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Rutas de la Antropología Nicaragüense
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
Rutas de la Antropología Nicaragüense
Desarrollo de la
antropología física,
un aporte a la
descolonización cultural
Portada: El trabajo de la antro-
pología física en Nicaragua a sido
importante para el análisis de las
sociedades prehispánica.
Foto: Fototravel
Ramiro García Vásquez
Consultor independiente
Biólogo, especialista en Antropología Física y Arqueología
ID Orcid: http://orcid.org/0000-0003-2186-5452
mamutsrgv@yahoo.es
Resumen
El desarrollo de la Antropología Física en Nicaragua tiene aproximadamente 30 años, sus orígenes es-
tán en las investigaciones del Departamento de Antropología del Museo Nacional de Nicaragua, cuando
la Sra. Leonor Martínez de Rocha entonces directora del Museo, decidió contratar un profesionista en
Biología para que se hiciera cargo de los análisis de restos etnozoológicos y etnobotánicos que se en-
contraban en los depósitos arqueológicos. Doña Leonor había trabajado desde muy joven con Don Dio-
cleciano Chávez, Fundador de la Colección del Museo Nacional y él había hecho un reporte periodístico
el 23 de enero de 1920 donde informa del hallazgo de restos humanos momificados encontrados en
Punta La Cimarrona, Península de Chiltepe-Managua. Este es uno de los primeros hallazgos vinculados
a la Paleoantropología en Nicaragua. A partir de la década del 90 fue posible aplicar las técnicas de la
Antropología Física para el estudio y caracterización de las poblaciones originarias que se emplazaron
en nuestro territorio, se ha podido estudiar una muestra osteológica que data desde el Periodo Holo-
ceno hasta 1856, reconstruyendo sus patrones de asentamientos, alimenticios, el sistema de creencias,
características físicas -biológicas y sus sistemas de organización social. Los resultados obtenidos a lo
largo de estos 30 años han estructurado esta ponencia en la que se transmitirán elementos de la verdad-
era historia de nuestros antepasados, la historia que nos han negado, la reconstrucción descolonizada
de nuestras raíces culturales ancestrales.
Palabras claves: Antropología física, análisis de contextos, laboratorio, reconstrucción y descolonización
cultural.
Abstract
The development of Physical Anthropology in Nicaragua is approximately 30 years old, its origins are
in the investigations of the Department of Anthropology of the National Museum of Nicaragua, when
Mrs. Leonor Martínez de Rocha, then director of the Museum, hired a professional in Biology to to
take charge of the analysis of ethnozoological and ethnobotanical remains found in archaeological
deposits. Doña Leonor had worked from a young age with Don Diocleciano Chavez, Founder of the
National Museum Collection and he had made a journalistic report on January 23, 1920 where the
information of the finding of mummified human remains found in Punta La Cimarrona, Chiltepe Pen-
insula - Managua This is one of the first findings linked to Paleoanthropology in Nicaragua. From the
90’s it was possible to apply the techniques of Physical Anthropology for the study and characterization
Desarrollo de la antropología física, un aporte a la descolo-
nización cultural en Nicaragua
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Development of physical anthropology, a contribution to cultural decoloni-
zation in Nicaragua
Recibido: 08-9-2019
Aceptado: 11-10-2019
Copyright © 2019 UNAN-Managua
Todos los Derechos Reservados.
1 Ponencia preparada para el XII Congreso Centroamericano de Antropología, Managua, 11 al 14 de noviembre de 2019.
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Desarollo de la antropólogia Física, un aporte ...Ramiro García Vásquez
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
of the original populations that were located in our territory, an osteological sample dating from
the Holocene Period until 1856 has to be studied, reconstructing its settlement patterns, food, the
belief system, physical-biological characteristics and their social organization systems. The results
obtained over these 30 years have structured this presentation in which elements of the true history
of our ancestors will be transmitted, the history they have denied us, the decolonized reconstruction
of our ancestral cultural roots.
Keywords: Physical anthropology, context analysis, laboratory, reconstruction and cultural decoloni-
zation.
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Rutas de la Antropología Nicaragüense
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
Introducción
Este texto surge para compartir los resultados
de las investigaciones de Antropología Física en
Nicaragua, que tienen como eje fundamental
reconstruir las características bioantropológi-
cas, raíces e identidad cultural de nuestros
ancestros y ancestras. Este artículo contiene
un hiato de información que ha resultado de
hurgar las evidencias osteológicas registradas
en los trabajos de campo y los análisis de lab-
oratorio. Esta muestra procede de diferentes
zonas de enterramientos precolombinos, donde
se recolectó abundantes fracciones esqueléticas
consistentes en más de 400 individuos pertene-
cientes a nuestros antepasados, Mayagnas, Len-
cas, Chondalt, Chorotegas, Nicaraos, Sutiabas;
quienes fueron los verdaderos conquistadores
y constructores de nuestra cultura ancestral,
además de varias osamentas perteneciente al
mal llamado periodo colonial e independiente.
Los restos humanos pueden proporcionarnos
abundante información acerca de las socie-
dades pretéritas y de hecho, ninguna recon-
strucción social puede considerarse completa
sin un examen de la estructura física y de la
salud de la comunidad.
El material osteológico puede así mismo pro-
porcionar interesante información de una ín-
dole más especializada tal como los efectos del
medio ambiente en las poblaciones modernas y
antiguas, o la evolución de las enfermedades.
Para emprender esta labor científica de hacer
Antropología Física en los restos humanos pre-
colombinos era necesario despertar el interés
por la osteología en general, además, estar
familiarizado con la Zoología Comparativa, lo
cual permite identificar y clasificar taxonómica
y anatómicamente los restos osteológicos. Una
de las primeras actividades que realicé para
emprender estos estudios fue buscar literatura
vinculada a la arqueología de la muerte en país,
pero raramente solo me encontré un reporte so-
bre esta temática que describe el hallazgo de
los restos humanos registrados en un cementer-
io precolombino en la Isla de Ometepe, realiza-
do por Wolf Haberlang, arqueólogo de origen
alemán, después la información literaria bási-
camente era nula.
Inmediatamente se me vino a la memoria una
serie de incógnitas como: ¿Qué hicieron los in-
vestigadores con las osamentas humanas que
aparecían en las excavaciones?, ¿Por qué no hay
análisis de las muestras osteológicas?, ¿Cuánta
información científica se perdió al no realizar
estudios en los restos humanos? ¿Qué tipo de
tratamientos recibieron los restos humanos
exhumados de las tumbas y que información
recibieron las comunidades originarias? Los
huesos, por regla general, siguen constituyendo
un problema para los arqueólogos, aun cuan-
do el esqueleto humano represente una mate-
ria de investigación no menos fructífera que
la cerámica, los metales, artefactos líticos o
cualquier otro material cultural encontrado en
un sitio prehistórico.
Desde hace más o menos 30 años, se comen-
zó a recolectar todas las muestras osteológi-
cas humanas y faunísticas procedentes de los
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Desarollo de la antropólogia Física, un aporte ...Ramiro García Vásquez
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yacimientos, así se formó la colección de
especímenes sobre los cuales se hicieron las
investigaciones y los análisis de laboratorio
que proporcionaron una diversidad de infor-
mación vinculada a la bioantropología de las
sociedades que nos antecedieron. Para este
trabajo también contamos con bibliografía
actualizada y con una colección de referencia
osteológica tanto humana como faunística.
Entonces visioné que desde la Antropología
Física podía hacer un verdadero aporte a la
interpretación y reconstrucción de la verdad-
era cultura e historia de nuestros pueblos an-
cestrales, y aportar a la línea de las teorías de
la descolonización cultural en América Lati-
na, que ha venido tomando fundamentación
en el último siglo, con las epistemes defendi-
das por filósofos, sociólogos y antropólogos,
de las regiones Sur, Andina, Caribe y Mesoa-
mérica, que para nuestros pueblos originar-
ios es el Abya Yala, que significa ¡La Tierra
donde corre la sangre!.
La Antropología Física me ha permitido
reconstruir los patrones socioculturales,
económicos y políticos de las sociedades
que se vinieron desarrollando desde por los
menos 8000 años cuando llegaron los hu-
manos de Acahualinca hasta 1550, periodo
de tiempo en el cual inician los primeros
oleajes invasores del Continente europeo, sin
embargo, el colonialismo que duró apenas
un poco más de 300 años no puede pretend-
er siquiera borrar una cultura cuyas raíces
tienen 8000 años. Lo más importante de la
Antropología física es que permite recuper-
ar pruebas tangibles de la grandiosidad de
nuestros pueblos originarios y esto, sin duda
aporta a la descolonización cultural y mental
de nuestro pueblo actual.
Antropología Física o biológica
Quiero iniciar con el origen de la palabra
Antropología que se deriva, etimológica-
mente de la raíz griega anthropo, que sig-
nifica “hombre” y de la terminación logía,
cuyo significado es “Ciencia”. Por lo tanto,
la antropología es la Ciencia que estudia al
hombre, así como sus obras. El término de
Antropología física es usado desde el siglo
XIX y aceptado por la UNESCO que le con-
fiere la cualidad de ser un gran campo de
estudio. Se trata del estudio biológico de
las poblaciones en el espacio y en el tiempo.
La evolución de esta materia ha hecho que
también reciba el nombre de Antropología
biológica. El antropólogo también estudia
las causas que han provocado esa diversidad
Genética de poblaciones. Estos datos vincu-
lados con la antropología física y cultural de
los pueblos originarios nos sugieren que de-
scendemos de una misma matriz biocultural
de la cual debemos formar nuestra identidad
centroamericana. La divulgación de estas
investigaciones será un hecho de mucha rel-
evancia para el desarrollo científico y soci-
ocultural de nuestros pueblos. El fenómeno
humano es de gran complejidad y para su
correcta comprensión debe ser abordado a
diversos niveles. El hombre es en todo mo-
mento una entidad biológica, pero la historia
natural de esta entidad biológica es absoluta-
mente incomprensible si no se da cuenta del
fenómeno cultural. El hombre es un ser cul-
tural, pero este ente cultural es incomprensi-
ble sin un cierto conocimiento de su historia.
Ahora tenemos un ser cultural, biológico e
histórico, que por tal complejidad requiere
de un manejo especializado en cada nivel.
Contexto arqueológico – ¿Que nos di-
cen los huesos?
Los restos óseos son una fuente importante
para el conocimiento de las condiciones de
vida de los integrantes de una población. El
análisis de las enfermedades más comunes
en una población, el patrón que sigue una
enfermedad o una lesión refleja su herencia,
clima, dieta y actividades, es decir, su cultura
en general parafraseando a F. Márquez 1996.
Durante la vida el ser humano sufre cambios
que no son observables a simple vista, pero
que dejan huella en el sistema óseo, lo cual
coadyuva a conocer cuáles fueron las enfer-
medades o posibles patologías sufridas, así
como el tipo de actividades al que fue some-
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Rutas de la Antropología Nicaragüense
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
tido el cuerpo durante la vida. El análisis de los
datos obtenidos mediante el estudio de las osa-
mentas humanas conduce a conocer detalles
sobre la relación individuo-sociedad-medioam-
biente-salud-enfermedad.
En las investigaciones arqueológicas es im-
portante conocer y estudiar el medio natural
dentro del cual vivió y se desarrolló un grupo
cultural determinado. En el estudio del hábitat
de una región o una zona arqueológica dada, es
necesario tener en cuenta como aspectos fun-
damentales, el paisaje y los recursos naturales
del lugar.
Los registros de yacimientos paleontológicos,
paleoantropológicos y arqueológicos en Nicara-
gua han permitido reportar sitios desde el Hol-
oceno, que datan desde 6000 a.J.C. hasta 1550
d.J.C, que es el contacto con los españoles. El
Yacimiento más importante en el Pacífico es
Acahualinca, en Managua, y en el Caribe, Angi
en Monkey Point. RACS, otro sitio muy tempra-
no se reporta a la orilla de la laguna de Tiscapa,
también en la ciudad capital, donde los estu-
dios sugieren la existencia de un poblamiento
que data de (1500 - 2000 años a.J.C.) y proba-
blemente fueron los primeros agricultores de la
zona. (Lange, 1995).
Colín Renfrew (Moore, 1995: 719) plantea que
la invención de la agricultura posiblemente
vinculó a las poblaciones humanas a lugares
determinados, poniendo fin a los procesos de
etnogénesis. Nuestras poblaciones aborígenes
que se asentaron en el territorio nacional son
un ejemplo de los grupos de agricultores sed-
entarios atados a la abundancia de recursos
hídricos, florísticos y faunísticos que les propor-
cionaba la cercanía de los lagos Xolotlán y Co-
cibolca, los ríos, las lagunas, las costas marinas
y las fértiles tierras de origen volcánico y otros
factores ambientales como el clima permitier-
on la adaptación y desarrollo de las sociedades
pretéritas en nuestra geografía. O bien como
lo explica Brothwell (1993), el entorno en que
se encuentran puede contribuir a solucionar de-
terminados problemas, el tipo de túmulo puede
indicar el periodo en el que se ha producido el
enterramiento; un gran número de esqueletos
amontonados en una fosa puede sugerir que se
trata de víctimas de una plaga, mientras que
el enterramiento aislado de un cráneo podría
quizá indicar un enterramiento de ritual. Así
pues, es importante anotar el lugar de enter-
ramiento con la máxima exactitud posible.
El universo de las muestras osteológicas hu-
manas analizadas es procedente de diferentes
sitios arqueológicos registrados en la geografía
nacional. Este proceso permitió la localización
de muchos espacios de enterramientos carac-
terizados como: Cementerios, Centro Cere-
moniales, Espacios Sepulcrales Compartidos,
Enterramientos Aislados; en estos sepulcros
se descubrieron y se observaron diversas for-
mas de enterramientos, costumbres atípicas,
paquetes de restos humanos y especímenes que
posiblemente fueron amarrados y desmembra-
dos. Se han hurgado tumbas conteniendo restos
humanos pertenecientes a varios individuos,
asociados a restos fáunicos y objetos que con-
forman su ajuar funerario, también se han exca-
vados áreas de enterramiento para la población
aborigen de elevado estatus social, como es el
registró de una sepultura de un Sukio con of-
rendas de un incensario y colgante de Jade con
forma de hacha y una Tumba de Cajón también
conocida como Tumba de Cancel que contenían
restos humanos de dos mujeres con ofrendas de
Ocre rojo y otros indicativos de alto rango so-
cial, ubicada cronológicamente Periodo Temp-
isque-500-300 a.J.C, (García, 2017).
Esta gama de elementos antrópicos culturales
puede sugerir marcas de referencias culturales,
principalmente del estatus social de la persona;
como el de un espécimen posiblemente anciano
con ofrendas de Jade. En el mismo contexto ar-
queológico se reporta el hallazgo de un paquete
de huesos humanos, entre los cuales hay un es-
pécimen que en base a las características del
cráneo corresponde al sexo masculino y parece
haber sido desmembrado y se encuentran aso-
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ciados a restos zoo arqueológicos. Los di-
entes presentan un desgaste en forma de V
o cavitados; probablemente se trata de un
arreglo en los dientes incisivos inferiores,
estas marcas indican elementos antropológi-
cos de diferenciación social en el estatus del
individuo.
Análisis de Laboratorio
El proceso de análisis de antropología física
en laboratorio consiste en la limpieza físi-
ca de los esqueletos, es necesario la elimi-
nación de tierra en la mayor medida de lo
posible, lavar con agua si la muestra lo per-
mite, articular los restos fragmentados, hac-
er medidas biométricas, clasificación de la
muestra por partes anatómicas, observación
de afectaciones por patologías, traumas,
culturales, desgaste dental, toma de notas,
fotografías. Siempre que sea posible es ac-
onsejable familiarizarse directamente con
los huesos, tener un buen conocimiento de
la morfología general del esqueleto humano
para poder reconocer los restos fragmenta-
dos. Es muy importante conocer los rasgos
biomorfológicos de: El cráneo, la columna
vertebral, las costillas y el esternón, las ex-
tremidades superiores, región pélvica y las
extremidades superiores e inferiores, con
este conocimiento básico es posible identi-
ficar las osamentas humanas, que proceden
de inhumaciones bien definidas como los
que aparecen mezclados. (Brothwell, 1993).
El universo de la muestra consiste en más de
400 especímenes excavados y exhumados en
diferentes regiones de país, el estado de con-
servación de las fracciones esqueléticas de
cada uno de los individuos es variable desde
aceptable, bueno, pésimo, en algunos ca-
sos se le aplicaron técnicas de restauración
consistente en consolidación utilizando pe-
queñas cantidades de pegamento soluble en
agua. Los análisis se realizaron de acuerdo
a las porciones anatómicas, recolectada to-
mando en cuenta su estado de conservación,
en primer lugar: Cráneo, Columna vertebral,
Costillas y Esternón, Extremidades Superi-
ores e Inferiores y Región Pélvica.
Entre los casos más relevantes de los espe-
címenes analizados están los que proceden
del yacimiento Los Placeres, Managua. Se
trata de dos individuos asociados al sexo fe-
menino, los análisis bioculturales sugieren
que la forma de enterramiento de las dos,
conspicuo pues comparten el mismo espacio
sepulcral, el mismo tipo de indumentaria
(ofrendas), las colocaron en la misma ori-
entación y posición, con elementos cultur-
ales controlados sólo por la elite como es
el caso del “Ocre” precolombino. Entonces
este conjunto de elementos antropológicos
culturales nos indica una posible sucesión
de poder controlado por mujeres “Jefas, li-
deresas o Caciques” con cierto grado de
parentesco.
Este análisis de estos restos y su contexto
arqueológico permite interpretar los roles
sociopolíticos de algunos grupos donde la
matrifocalidad era más representativa que
el patriarcado, a diferencia del sistema co-
lonialista caracterizado por ser racista y pa-
triarcal.
Se analizó a un individuo que perdió todas
sus piezas dentales en vida y a corta edad,
sólo hay evidencias de alvéolos abiertos en
los Pm1 - lado derecho y Pm2 - lado izqui-
erdo, con la presencia de un Incisivo lateral
izquierdo con problema patológico (Tárta-
ro). El cráneo muestra deformación antero
posterior pronunciada, anomalías óseas que
se producen como consecuencia de atarles la
cabeza a los niños a una tabla.
Entre los años de 1998 al 2001, se desar-
rollaron investigaciones en el sitio de León
de Imabite, se desenterraron más 150 espe-
címenes obteniendo valiosas informaciones
bioculturales sobre los patrones de enter-
ramientos tanto de la época precolombina
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Rutas de la Antropología Nicaragüense
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y colonial siglo XVI. Entre estos especímenes
analizados encontramos los restos esqueléticos
de una mujer perteneciente a los grupos so-
ciales precolombinos con un orificio en el pa-
rietal izquierdo como resultado de una Cirugía
-Trepanación primer caso reportado en la ar-
queología de la muerte en el país. Además,
se observó a través de una lupa electrónica un
conjunto de agujeros osteoporóticos causados
por la osteoporosis, la operación fue realizada
en esta misma región del cráneo.
En comunicación personal con el Dr, Enrique
Guerzten Profesor de Patología en la Univer-
sidad de Virginia, USA, me compartió que ha
realizado varias investigaciones vinculadas a
las momias y las prácticas de trepanación por
diferentes grupos culturales del Perú prehis-
pánico.
Estos resultados son prueba contundente del
conocimiento de los pueblos ancestrales, que
no estaban insertos en el supuesto desarrollo
de la medicina occidental, pero dejaron as-
ombrados a los invasores, cuando se dieron
cuenta que realizan estas cirugías con estuches
de navajas de obsidiana, un vidrio de origen
volcánico que puede tener igual o mayor filo
que las herramientas de metal; su asombro fue
mayor cuando vieron que las personas sobre-
vivían a estas operaciones. Así mismo, lo pude
comprobar en el laboratorio con la muestra de
cráneos, sobre todo la que procede de León
Viejo, que presentan evidencias de cicatriza-
ciones de trepanaciones.
En los entierros prehispánicos de Marsella, en
una zona que se localiza a unos 15 kilómetros
de San Juan del Sur en la rivera de la costa
del Pacífico con bosques de manglares que aún
se conservan en la ecología del Istmo de Ri-
vas. En este sitio se recopilaron restos óseos
humanos de 5 individuos de la época preco-
lombina, las fracciones esqueléticas mostra-
ron alta fragilidad y una pigmentación muy
blanca semejante al yeso, y evidencias de
osteoporosis, estas anomalías probablemente
se deben al tipo de alimentación rica fosforo
por el consumo de peces, moluscos y bivalvos
recolectados en los manglares. En varios de
los entierros se encontraron ofrendas de estos
moluscos. Según Legast (1998) los bivalvos se
consideran como representaciones del sexo fe-
menino y ciertos gasterópodos alargados como
representaciones del sexo masculino.
Desde el punto de vista antropológico cultural
se puede inferir que este tipo de enterramien-
tos atípicos puede asociarse a un ritual, una
actividad ceremonial y no se debe descartar la
posibilidad de un sacrificio humano. Se analizó
un caso con ofrendas funeraria consistentes en
un caracol color rasado, varias cuentecillas de
collar y restos fáunicos, se le identificó como
el “Niño del caracol”. Tanto las cuentas de col-
millos y huesos como las de conchas marinas y
los caracoles aparecen en gran mayoría en los
entierros de mujeres e Infantes (Legast, 1998).
En el Barrio La Cruz, San Marcos – Carazo en-
contramos el símbolo de la cruz, formado con
fracciones esqueléticas humanas, este es un el-
emento que está representado en los petrogl-
ifos, casi siempre está asociado a la altura y
el agua, también se manifiesta como motivos
iconográficos en la cerámica precolombina,
en las figurillas humanas que representan al
Dios de la lluvia de los pueblos Mesoamerica-
nos conocido como Tlaloc, está presente en los
tejidos, en las monumentales estatuas y otras
manifestaciones artísticas de nuestros pueblos
ancestrales.
Descodificando todos estos elementos antro-
poculturales descubiertos en su contexto
arqueológicos y tomando en cuenta las car-
acterísticas bioambientales de estos espacios
geográficos, podemos sugerir que estas evi-
dencias descubiertas en el Barrio La Cruz están
vinculadas a un sacrificio humano o ritual en
honor al Dios de la lluvia, lo que constituye
una evidencia de que en este período inicia-
ron la agricultura y por tal, también iniciaron
las fiestas y rituales religiosos agrícolas. Estos
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datos testifican sobre el mundo de creencias
cosmogónicas, sus costumbres, creencias,
mitos y ritos que tejían el entramado de sus
prácticas por la fe y la espiritualidad, res-
petuosos de la Pachamama, nuestra madre
tierra.
Información biométrica
Determinar la estatura: Para hacer la esti-
mación de la estatura de un individuo o gru-
pos de individuos, pertenecientes a comu-
nidades pretéritas hay que tener en cuenta
cuatro principios antropológicos básicos rel-
ativos a la altura:
Primero: La altura de un individuo aumenta
hasta alcanzar la edad adulta y decrece con-
forme se acerca la senectud.
Segundo: Dentro de una misma población ya
sea homogénea o mezclada se encontrará un
considerable grado de variación en la estat-
ura.
Tercero: La estatura media de una serie de
poblaciones puede diferir ampliamente una
de otra, pero cuando se considera la dis-
tribución general de la estatura dentro de
cada grupo, todos los grupos presentan en
común un determinado porcentaje de altura.
Cuarto: La estatura media de las mujeres es
menor que la de los hombres, cualquiera que
sea el grupo.
Los estudios de antropología física en la
muestra estudiada han demostrado en un
90% que la estatura de una persona viene
dictada por la herencia, mientras que los fac-
tores ambientales como la alimentación y el
clima son responsables del otro 10%. (Bass,
1996). De acuerdo a las técnicas modernas,
podemos afirmar que los huesos diagnósti-
cos para conocer la estatura de un individuo
son los huesos largos (fémur y tibias). Pero
es necesario tomar los datos biométricos
de los restos óseos humanos en proceso de
análisis para obtener mejores resultados.
El patrón biométrico del cráneo de las po-
blaciones originarias de América es bastante
homogéneo, en el caso de la muestra anal-
izada en el país, se obtuvieron las siguientes
dimensiones: Altura desde la barbilla hasta
el centro del cráneo 19 cm, altura desde el
Gonio hasta el Bregma 14 cm, altura des-
de el Naso hasta el Frontal, ancho desde el
Frontal hasta la Lambda 21 cm, ancho desde
el Mental hasta el Lambda 22 cm. El grosor
promedio del cráneo varía de 6.6 a 7.2 mm.
La muestra analizada ha permitido saber que
la estatura promedio de las mujeres era de
1.50 a 1.55 cm de altura y la de los hom-
bres oscilaba entre 1.65 y 1.70. Aunque en
ambos casos había excepciones, en el sitio
los placeres se registró el enterramiento de
una mujer que tenía como ajuar funerario un
paquete de agujas de tejer elaboradas con es-
pinas de pescado marino, esta mujer, de ac-
uerdo al tamaño de su fémur y tibia media
170cm aproximadamente.
Determinación del sexo: Para determinar
el sexo de un espécimen en estudio es im-
portante tomar en cuenta y analizar la mor-
fología de las fracciones esqueléticas más
diagnósticas como el cráneo, suturas cra-
neanas, pelvis, escotadura ciática, el surco
pre auricular, los rebordes supra orbitales, la
cresta occipital, apófisis mastoidea y huesos
largos. La morfología de mayor relevancia
para determinar el sexo es la pelvis pues pro-
porciona la información más fiable de cara a
la determinación del sexo y es probable que
pueda alcanzar de un 90 a un 92% de ex-
actitud. En su conjunto la pelvis masculina
es más robusta con impresiones musculares
bien marcadas, la profundidad de la sínfi-
sis del pubis es por lo general mayor en el
hombre, la apófisis mastoidea es mayor en
el hombre, el agujero obturador tiene mayor
tamaño en el hombre y presenta un contor-
no más bien oval, mientras que en la mujer
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Rutas de la Antropología Nicaragüense
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
es más pequeño y de una forma más triangu-
lar, la escotadura ciática es más pequeña en el
hombre. Estos rasgos biológicos son excelentes
características diagnósticas. (Bass., 1995)
En base a la biometría del cráneo, la mor-
fología de la apófisis mastoidea y a la escota-
dura ciática en la pelvis se puede afirmar con
alto grado de probabilidad el sexo de un indi-
viduo.
En la muestra ósea prehispánica tenemos re-
portes de 50% de mujeres, 30% hombres y un
20% de infantes, esto nos ayuda a reconstru-
ir la demografía de estos pueblos en la época
pre colonial. Los principales datos nos indican
que las mujeres estaban desempeñando roles
de poder socio político, roles económicos en
actividades asociadas a la recolección y pro-
ducción de alimentos, también a la producción
de vestimentas y desarrollo artístico y en los
aspectos ceremoniales o espirituales como el
contexto de las estatuarias del Sitio El Salto en
Juigalpa, donde 10 estatuas que representan
mujeres forman un semicírculo en adoración
al este, donde nace el sol y solo hay repre-
sentación del sexo masculino por una estatua
que mira hacia donde se oculta el sol. En el
caso de los hombres se obtuvo datos de su de-
sempeño como sukios, guerreros, cazadores
a los que pusieron puntas de lanza o hachas
como ofrendas, también fueron pescadores y
recolectores.
Determinación de la edad: Para determinar la
edad en individuos adultos se toman en cuen-
ta rasgos morfológicos en el cráneo, como el
grado de fusión de las suturas craneanas y el
grado de desgaste de los molares principal-
mente. En un cráneo en buen estado de con-
servación que se puedan observar las suturas
craneanas, la dentadura en la maxila y la man-
díbula cuando está completa; y se puede de-
terminar si los dientes son temporales o si la
dentadura es permanentes o de un individuo
adulto y en segundo lugar el desgaste casi to-
tal de sus molares. El estudio de los dientes
en el hombre antiguo es tan importante como
el estudio métrico y morfológico de los huesos
del cráneo. Dado que los dientes son particu-
larmente resistentes a la descomposición una
vez enterrados, sobreviven en algunos suelos
mucho más tiempo que los huesos. Los dientes
son por lo tanto de un valor considerable para
estimar la edad media de las poblaciones del
pasado. (Brothwell, 1987.)
El desgaste dental se puede definir como la
pérdida de la sustancia de los dientes durante
la mistificación debido a la fricción de una su-
perficie dentaria con otra. Así como el efecto
abrasivo de las sustancias duras que pueda
contener el alimento. (Campbell, 1939).
Las edades determinadas en la muestra indi-
can que el promedio de vida de las mujeres era
de 40 años con algunas excepciones, como el
caso de mujeres registradas en yacimientos ar-
queológicos localizados en el barrio Las Torres
y en Los Placeres que murieron después de la
quinta década. En los hombres indican un lap-
so de vida de entre los 40 a 50 años, también
con variantes como el sukio de Los Placeres
que pasaba de la sesta década.
Patologías y elementos culturales: Las princi-
pales patologías encontradas tanto en hom-
bres como en mujeres fue el tártaro, las caries,
artritis, osteoporosis. También se observó una
característica cultural denominada dientes en
forma de pala, se le llama así a una concavidad
de la cara interna de los dientes incisivos que
presentan el aspecto de pala, este es un rasgo
genético de las poblaciones precolombinas de
América en un 90% de los individuos. Resulta-
dos Bioculturales de los restos Humanos exca-
vados en el Convento de San Francisco Quito
Ecuador (Ubelacker, 1994 ).
Pérdidas dentales: Una de las observaciones
más comunes en el análisis de la muestra den-
tal es que los individuos perdían de 2 a 4 pie-
zas dentales antes de morir, a temprana edad.
Fue notorio en muestra correspondientes a las
mujeres la perdida hasta de 5 piezas dentales
principalmente incisivos y premolares, posi-
Raíces
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Desarollo de la antropólogia Física, un aporte ...Ramiro García Vásquez
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
blemente a causa del uso que le daban a su
dentadura en sus actividades domestica –
cotidianas como al momento de tejer o hilar
utilizaba sus diente como herramienta, para
prensar y sostener.
Descalcificaciones óseas: En el universo de la
muestra muchos restos óseos presentan evi-
dencias de descalcificación en el cráneo, hue-
sos largos, vertebras. Esta patología se carac-
teriza por una fina porosidad en los huesos
y con más evidencia en los huesos planos,
posiblemente esta enfermedad está asociada
a la desnutrición, parasitismo y factores di-
etéticos. Algunos especialistas sugieren que
puede estar asociados al raquitismo, factores
de anemia y deficiencia de hierro.
El estudio Biométrico y bioantropológicos en
las muestras osteológicas procedentes de las
excavaciones arqueológicas que se realizan
en diferentes regiones del país debe de ser
un requisito primario para los investigadores
ya que a través de los análisis osteológicos se
obtienen importantes datos bioculturales de
las poblaciones pretéritas.
Una diferencia biológica epidemiológica ob-
via entre los Periodos Históricos y Prehistóri-
cos, es el impacto ocasionado por la intro-
ducción de las enfermedades europeas. Los
anales históricos documentan que las plagas
de viruelas, malaria, tifus, sarampión, y una
gran variedad de otras enfermedades mor-
tales, fueros introducidos en las Américas
por los europeos, con un resultado devasta-
dor para las poblaciones aborígenes del con-
tinente (Ubelacker, 1994).
En Nicaragua, así como en casi todas las re-
giones de las Américas, estas enfermedades
nuevas produjeron al causar epidemia, una
gran mortalidad y como consecuencia la ro-
tura social y económicas. No hay ninguna
duda de que se ocasionó una gran pérdida de
vida; sin embargo, las inscripciones históricas
no detallan la magnitud de esta mortalidad,
o la frecuencia en que se dieron estas enfer-
medades a lo largo del Periodo Colonial.
Deformación cultural craneana: Son marcas
o evidencias de afectaciones que se observan
en los restos óseos causadas de forma inten-
cional por un individuo en base a sus cos-
tumbres culturales. La deformación craneana
intencional es un signo social de pertenencia
a un grupo impreso de una manera indele-
ble en los huesos, se presentó con una gran
popularidad durante el denominado Perio-
do Formativo en la América Nuclear y lue-
go se extendió en otras regiones variables,
a las poblaciones de casi todo el Continente.
No cabe la menor duda de que esta prácti-
ca jugó un papel importante como indicador
de pueblos y jerarquías dentro de la organ-
ización social de la América precolombina.
Los estudios de J. Imbelloni. T. D. Stewart y
P. Weiss., lograron identificar y describir los
tipos de deformación craneana que se han
observado en el Continente, su distribución
geográfica y también una parte importante
de sus filiaciones culturales.
Ajuares funerarios: Las ofrendas funerarias
dicen mucho de los patrones de vida de los
pueblos ancestrales. Su creencia en una vida
espiritual los llevaba a creer que sus seres
queridos debían llevar a la tumba, alimentos,
armas, vestimentas, adornos corporales en-
tre otros objetos que formaban parte de sus
pertenencias en su vida física. De tal manera
que las ofrendas pueden determinar tipos de
alimentación, estatus social, practicas cere-
moniales, conocimientos y saberes.
En la muestra se logró identificar actividades
como los tejidos a través de ofrendas de agu-
jas, a los / las pescadores les colocaban rue-
cas, si eran de estatus, les depositaban Ocre
rojo y los restos zoo arqueológicos han per-
mitido reconstruir la dieta a base de granos,
carnes obtenidas de mamíferos, peces, aves,
reptiles y moluscos. En el aspecto ceremonial
o creencias espirituales a los guías o sukios
les ponían colgantes de jade o de oro. Final-
mente, estos objetos reconstruyen los tipos
Raíces
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Rutas de la Antropología Nicaragüense
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
de vajillas o utensilios domésticos, ceremoni-
ales y de intercambio comercial.
Patrones Alimenticios: Los análisis de Antro-
pología Física han permiten obtener conoci-
miento los vínculos Etnozoológicos y Etno-
botánicas, podemos inferir sobre las especies
de animales y vegetales que formaban parte
de la dieta cotidiana de las comunidades y so-
ciedades pretéritas. Haciendo investigaciones
bibliográficas y apoyándonos en otros traba-
jos científicos sobre los patrones alimenticios
en la Nicaragua precolombina como los real-
izados con la muestra del Ostional, Rivas en
1995 podemos hacer referencia a cerca de las
especies botánicas y faunísticas que estuvieron
aprovechando las poblaciones de Nicaragua
para su alimentación.
La reconstrucción del régimen alimenticio de
las poblaciones de Nicaragua prehispánica
es sumamente importante, ya que, según los
datos que resulten, podemos conocer si esta-
blecieron o no patrones y estrategias de sub-
sistencias, es decir, algunos tipos de prácticas
culturales, lo que implica conocer la dinámi-
ca y complejidad social de la gente que tuvo
como habitad el espacio geográfico de nuestro
territorio. Existen diferentes métodos de in-
vestigación para realizar estudios del régimen
alimenticio de las poblaciones originarias, in-
cluyendo el estudio de utensilios domésticos
y el análisis de iconografía en los artefactos.
También aplicando las técnicas de paleo etno-
botánica, el estudio de rasgos micro bióticos,
polen de fitolitos y análisis de restos zoo ar-
queológicos.
Los posibles recursos alimenticios de las po-
blaciones de Nicaragua y sus valores nutri-
cionales aproximados ^ (delta) 13C y ^15N
para la baja Centro América región donde se
encuentra emplazado el territorio nacional,
están sustentados por el consumo de especies
botánicas como yerbas, frutos, tubérculos,
cucurbitáceas, maíz, amaranto, nopales, epif-
itas, maguey, piña, legumbres. Consumían ci-
ertos mamíferos, peces, aves, algunos reptiles
y molusco bivalvo y gasterópodos. Solamente
con un exhaustivo análisis de restos osteológi-
cos humanos, se podría obtener una verdadera
información acerca de los patrones alimentici-
os y los patrones de asentamientos de la Nica-
ragua prehistórica. (Brandy Wheeler, Ramiro
García Vásquez, Amanda Diers) en F. W. Lange,
pág. 163-165. 1996.
Análisis de los Resultados
- Después de haber realizado los análisis “In
situ” y en el laboratorio de los restos humanos
se han obtenido los siguientes resultados:
- Obtuvimos de los restos humanos una valio-
sa información bioantropológicas- biométrica
de los grupos sociales que se emplazaron en
nuestro territorio.
- Los estudios permitieron obtener un hiato de
información vinculada con la etnozoología y la
etnobotánica, conociendo las especies animal
y vegetal que estuvieron consumiendo coma
parte de su dieta cotidiana.
- Los análisis permitieron comprobar que los
restos zoo arqueológicos se estaban utilizando
como recursos ceremoniales ya que se depos-
itaban a sus difuntos al momento de ser sep-
ultado.
- Estos análisis ha permitido conocer algunos
problemas patológicos que estuvieron padeci-
endo la población prehispánica (La artritis, la
caries y tártaro parecen ser las más comunes),
en especial en la osamenta de las mujeres.
- Los análisis de antropología física permitier-
on comprobar que estuvieron practicando al
menos 10 formas de enterramiento y utiliza-
ban los mismos recursos como ofrendas funer-
arias que depositaban a sus difuntos parientes.
- Mediante los análisis de todo el universo de
las muestras osteológicas de los diferentes
Raíces
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Desarollo de la antropólogia Física, un aporte ...Ramiro García Vásquez
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
especímenes, encontramos una diversidad de
objetos culturales que estaban asociados a las
osamentas como parte del Ajuar Funerario, esta
diversidad en las ofrenda que se le depositaba
a cada individuo, permite inferir elementos de
diferenciación socia, por ejemplo el individua
con ofrendadas de Jade, oro o cerámicas deco-
radas, collares dientes de animales, humanos y
moluscos, sugiere que se trata de un personaje
de elite, muy Importante dentro de su comuni-
dad o grupo social de la época.
Estos resultados nos sugieren que nuestros
antepasados tenían una organización social
altamente desarrollada para su época, vivían
en un modelo de propiedad comunitaria, con
una economía de consumo familiar-comunal
bien establecida por sus grandes conocimien-
tos de la agricultura, lo que les permitía pro-
ducir los alimentos que requerían para poder
establecerse como grupos sedentarios; desarr-
ollaron las artes al elaborar vajillas de barro y
lítica, pintaban, tallaban, esculpían. Su cosmog-
onía espiritual era politeísta por el gran respeto
que tenían a la naturaleza, al sol, a la lluvia,
al viento, al mar, la noche, la vida y la muerte.
Al llegar los invasores y establecer su modelo
colonizador, hegemónico, racista, patriarcal,
justificaron todas sus vejámenes y saqueos en
que los pueblos originarios tenían una cultu-
ra inferior a la de ellos, afirmaron que no los
reconocían como humanos, los esclavizaron
y diezmaron, impusieron la mescla biológica
por medio de la violencia y garantizaron la im-
posición ideológica al prohibirles hablar en sus
propios idiomas, de esta manera la colonización
has sobrevivido hasta nuestros días.
A esto es lo que Beorlegui llama “derecho a la
diferencia” planteado como un disenso instala-
do no desde la satisfacción y la insolidaridad,
sino desde la de¬fensa de los derechos de las
minorías marginadas y de todos los excluidos
por los poderes hegemónicos (Beorlegui, 2006:
856). Actualmente tener las características bi-
oculturales que identifiqué en esta muestra
estudiada es motivo de señalamientos de in-
ferioridad, pero no solo se recibe de parte del
neocolonizador extranjero, sino que ahora el
propio descendiente considera inferiores a sus
hermanos de sangre y patria porque es porta-
dor de la herencia colonial.
La filosofía liberadora desarrolla su crítica a la
razón moderna en nombre de una razón difer-
encial y en este sentido entiende que “desde la
mera y única insistencia en el derecho a dis-
crepar y a ser diferente” (Beorlegui, 2006: 879)
no se favorece a los explotados y dominados.
Estos “grupos de diferentes” que en términos
de Dus¬sel (2003) son “víctimas de la Mod-
ernidad”, aspiran a proponer la cons¬trucción
de un nuevo orden global, donde las orienta-
ciones univer¬sales de justicia y verdad sean
configuradas de una manera distinta. Por un
lado, las víctimas de la “irracionalidad” de la
modernidad, para Dussel (2003) evidencian la
“otra cara” negada del proyecto de la modern-
idad colonial. Por el otro, es en la negación del
“mito ci¬vilizatorio”, de este proyecto (moder-
no, luego emancipador, liberal, modernizador,
desarrollista, hoy neoliberal) y desde el deve-
lamien-to de su violencia, donde y cuando es
posible edificar una “razón liberadora”. Es en
este acto epistemológico-político se cita:
(…) cuando se define la “falacia desarrollista”
del proceso de mo¬dernización hegemónico
[…] cuando se descubre la dignidad del Otro
(de la otra cultura, del otro sexo y género,
etcétera); cuando se declara inocentes a las víc-
timas desde la afirmación de su Alteridad como
Identidad en la Exterioridad… (Dussel, 2003:
50).
Por su parte, Mignolo recupera esta radical-
ización crítica de Dussel desde su perspectiva
de denuncia de la “cara genocida” del colonial-
ismo (Mignolo, 2003: 30), entendiendo al pen-
samiento liberador como aquel que teniendo
que pensarse en la “intersección de las experi-
encias que el saber de la modernidad relegó a
objetos del colonialismo”, se corresponde con
Raíces
30
Rutas de la Antropología Nicaragüense
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
un “sujeto que no quiera que le den la libertad,
sino que quiera tomarla por sí mismo, con-
struyendo su propio proyecto en un paradigma
otro” . (Dussel & Mignolo, 2003).
Conclusión
La antropología física nos ha permitido reconocer
a nuestros pueblos originarios, Lencas, Chorote-
gas, Chondatl, Nicaraos, Sutiabas, Mayagnas,
Ramas, Miskitos entre otros. Este reconocimien-
to es primeramente físico – biológico, pero estos
análisis permitieron llegar hasta el conocimiento
de su cultura material e inmaterial. Con estos re-
sultados podemos divulgar que descendemos de
multiculturas milenarias que nos legaron un gran
acervo cultural que solo puede
hacernos sentir orgullo, a pe-
sar de que otros grupos en su
intención de dominarnos y
someternos han querido hac-
ernos desaparecer toda esta
memoria colectiva de saberes
con raíces originarias.
En Nicaragua como en toda
Mesoamérica seguimos con-
servando los rasgos biológi-
cos característicos de nuestros
grupos étnicos del pasado,
compartiendo los mismos pa-
trones biológicos como estatu-
ra, color de piel, del cabello,
ojos; pero además de eso tam-
bién conservamos los mismos
patrones alimenticios y en nuestras costumbres y
tradiciones guardamos elementos culturales pro-
pios de cada grupo que nos antecedió y por ello
sabemos reconocernos en nuestra constitución
política como multiculturales y a la ves capaces
de vivir en interculturalidad. Es necesario el au-
torreconocimiento de nuestra originalidad para
poder insertarse al proceso de descolonización del
pensamiento que viene creciendo en América Lati-
na y El Caribe como la única manera de lograr la
verdadera libertad emancipadora.
Mediante el estudio osteológico podemos esta-
blecer importantes variables de la paleodieta,
paleopatologías, paleodemografía y etnogénesis
prehispánica. Los huesos largos posibilitan recon-
struir la estatura y detectar algunas enfermedades
que dejaron su imprenta en ellos. Los dientes,
además de informar sobre la variabilidad biológi-
ca en cuanto sus dimensiones y morfología de las
cúspides, expresan la relación biocultural de los
individuos en tanto que los alimentos, según el
grado de abrasividad, y por consiguiente de proce-
samiento tecnológico, se desgastan deforman o in-
tervenidos terapéuticamente. Los materiales que
fueron depositados como ofrendas funerarias a
este individuo permiten sugerir a cerca del Estatus
Social de la persona dentro de grupo antropológi-
co que se desarrolló.
El trabajo de la Antropología
Física es de enorme interés
y muestra una metodología
de aproximación científica al
conocimiento de las verdades
del pasado que nos parece un
camino seguro para llegar a
un conocimiento de nuestras
verdaderas culturas dejando
a un lado las historiografías
ajenas, sentimientos más o
menos manipulados en uno
y otro sentido, o repeticiones
de “verdades” aceptadas sin
suficientes críticas, que es
preciso revisar.
Desde la invasión del coloni-
alismo hasta la actualidad, toda la historia que nos
cuentan desde los cronistas, hasta los hispanófi-
los modernos está colonizada, manejada, mal
contada, manipulada y son estos los principales
responsables de que este modelo hegemónico col-
onizador aun sobreviva en nuestros países, son
ellos los que siguen repitiendo que Europa es el
Centro del Mundo y continúan dando vida al mito
de una supuesta civilización, usada como instru-
mento para seguir aplicando las políticas coloniza-
doras neoliberales.
Desde la invasión del colonialismo
hasta la actualidad, toda la historia
que nos cuentan desde los cron-
istas, hasta los hispanófilos mod-
ernos está colonizada, manejada,
mal contada, manipulada y son
estos los principales responsables
de que este modelo hegemónico
colonizador aun sobreviva en nues-
tros países, son ellos los que siguen
repitiendo que Europa es el Centro
del Mundo y continúan dando vida
al mito de una supuesta civilización,
usada como instrumento para
seguir aplicando las políticas colo-
nizadoras neoliberales.
Raíces
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Desarollo de la antropólogia Física, un aporte ...Ramiro García Vásquez
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Ramiro García Vásquez
Realizó estudios de Licenciatura en Ciencias de la Educación con Mención en Biología (UNAN-Managua).
Posteriormente hizo estudios Técnicos en el extranjero (México, Panamá, Suecia, Dinamarca) se especializó
en Paleontología, Arqueología y Antropología Física. Entre 1994 y 2013 se desempeñó como Responsable del
Departamento de Investigaciones Antropológicas del Museo Nacional de Nicaragua, realizó investigaciones
paleontológicas, antropológicas y arqueológicas a nivel nacional. En el año 2001 fue condecorado con la
Medalla Diocleciano Chaves y Las Llaves del Museo Nacional de Nicaragua en reconocimiento a su labor
científica. Es miembro Honorario de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua. En los últimos 15
años se ha desempeñado como Consultor Cultural a nivel nacional e internacional.
Bibliográca
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Valls, A. (1985). Historia de la Antropología. Funda-
mentos de la evolución y de la variabilidad
biológica. S/C: S/E.
Finalmente invito a la reflexión sobre este
fenómeno mental y sociocultural que es la col-
onización para que, al conocernos y reconocer-
nos, nos valoremos, nos comprometamos con
nuestros antepasados y con las generaciones del
futuro, para esto debemos empezar ahora mis-
mo, con la convicción que podemos vivir en una
América descolonizada, orgullosos de lo que so-
mos, porque como lo comprobó el Padre Tomás
Ruiz Romero; ¡en la tumba todos y todas somos
iguales!