaginario es al lado de lo transitivo (como la
medida cuántica: piensa el objeto) y lo reflex-
ivo (piensa el pensamiento del sujeto sobre el
objeto) una dimensión más de nuestra labor
científica. Y es, en palabras de la antropólo-
ga nicaragüense María Dolores Álvarez “(...)
una de las mayores fuerzas
que tienen los grupos so-
ciales para hacer frente a
la lógica del consumo y la
globalización” (2002).
Ante este espacio episte-
mológico, proseguimos a
continuación con elemen-
tos para el estudio de las culturas y las etnias.
El estudio de las culturas
Antropología socio-cultural del desar-
rollo
En los estudios antropológicos, las culturas
aparecen como “modos de vida que tienen
sentido y que abarcan el rango comple-
to de las actividades humanas, incluida la
vida social, educativa, religiosa, recreativa y
económica, tanto en la esfera pública como
en la privada” (Kymlicka, filósofo canadiense,
cita en Olivé 1999:43).
Sin embargo, no nos basta describir lo que vi-
mos, lo empírico, aun sabiendo que “conocer”
siempre constituye un paso primero e indis-
pensable de nuestra labor científica. Pero
Estemos conscientes, que en este
camino de la reflexividad, nos
convertimos en los sujetos de la
investigación, parejo al estatus
de nuestros informantes.
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queremos saber del porqué de las cosas, y
elaboramos conceptos para el análisis. Tra-
bajamos algunos con el concepto de “La
contradicción en el sujeto” (Parin, 1978)
diciendo que las experiencias personales
de nuestros informantes son un reflejo del
mundo que les rodea, conociendo de este
modo la cultura en la que están viviendo y
- en ella - las contradicciones, ya que ningu-
no de nuestros informantes nos habla de un
mundo perfecto. Queremos entonces saber
de cómo expresiones individuales y colecti-
vas de cultura son relacionadas a las condi-
ciones sociales y sus destinos en sociedades,
modernas y globales en las contemporáneas,
con sus especificaciones arraigadas en las
tradiciones de cada lugar de estudio. Si
estudiamos entonces las identidades como
pertenencia a una cultura, las entendemos
no como algo fijo ni mucho
menos heredadas biológica-
mente (evolucionismo), sino
que las vemos desarrollarse
siempre de nuevo dentro
de los procesos de comu-
nicación. Identidad es, se
cambia y se desarrolla como
practica social.
Es así que venimos desarrollando una Antro-
pología del desarrollo, donde estudiamos
no solamente la relación entre individuo y
sociedad, sino también el cambio de esta
relación, y el cambio cultural, donde tam-
bién observamos el surgimiento de nuevas
expresiones de cultura y de comportamien-
tos, estilos de vida, que en nuestras inves-
tigaciones seguimos estudiando a partir de
los actores individuales y colectivos, siem-
pre con el objetivo de brindar conocimiento
de la diversidad de formas de vida, donde
nuestra atención en cada caso estudiado
se dirige a las identidades construidas con
vivencias en diferentes mundos: lo popular y
lo urbano, lo tradicional y lo moderno, etc.,
y el modo de inserción de cada cultura local
al sistema global, donde revisamos si éste
último permite el multi culturalismo (Olivé
1999), y de qué modo lo hace.
La utilización del término “multicultural-
ismo” merece algunas explicaciones. Ha
causado una profunda polémica en algunos
ambientes académicos. Para nosotros, el
término cobra mayor importancia, cuando
ayuda revelar la diversidad de las culturas:
culturas ligadas a una población, a países/
naciones y fenómenos que surgen dentro
de la misma cultura global, poblacional o
nacional, como es la cultura juvenil con sus
expresiones de tiempo libre. Estamos con-
scientes que sin el reconocimiento de nue-
vas formas de cultura -a las cuales también
les damos nombre por ejemplo la “cultura
del grafiti” que son pinturas en las paredes-
nunca logramos captar la esencia del cam-
bio cultural, privándonos de la posibilidad
de una teoría social.
Bajo este significado, el
término multicultural-
ismo se opone a térmi-
nos como “sociedad de
masas” o “Modernidad
líquida” (Bauman, 2013).
Mientras que con estas últimas concep-
ciones estudiamos la homogeneización y
la anonimidad como destino del hombre
y la mujer en la sociedad moderna, con el
término multiculturalismo estudiamos sus
derechos. En nuestras investigaciones de
culturas locales, y su inserción a la cultura
global, encontramos la situación de facto de
los derechos. Introducimos este conocimien-
to a nuestras interpretaciones como concep-
tos normativos y proponemos nuestros mod-
elos en torno a la sociedad multicultural: la
“Multiculturalidad democrática” (García
Canclini 2005).
En nuestras investigaciones, hemos encon-
trado dos multiculturalidades distintas:
1. La multiculturalidad cuantitativa, inser-
tado al consumo y el desgaste de recursos
en los espacios de vida de las clases y po-
Si estudiamos entonces las iden-
tidades como pertenencia a
una cultura, las entendemos no
como algo fijo ni mucho menos
heredadas biológicamente
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blaciones privilegiadas. Estos mundos multi-
culturales son causados por la globalización y
se constituyen como interculturalidades, por
migraciones y turismos. Es la otra cara, mu-
chas veces caótica, de la homogeneización en
la sociedad global.
2. La multiculturalidad cualitativa, popular y
de pueblos, que tiene sus raíces en la origi-
nalidad de los pueblos del mundo. En lugar
de ceder los espacios culturales a la cultura
global homogénea, también en su vertiente
de multiculturalidad cuantitativa, esta mul-
ticulturalidad plantea mantener espacios
culturales propios, o recuperar los espacios
perdidos.
Cuando investigamos esta multiculturalidad,
nuestra atención se dirige no solamente a
los diferentes propios de pequeñas unidades,
sino también a su potencial de desarrollo.
Sin embargo, con nuestras debidas investi-
gaciones nos encontramos en una situación
muy difícil, ya que las culturas tienden ha-
cia el tradicionalismo, conservatismo en lo
político. No deberíamos olvidar que su de-
sarrollo ha estado y sigue en manos de uni-
dades poderosas, no dejando espacio para el
desarrollo de pequeñas unidades fuera de sí
mismos. Envuelto en expresiones modernas,
pero imperativo, estas unidades poderosas
de la sociedad global, someten toda unidad
pequeña a sus debidas contradicciones, tam-
bién la cientificidad. Estamos convocados de
concientizar sobre estas condiciones, cuando
investigamos cultura; y entonces sí, nuestro
compromiso va con las pequeñas unidades,
donde una herramienta epistemología puede
ser la etnología.
El estudio de las etnias
Etnología de las pequeñas unidades
Por su interés por lo indígena, la etnología
siempre se interesa también por lo original,
las tradiciones frente al mundo moderno. In-
troducimos en nuestros planes de estudio la
asignatura “Estudios de la Etnicidad y de la
Comunidad”, tomando en cuenta, que una
comunidad puede obtener rasgos de una et-
nia, o tiene configuraciones de “constitución
étnica” (Bromley, 1986).
Para el estudio de la etnicidad en América
Latina y el Caribe destacan la obra de Dar-
cy Ribeiro sobre las configuraciones histórico
culturales y de la antropología mexicana
(López y Rivas y Díaz Polanco), donde se
ubica la situación de las (minorías) étnicas
en la cuestión nacional, y donde se pide la
autonomía para estos grupos. Encontramos
mucho para el estudio de lo original, denom-
inado “lo propio” por algunos autores latino-
americanos y de los pueblos en los estudios
sobre identidad, siendo este interés cognitivo
y el conocimiento obtenido en la investigación
un paso preliminar e informador para la teor-
ización sobre etnicidad y comunidad. Mien-
tras que el estudio de la identidad incluye el
individuo en expresiones más particulares, el
estudio sobre etnicidad y comunidad recoge
las revelaciones sobre identidades colectivas
y los ubica dentro de un marco poblacional
con sus debidos requerimientos de cultura
material, social/política, espiritual/simbólica
y física.
Todos sabemos que en la teoría política el es-
tudio de las etnias está acompañado por rup-
turas y continuidades, conocido en México
como indigenismo, por un lado, y la construc-
ción del sujeto político por el otro. Encon-
tramos las raíces de esta disputa en conceptos
diferentes sobre “nación” y su relación con
“estado”. La escuela inglesa (Gellner, 1988)
relaciona el problema del nacionalismo con la
construcción de estados modernos en la his-
toria contemporánea. Tenemos como práctica
del pensamiento estado-nación las políticas
que privan a poblaciones de vivir sus propias
culturas políticas con sus debidas estructuras
de organización; son añadidas a los estados
modernos, que son centralistas, y se adjudica
a la población originaria una posición subor-
dinada. Sin embargo, más que identificarse
con un estado moderno con su respectiva
definición de nación, actores sociales étni-
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cas se identifican sobre la base de nacion-
alidades, no admitidas en el pensamiento
estado-nación, o como cultura popular, or-
ganizada en pueblos, comunidades y mov-
imientos.
Hoy día observamos, que el derecho de re-
producción de las pequeñas unidades tiene
que ser defendido no menos que aquello de
la multiculturalidad. Es
aquí la importancia de
Bromley (1983, 1986)
para el estudio etnológi-
co. Lo que en Europa
son las “minorías” o “ex-
tranjeros”, “indios” o
“negros” en América, en
la etnología Soviética son nacionalidades.
Bromley ha desarrollado un concepto para
la discusión de estas nacionalidades como
grupos étnicos y sus procesos de desarrol-
lo. La idea básica de su teorización radica
en que al individuo, a cada individuo, se
le deja su afiliación a una nacionalidad y
con ello, en tanto teoría, su pertenencia a
estructuras sociales y características cultur-
ales propias, que resultan de su pertenencia
histórica. Es la convocatoria al derecho para
las unidades pequeñas de de-
sarrollarse en la sociedad
mayoritaria.
Consuelo Sánchez (1999) nos
da una idea del largo camino
que había que recorrer para
llegar a una comprensión
de las luchas de los actores
sociales como luchas por la
autonomía, que es el arriba
mencionado derecho de vivir
su propia cultura con todas las
expresiones de organización
social-política que esto implica. Es ante este
reto de comprensión científica, que estamos
convocados a superar el pensamiento indi-
genista en todas las vertientes de la teoría
social, también en la teoría del desarrollo;
emprender una vista desde adentro, desde
los propios actores sociales, organizados
en sus propias entidades de producción y
reproducción, o como segmentos de po-
blación. Retomamos para nuestro estudio
la concepción de pensamiento latinoamer-
icano, superando los límites del pensamien-
to estado-nación, para ver a los/las autén-
ticos/as actores/as sociales en sus propias
estructuras de etnia-nación, siendo estas
“nacionalidades” (Díaz Po-
lanco 1982), pueblos, comu-
nidades o movimientos.
Propuesta para una
investigación inter-
cultural - Anexo 1
Contrato como enfoque metodológico
Por supuesto que cada investigación
antropológica debe ser una práctica de in-
terculturalidad: un encuentro entre inter-
locutores. Pero este encuentro puede ser
formal - en la investigación cuantitativa,
por ejemplo, si la labor consiste en llenar
encuestas- o puede ser paternalista y hasta
explotador.
Mientras que
aquí se plantea
un encuentro de
acuerdo con los
principios de in-
terculturalidad:
entenderse mu-
tuamente, ob-
servarse mutua-
mente y conocerse
cada vez mejor.
Siendo objetivo
crear y mantener
la equidad entre
los actores de la investigación, mi propues-
ta pretende ubicar la teoría -la reflexión
intelectual de la investigación- adentro de
la dinámica de este encuentro, y no como
algo separado, producido y controlado úni-
camente por el investigador. Por lo tanto es
Lo que en Europa son las mi-
norías” o “extranjeros, “indios o
negros en América, en la et-
nología Soviética son nacionali-
dades.
Es ante este reto de comprensión
científica, que estamos convocados
a superar el pensamiento indigenista
en todas las vertientes de la teoría so-
cial, también en la teoría del desarrol-
lo; emprender una vista desde aden-
tro, desde los propios actores sociales,
organizados en sus propias entidades
de producción y reproducción, o
como segmentos de población.
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importante tener consciente lo preconcebido
de un proyecto de investigación y permitir la
reflexión comparativa de factores subjetivos en
cada momento de la investigación, para lograr
un encuentro cultural en la comparación. No
abstenerse de la cercanía (o hasta denunciarla
en algunas escuelas) requiere de a una subjeti-
vación del objeto: cuando el/la investigador/a
se convierte en sujeto-objeto.
Cuadro 1 – Anexo 1
La investigación del encuentro sugiere un
método cualitativo como construcción de la
relación de dos posiciones: del sujeto (inform-
antes) y del sujeto-objeto (investigadores). El
objeto del trabajo científico se exterioriza en
un interés específico, o una temática. Para pod-
er encontrarse, el sujeto y el sujeto-objeto tie-
nen que coincidir y no cualquier sujeto es apro-
piado por cualquier sujeto-objeto y viceversa.
Este proceso de búsqueda de concordancia
(interculturalidad) entre sujeto y sujeto-obje-
to es la estrategia del trabajo científico en la
investigación cualitativa. Es su didáctica de
trabajo, establecido en un contrato, dónde las
posiciones asumen compromisos de voluntad
y de identificación, y dónde los roles se cam-
bian. El sujeto aparece objetivo (por ejemplo,
la artesanía popular) y el sujeto-objeto aparece
subjetivo (por ejemplo, expresa belleza de la
artesanía popular).
Mediante una metodología de contrato, este
proceso de concordancia se hace consciente
para ambos. Así también el sujeto puede inte-
grar su interés, su objeto. Siendo así, el sujeto
puede actuar autónomo en la investigación,
condición indispensable para la intercultural-
idad, el encuentro entre mismos.
Cuadro 2 – Anexo 1
Podemos plantear esta investigación como
ritual. Proceso de investigación como ritual
quiere decir anclar la práctica de investigación
a la dinámica cultural en la relación entre loc-
utores (intelectual y pueblo), que son contra-
partes. El ritual se presta para reflexionar inte-
gralmente (como tradición y modernidad) las
identidades, o sea la investigación como ritual
es un encuentro de identidades, encuentro cul-
tural. Tiene que ser transparente, posible con
el método dialéctico del YO y el OTRO, o sea
se requiere – además del nivel informal (ritual)
– un nivel formal, que es el producto científico
como unificación de intenciones, propósitos.
En la construcción del producto científico me-
diante la interrogación y su respuesta, la re-
flexión acompaña la investigación en todo mo-
mento y puede ser integrada por ambos sujetos
(investigador e informante). Es el trabajo de
reflexión sobre:
- las relaciones sujeto – sujeto-objeto y con
el objeto
- apropiación intelectual de temáticas.
En la evaluación, el producto científico es
“puntos de vista”, modos de presentación y
clasificación de los datos. Es ventajoso pon-
derar diferentes puntos de vista. El pluralismo
(científico) significa entonces poder integrar
diferentes posiciones a su propia perspectiva
del científico-escritor y se dirige hacia el fu-
turo. Se construye con un registro sobre el tra-
to del hombre con su medio ambiente social
y natural y sus recursos, mostrando efectos a
largo plazo, que son las estructuras del cam-
bio. En ello no se puede evitar generar hipóte-
sis (pronosticar), sin embargo los hipótesis no
son entendidos y presentados como verdades o
destinos, sino como interrogantes.
Para los receptores, el producto científico no
es receta para actuar, ni orden ni prohibic-
iones, sino aportes para la reflexión. Apela
al intelecto del hombre y las interrogantes se
dirijan a su actuar, donde los criterios de esta
interrogación, como teoría crítica, se derivan
de la pregunta de trabajo, del objeto. En este
sentido, cumpliendo con su objetivo, logra el
trabajo científico obtener conciencia sobre una
temática, campos de trabajos, problemáticas.
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Bernhard Albrecht
Antropólogo y etnólogo suizo, ha tenido experiencia de trabajo profesional durante sus estudios de
grado y posgrados en países latinoamericanos. Estudiante de Mario Erdheim, con quien se introdujo
al etnopsicoanálisis. En los años 80 y 90, coordino proyectos de desarrollo académico, acompañó esta
supervisión con seminarios en Suiza, Nicaragua y Cuba. Actualmente colabora con Nicaragua y Cuba en
seminarios de Métodos Cualitativos y Etnopsicoaálisis.
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