Raíces
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Matriarcado garifuna..Martha Flores Recinos
Revista Nicaragüense de Antropología Año 3 No.6 | 2019 Julio - Diciembre
siones y desalojos que enfrentan los garífunas
de las comunidades aledañas en el 2014 por un
megaproyecto turístico, en un territorio ocupa-
do por este pueblo originario desde 1885. Sin
embargo, en al 2015, cuando el pueblo garífuna
se levantó en defensa de sus cuerpos-territorios,
el Tribunal de Sentencia de Tela acusó a 64 garí-
funas por el delito de usurpación en el caso del
proyecto Indura, las denuncias fueron hechas
por la Empresa Nacional Portuaria (EPN) y el
Instituto Hondureño de Turismo (IHT). Luego
de largos procesos legales, que incluían visitas
a los juzgados todas las semanas, fueron absuel-
tos el pasado 9 de septiembre de 2016.
Frente a estas luchas constantes, vienen las con-
secuencias, Miriam Miranda afirma que «Cuan-
do los pueblos se ven amenazados, emigran.
Prueba de ello fue ese mismo proyecto turísti-
co, que dejó a la comunidad de Tornabé sin
ningún tipo de territorio para producir, ni para
recolectar frutas. Es una situación terrible con-
tra las mujeres, porque son las que producen.
Estos proyectos afectan su economía, sobre todo
porque el 80% son madres solteras. En Tornabé
comprobamos que casi el 70% de la comunidad
que migró entre 2014 y 2015, fueron madres
con sus hijos. Si por naturaleza el garífuna em-
igra, no es de esta manera», comenta Miriam
Miranda.
De acuerdo a un estudio de la organización
juvenil garífuna, Nanigu, de enero a agosto
de 2014 emigraron más de 300 habitantes de
Corozal hacia Estados Unidos, en su mayoría
jóvenes de 12 a 30 años. Resalta el caso de
Magda Meléndez, de 18 años, quien falleció en
agosto de 2016, al caer de un tren mexicano du-
rante su travesía migratoria. «Historias como la
de ella antes no sucedían con los garífunas, son
hechos que demuestran, que nos enfrentamos a
un fenómeno terrible, así como al deterioro de
nuestras condiciones de vida en Honduras», co-
menta Miranda.
Lo ocurrido en Barra Vieja no es aislado. Co-
munidades garífunas como Miami, San Juan,
Triunfo, Tornabé, Santa Fe, Vallecito, Sambo
Creek, Puerto Castilla, Corozal, Nueva Armenia,
Punta Piedras, Iona, Masca, Cusuna, se encuen-
tran en situaciones similares, los proyectos e
invasores varían, pero todos evidencian que el
acaparamiento ilegal de las tierras ancestrales,
es por lejos, una realidad pretérita.
La defensa del territorio de Vallecito es un
ejemplo de perseverancia del Pueblo Garífuna,
donde mujeres y hombres unidos luchan con
la esperanza de recuperar esta tierra ancestral,
razón por la cual enfrentan amenazas, acoso,
persecuciones, secuestros, ataques físicos, in-
timidaciones y judicializaciones. El modelo ne-
oliberal, capitalista del Gobierno de Honduras
realiza usurpación no solo de los territorios an-
cestrales garífunas, sino también de su cultura,
ya que pretenden hacer desaparecer al pueblo
garífuna por medio del mestizaje. Ante la resist-
encia y lucha, ejercen la represión e imponen
sus proyectos económicos que no solo implican
despojos de territorios, sino que también conlle-
van a la discriminación, contracultura e impacto
negativo contra el hábitat funcional.
Miriam Miranda afirma “Las acreditaciones son
nuestro respaldo, pero sabemos que en Hondu-
ras tener títulos no es garantía de respeto, en la
práctica existe un sistema que permite su viol-
ación, capaz de otorgar certificados sobre certi-
ficados y no castigar las invasiones”, explica la
lideresa garífuna. (Miranda, 2019) . En efecto,
la obtención en 1995 del título comunitario de
Vallecito no evitó que, ese mismo año, la Cor-
poración Dinant, una agroexportadora fundada
por Miguel Facussé (1924-2015), tomara cien
hectáreas del territorio garífuna para extender
el cultivo de palma africana de su Finca Faral-
lones, colindante con las tierras ancestrales.
Con esta invasión, la comunidad enfrentó a un
consorcio poseedor de una quinta parte de las
tierras agrícolas del Bajo Aguán, también fa-
vorecido con el cierre del CREM y presunto in-
volucrado en otros conflictos de tierra, como en
la masacre de cinco campesinos en la finca de El
Tumbador, un predio cercano a Vallecito.
Miranda afirma que a medida que las palmas af-