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Pueblos, cultura e identidad
Revista Nicaragüense de Antropología Año 4 No.7 | 2020 Enero - Junio
Evolución del estado
de Nicaragua, desde la
perspectiva intercultural
Pueblo, Cultura e Identidad
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Evolución del Estado de Nicaragua ...Rigoberto Mairena Ruiz
Revista Nicaragüense de Antropología Año 4 No.7 | 2020 Enero - Junio
Rigoberto Mairena Ruiz
Abogado, Investigador independiente
ID Orcid: https://orcid.org/0000-0002-6579-9672
rigobertomai_2004@yahoo.es
Resumen
El Estado de Nicaragua, surgió como un instrumento de las élites de la cultura dominante ( castellana),
para someter a las otras culturas que existían a la llegada de los europeos y que lograron sobrevivir a
la colonización castellana e inglesa. Después de la mal llamada independencia de Centroamérica, las
élites criollas asumieron la misión de darle continuidad y concluir el proyecto de colonización iniciado
en el siglo XVI. Con éste propósito hicieron todo para tomar el poder y diseñar un modelo de Estado ca-
paz de asegurar sus intereses. Durante siglo y medio, ese instrumento político de dominación cultural,
funcionó efectivamente en todos sus componentes, pero fue la educación pública el principal vehículo
de sometimiento cultural, especialmente a partir de finales del siglo XIX. No obstante, a partir del tri-
unfo dela Revolución en 1979, se inició un verdadero proceso de independencia, que abarcó todos los
ámbitos de la sociedad y fue la cultura uno de los pilares fundamentales de la creación de una nueva
sociedad. En el transcurso de estas cuatro décadas, se ha venido desarrollando un proceso de diálogo
intercultural, a partir del cual, los pueblos indígenas y afrodescendientes , paulatinamente han logra-
do avances muy trascendentales, para el desmontaje del sistema colonial republicano. Este proceso de
descolonización alcanza su cúspide, con las Reformas Constitucionales febrero 2014, en las cuales se
incluyen disposiciones que permiten ubicar a Nicaragua, como un Estado Pluricultural. En éste trabajo,
pretendemos explicar el desarrollo de este proceso de descolonización, destacando el protagonismo de
los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en los diferentes mementos históricos.
Palabras claves: Interculturalidad, Identidad, Estado, Cultura, Pueblos Originarios.
Abstract
The State of Nicaragua emerged as an instrument of the elites of the dominant (Castilian) culture, to
subdue the other cultures that existed at the arrival of the Europeans and that managed to survive the
Castilian and English colonization. After the so-called independence of Central America, the Creole
elites assumed the mission of giving it continuity and concluding the colonization project begun in the
16th century. With this purpose, they did everything to take power and design a state model capable
of assuring their interests. For a century and a half, this political instrument of cultural domination
worked effectively in all its components, but public education was the main vehicle of cultural submis-
sion, especially from the end of the 19th century. However, after the triumph of the Revolution in 1979,
a true process of independence began, which covered all areas of society and culture was one of the
fundamental pillars of the creation of a new society. Over the course of these four decades, a process
of intercultural dialogue has been developing, from which indigenous and Afro-descendant peoples
have gradually made very significant progress in dismantling the republican colonial system. This de-
colonization process reaches its peak, with the Constitutional Reforms in February 2014, which include
provisions that allow Nicaragua to be located as a Pluricultural State. In this work, we try to explain the
development of this decolonization process, highlighting the role of Indigenous and Afro-descendant
Peoples in the different historical moments.
Evolución del Estado de Nicaragua desde la perspectiva intercultural
Evolution of the State of Nicaragua, from the Intercultural Perspective
Recibido: 28-10-2019
Aceptado: 20-11-2019
Copyright © 2020 UNAN-Managua
Todos los Derechos Reservados.
https://doi.org/10.5377/raices.v3i7.9687
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Introducción
El histórico diálogo entre el Cacique Nicarao y Gil González de Ávila, ocurrido
en la segunda semana del mes de abril de 1522, inicia la relación entre dos
bloques culturales que, a lo largo de cinco siglos, habrán de enfrentarse con-
tinuamente. Aunque en el encuentro se manifestaron dos culturas diferentes,
no sólo en los aspectos rituales, sino en lo social y filosófico. No podría decirse
que este encuentro inicia el diálogo intercultural; pues el propósito no era
establecer una comunicación entre iguales y alcanzar un acuerdo basado en la
paridad y respeto mutuo, sino en la intención preconcebida de someter el uno
al otro. Esta es la diferencia entre el diálogo cultural y el diálogo intercultural.
La intención de sometimiento, fue el motivo de la constante confront-
ación entre la cultura ibérica y todas las demás culturas existentes en Nic-
aragua. Marcan el desarrollo de la Historia Nacional, durante los cin-
co siglos posteriores al encuentro entre nuestro Cacique Nicarao y el
Capitán español. Este conflicto, aunque inadvertido, tiene un trasfondo
étnico-cultural, en el cual es visible el protagonismo de los Pueblos Orig-
inarios y afrodescendientes, por la restitución de sus derechos históricos.
Le tesis de este trabajo, es que en Nicaragua los Pueblos Originarios y
Afrodescendientes, han logrado mediante su protagonismo político, la
creación de un Estado Pluricultural, que representa la diversidad cultur-
al del país y establece las bases para el desarrollo de la interculturalidad.
Es necesario advertir, que este trabajo analiza la evolución de la intercultural-
idad en Nicaragua, desde la perspectiva política y jurídica, no antropológica,
aunque bien se esbozan análisis ensamblados en esta corriente del pensam-
iento. Trataremos de abordar, como a lo largo de la historia las relaciones
entre la cultura hispánica, que el Estado asumió como cultura oficial, y las
culturas originarias y afrodescendientes, se han desarrollado en un proceso
de confrontación y violencia, que no cesará sino hasta alcanzar una relación
de poder; en la cual todas las culturas tengan un espacio para su desarrollo
y todas estén representadas en un Estado, que no sea instrumento de some-
timiento de una contra la otra. Afortunadamente este momento histórico
para el país, inició desde hace cuatro décadas y se ha consolidado con las
Reformas a la Constitución Política, aprobadas en febrero del año 2014.
Antecedentes Históricos
La historia de Nicaragua como Estado independiente, ha transcurrido en la
búsqueda constante de su identidad propia. Con éste propósito, se han ori-
entado los principales acontecimientos políticos desde la rma de la llamada
Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1,821 hasta nuestros días.
La intención de some-
timiento, fue el mo-
tivo de la constante
confrontación entre la
cultura ibérica y todas
las demás culturas ex-
istentes en Nicaragua.
Keywords: Interculturality, Identity, State, Culture, Original Peoples.
Portada: Festividad popular en el Zocalo, CDMX, México.
Foto: Yalpri Moncada, 2014
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Evolución del Estado de Nicaragua ...Rigoberto Mairena Ruiz
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En los movimientos sociales y políticos que han generado cambios a diferentes
niveles, han estado siempre los pueblos originarios y afrodescendientes, como
protagonistas directos. Así podemos armar con las insurrecciones indígenas de
1811-1812 en Granada, Rivas, Masaya y León, dirigidas por el afrodescendiente
Cleto Ordoñez y el Indígena Ramón Pacheco, quienes además dirigieron la in-
surrección post independencia de 1822-1824 llamada la Gran Guerra, que fue
la que permitió la sustitución denitiva de los funcionarios eles a la Corona
española. En la primera de estas insurrecciones, destaca la gura del Sacerdote
indígena Fray Tomás Ruiz.
1
Cabe destacar que producto de esta participación
beligerante de los indígenas en las luchas políticas, lograron obtener un Diputado
Constitucionalista que los representara en la Primera Asamblea Nacional Con-
stituyente, conformada en 1824 y que redactó la Primera Constitución Política
de Nicaragua, promulgada el 22 de abril de 1826.
El protagonismo de los pueblos indígenas y afrodescendiente, se destaca en todos
los movimientos políticos, acontecidos en el período republicano. En la Guerra
Nacional en la que destacan los indios echeros de Matagalpa. La Guerra Antim-
perialista del General Sandino, con su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional
integrado por indígenas y afrodescendientes. La lucha contra la dictadura so-
mocista, donde destacan las bases guerrilleras indígenas en el norte y las insur-
recciones de Sutiaba y Monimbó. En la década de los 80, los pueblos indígenas
y afrodescendientes de la Costa Caribe, alzaron la bandera étnica, en la cual se
reclamaba al Estado de Nicaragua, el respeto a su autonomía, movimiento que
culminó con un diálogo intercultural, que produjo la Ley de Autonomía de la
Costa Caribe y con ella a la transformación del Estado de Nicaragua.
El Modelo de Estado que actualmente funciona en Nicaragua, se ha venido con-
gurando paulatinamente en cada momento histórico, como producto de estos
movimientos sociales y políticos, que han provocado los cambios; por lo cual se
puede armar que los pueblos originarios y afrodescendientes, son los forjadores
del mismo.
La evolución de las relaciones culturales hacia la interculturalidad, se analizan en
un proceso histórico ascendente, en el cual se identican tres períodos que tras-
curren dentro de la etapa colonial y republicana. La etapa colonial propiamente
dicha, la etapa republicana desde 1826 hasta 1979, y de 1980 hasta 2014.
Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979, se inicia un proceso
de diálogo intercultural con los pueblos originarios y afrodescendientes, inau-
gurando un proceso interactivo de transformaciones políticas y jurídicas, para
construir un Modelo de Estado incluyente que represente la diversidad cultural
existente en Nicaragua.
En el ámbito jurídico, se ha creado un andamiaje legal que permite armar que
actualmente el Estado de Nicaragua, ha cumplido sus compromisos ante la Co-
1 Fray Tomas Ruiz, fue el líder ideológico de dicha insurrección y antes había dirigido protestas contra el pago de
impuestos a la corona española, fue el fundador de la Universidad Nacional en León y después de la insurrección
de 1812, se traslado a Guatemala para llevar el movimiento insurreccional al corazón del poder colonial, pero
fue delatado y apresado, permaneciendo bajo torturas hasta 1,919, falleciendo en el mismo año luego de haber
sido liberado, sin lograr ver los cambios por los que ofrendó su vida.
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munidad Internacional, en cuanto a la adecuación del ordenamiento jurídico na-
cional a los instrumentos de derecho internacional raticados por Nicaragua y
en algunos aspectos se ha adelantado, dando mayores pautas, más allá de las
dictadas en dichos instrumentos.
Adicionalmente se han venido transformando y creando políticas públicas orien-
tadas a garantizar el cumplimiento de las disposiciones constitucionales y legales
que se han aprobado. En el ámbito cultural, se han denido Políticas Culturales
por parte del Poder Ejecutivo y por los Gobiernos Regionales de la Costa Caribe.
El Poder Legislativo ha adoptado una Política de Interculturalidad que la establece
como eje transversal en todo el proceso de formación de la ley y en el funcionam-
iento de sus diferentes instancias.
Diversidad Cultural en Nicaragua
En Nicaragua conviven actualmente diez culturas diferentes, reconocidas o-
cialmente, tales son: culturas originarias como la Miskita en la Región Autóno-
ma de la Costa Caribe Norte (RACCN), al norte del Departamento de Jinotega
y norte de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS), Sumu-Ma-
yangna en la misma zona, Rama en la RACCS. Los Chorotegas, ubicados en
el norte, centro y oriente del país, Nahualt o Nahoas en la región del pacíco
sur, Okanos o Sutiabas en la región occidental, León. Las culturas afrodescen-
dientes como la Krioll o Creole en la Región Autónoma de la Costa Caribe
Sur RACCS y parte de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte RACCN,
Garífuna en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur RACCS y la cultura
mestiza que el Estado ha asumido como ocial y que se mantenía como la
única cultura reconocida hasta hace tres décadas.
Las culturas no tienen fronteras claras, por el contrario, siempre entran en
contacto mediante procesos históricos. La existencia de esta diversidad cul-
tural y la ausencia de mecanismos de convivencia entre las culturas ha sido un
factor de conicto que se ha manifestado a lo largo de toda la historia. Ante
esta realidad, se requiere de una Política de Estado orientada al reconocimien-
to y garantía de los derechos culturales de los diferentes pueblos.
La interculturalidad como necesidad histórica para que los pueblos que co-
habitan en un mismo territorio, puedan coexistir, está determinada por las
relaciones de poder. A lo largo de la historia de Nicaragua, vamos a encontrar
que las relaciones entre los diferentes pueblos, se han desarrollado en una
lucha constante por el ejercicio del poder entre los pueblos en un estatus de
subordinación cultural, económica, política y social y las clases dominantes
que inicialmente fueron los peninsulares y posteriormente sus descendientes
criollos.
Analizar las relaciones de poder permite abordar el problema objetivamente y
a fondo; pues el problema de las relaciones entre los diferentes pueblos y cul-
turas radica en las estructuras de poder y toma de decisiones, mientras éstas
no cambien, no puede haber espacio para la interculturalidad. Si los pueb-
los indígenas y afrodescendientes no tienen participación en la vida política,
económica y social del Estado, no se puede hablar de interculturalidad.
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Es importante aclarar que la interculturalidad no se reere tan solo a la inter-
acción con los pueblos originarios y afrodescendientes, sino a cualquier otra
cultura existente en el país. Con la salvedad que, para el caso de Nicaragua,
son las culturas que interactúan junto a la cultura hispánica. Tampoco se lim-
ita a situaciones que ocurre a nivel geográco sino más bien, en cada una de
las situaciones en las que se presentan diferencias culturales.
El proceso de reconocimiento y armación de los derechos culturales de los
diferentes pueblos originarios y afrodescendientes existentes en Nicaragua,
lleva más de 39 años, desde que se publicó el Decreto No. 571, Ley Sobre
Educación en Lenguas en la Costa Atlántica del 25 de noviembre de 1980,
publicada en La Gaceta No. 279 de 3 de diciembre de 1980. Desde entonces
el proceso ha venido avanzando consistentemente hasta llegar al nivel actual,
que sitúa a Nicaragua como uno de los países más avanzados de América en
ésta materia.
Sin embargo, el tema de la convivencia cultural sigue siendo un desafío que
requiere de la acción comprometida de las diferentes entidades de la Comu-
nidad Internacional en Nicaragua y de las instituciones del Estado; entre las
cuales destaca el Poder Legislativo, mediante la aprobación de leyes que en
diferentes materias han incluido la interculturalidad como eje transversal.
En tanto que la diversidad cultural trastoca todos los ámbitos de la vida de
una sociedad, la interculturalidad debe penetrar todos los espacios de rel-
ación entre las diferentes culturas. El estado actual de la interculturalidad
en Nicaragua, reporta un avanzado posicionamiento a nivel jurídico y políti-
co, que tiene como corolario la Reforma Constitucional aprobada en febrero
del 2014; no obstante, estos avances legislativos, no se corresponden con la
percepción y nivel de aceptación en la sociedad, que desde sus cimientos ide-
ológicos sigue impregnada de la visión colonial de si misma, lo cual deviene
a ser el reto más importante para todos los actores interesados en este tema:
erradicar el colonialismo interno.
Construcción de un Estado Multicultural
Posterior a la independencia, se asumió la creación de Estados en las antiguas
provincias coloniales, cuyas fronteras física y socialmente eran inciertas. Los
pueblos o naciones existentes durante la Colonia, eran regidos básicamente
de conformidad con su propia dinámica cultural y las fronteras terrestres de
las provincias no signicaban para ellos una barrera que impidiera su exist-
encia y su dinámica social.
Después de la llamada independencia, las fronteras estatales, denidas ahora
bajo el concepto de Soberanía, no permitirían el desarrollo de la convivencia
integral de estas nacionalidades y muchas se vieron fragmentadas, al quedar
enclaustradas en las nuevas fronteras articialmente impuestas. Es el caso de
los Miskitos en la frontera honduro-nicaragüense, los lencas-jicaques y Mat-
agalpa con Honduras y el Salvador, los mayas entre Honduras y Guatemala,
El estado actual de la
interculturalidad en
Nicaragua, reporta
un avanzado posi-
cionamiento a nivel
jurídico y político,
que tiene como coro-
lario la Reforma Con-
stitucional aprobada
en febrero del 2014.
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como también entre Guatemala - México y Guatemala –Belice, los Chorotegas
entre Nicaragua y Costa Rica y entre Nicaragua y Honduras, o los Bribri entre
Costa Rica y Panamá.
El Modelo Estado Nación
Establecido el nuevo Gobierno Republicano, cuando ya las autoridades reales
habían sido relegadas de funciones, las élites criollas, copiando las estrategias
de sus homólogas latinoamericanas, tuvieron que organizarse para asumir el
poder en la ex provincia de Nicaragua. Aunque tardíamente, se organizaron
para crear un sistema político, que respondiera a sus intereses económicos, so-
ciales y culturales.
Durante las primeras cuatro décadas, los grupos dominantes no pudieron articu-
larse para impulsar con efectividad su proyecto. Fue hasta que lograron resolver
los conictos internos con el n de la Guerra Nacional, que se intensicó la
campaña de colonización del centro y el norte del país.
En su estrategia de consolidar el dominio sobre las mayorías indígenas y afrode-
scendientes, impulsaron la política de despojo de tierras indígenas. Se promovió
el ingreso de personas extranjeras, especialmente del norte de Europa, para que
contribuyeran a “civilizar” a los nativos, implementando nuevos conocimientos
y tecnologías, con lo cual podrían avanzar en el desarrollo económico del país.
El eje motivador de esta campaña fue el cultivo del café, que a partir de 1,860 se
impulsó en el centro y de 1,885 en el norte del país. El café, declarado actividad
económica de interés supremo de la nación, hizo desaparecer las tierras comu-
nales de Diriomo
2
(Dore, 2008).
Con la Revolución Liberal se inició una nueva etapa, en la cual, el ascenso de
los mestizos y algunos criollos liberales, abrieron paso a un nuevo modelo de
desarrollo para el país. Era una época nueva para muchos, pero la situación de
los indígenas y afrodescendientes, seguiría siendo esencialmente igual, con una
ligera diferencia, la implementación del trabajo asalariado que antes se realiza-
ba, bajo condiciones semi feudales.
Se acogió el Modelo de Estado Nación, que ya había sido implementado en
algunos países vecinos, basado en sistema Monoétnico, Monocultural y Mono-
lingüe, destinado a fortalecer la hegemonía política de una nueva clase, que
ascendía y prometía ser la base del nuevo poder: los mestizos adinerados.
El Estado Nación vino a destruir las ancestrales formas de organización so-
cio-cultural de la sociedad nicaragüense. Es concebido como una asociación de
individuos, que se unen libremente por contrato. La sociedad no es vista como
una compleja red de grupos, de símbolos, asociaciones, culturas diversas que
han ido desarrollándose a lo largo de la historia; sino como un grupo de indi-
2 Dore, Elisabeth. Mitos de Modernidad. IHNCA-UCA 2008. Pág. 128-143.
3 Villoro, Luis. Estado Plural, Pluralidad de Culturas. Facultad de Filosofía y Letras Universidad Nacional
Autónoma de México. 1999. Pág. 25. .
El Estado Nación vino
a destruir las ancestral-
es formas de organ-
ización socio-cultural
de la sociedad nica-
ragüense.
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Los indígenas fueron
excluidos como ciu-
dadanos y con ello se
coartó la posibilidad
de cualquier tipo de
participación en la
vida política del país
viduos que convienen en hacer suya una voluntad general. La expresión de la
voluntad general es la ley, que rige a todos sin distinciones. Ante la ley todos los
individuos se uniforman. Nadie tiene derecho a ser diferente. El nuevo Estado
establece la homogeneidad en una sociedad heterogénea3 (Villoro, 1999).
La nación moderna no resultó de la asociación de grupos, estamentos, comuni-
dades, naciones distintas, sino que fue producto de una decisión de individuos
que comparten una sola cualidad: ser ciudadanos. Por supuesto que, en esa cat-
egoría, no cabrían los indígenas. ni los afrodescendientes.
Los indígenas fueron excluidos como ciudadanos y con ello se coartó la posibili-
dad de cualquier tipo de participación en la vida política del país. Los conceptos
de ciudadanía fueron delineados bajo la visión dominante de que los indígenas
eran como lo expresaron en la época de las sublevaciones de 1811, lo peor de la
sociedad y había que tratarlos como pueblos conquistados.
Así el ejercicio del poder sería el privilegio de los nuevos colonos. Los parámetros
y requisitos de ciudadanía denidos en la Constitución no permitían un lugar a
los indígenas, sea porque carecían de una propiedad individual, sea por que no
sabían leer y escribir o porque no tenían un ocio o profesión e incluso por no ser
casados; condiciones que el sistema de organización social de la cultura indígena
no podía llenar.
La constitución desde 1,826 establecía: “Art. 18 Son ciudadanos todos los nica-
ragüenses naturales o naturalizados que sean casados, o mayores de diez y ocho años,
y que tengan una propiedad, o que ejerzan algún ocio o profesión de que subsistan,
calicado todo en los términos que designa la Ley.” Art. 22- Se suspenden los
derechos de ciudadano: 3.- Por la condición de sirviente doméstico cerca de la
persona. ” Esta misma disposición fue retomada en las siguientes constituciones
durante todo el siglo.
4
La Constitución liberal de 1893, la cual fue proclamada para restituir los derechos
civiles, aunque introdujo una ligera variante, siempre excluyó a los indígenas. La
Revolución Liberal, si bien eliminaba la discriminación por razones económicas,
la mantenía por razones culturales, al establecer el requisito de saber leer y es-
cribir para ser ciudadano, agregando otro elemento más de exclusión, como es
la vagancia habitual.
Con ésta calicación fueron reprimidos los indígenas que se rehusaban a cumplir
la ley de Trabajo Forzoso implementada desde 1,881. “Arto.20. Son ciudadanos
todos los nicaragüenses mayores de diez y ocho años, y los mayores de diez y
seis que sean casados ó sepan leer y escribir. Art. 22. Se suspenden los derechos
de ciudadano: Inciso 2o. Por vagancia legalmente declarada: Luego para sellar la
exclusión, en el artículo 25 se estableció: Sólo los ciudadanos mayores de 21 años
que se hallen en ejercicio de sus derechos, son elegibles.”
5
Es decir, los indígenas y
afrodescendientes, no podrían ni siquiera elegir, mucho menos ser electos.
4 Estas mismas disposiciones son recurrentes en las Constituciones de 1838 art. 18 y 22 inciso 5, de 1854 art. 12
y 14 inciso 5, de 1858 Art. 8 y 10 inciso 3.
5 Constitución aprobada el 10 de diciembre de 1893.
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El concepto de ciudadano, era nuevo para los indígenas y afrodescendientes,
que no concebían la individualidad, sino más bien se veían como sujeto colec-
tivo frente al Estado. Pero con el nuevo orden, se vino a resquebrajar la iden-
tidad colectiva, los individuos, ya no pertenecerían al Pueblo Indígena, sino al
Estado.
Todos los individuos, al menos los que llenaran los requisitos exigidos, sin
importar su pertenencia a un pueblo, nación o cultura diferente, eran ahora
miembros de una nueva entidad, que estaba por encima de sus formas de or-
ganización política ancestral. Así, dejaban de ser miembros de un pueblo y se
convertían en ciudadanos del Estado.
Adicionalmente, se organiza el desmontaje de las estructuras culturales de las
diversas naciones existentes en el país. Esta nueva idea de pueblo y nación,
rompe con la nación original, concebida como una entidad histórica, unida por
lazos culturales, sociales y territoriales. Por el contrario, crea un pueblo cticio,
de individuos abstractos, sin identidad, que reemplaza a los pueblos reales, una
nación construida reemplaza a las naciones históricas.
Se crea una nación que ya no es la expresión de una cultura especíca a la
cual pertenecen los individuos, sino un espacio público que resulta de la suma
de todos los individuos, sin cultura propia, que tendrán que adoptar la nueva
cultura que se les imponga. El Estado es el garante de la construcción de esa
nueva nación
6
(Villoro, 1999).
El Estado Nación, debe borrar la multiplicidad de las comunidades sobre las
que se impone y establecer sobre ellas un orden homogéneo. Está en contra de
la división de culturas diferenciadas, etnias o nacionalidades, no admite ningu-
na clase fuera de los derechos especícos. De ahí que, al integrarse al Estado,
el individuo debe hacer a un lado sus peculiares rasgos biológicos, étnicos,
sociales o regionales, para convertirse en simple ciudadano igual a todos los
demás. La función de ciudadano no hace diferencia de ningún tipo, lo despoja
de su pertenencia a comunidades concretas para “en igualdad de condiciones”
con todos los demás individuos, formular un nuevo “contrato social”. Contrato
según el cual, el individuo ha de ser extirpado de su comunidad de origen, para
reintegrarlo a una nueva sociedad de leyes.
7
El concepto de Estado Nación, pretendió justicar la implementación de políti-
cas de homogeneización cultural, orientadas a englobar bajo una sola cultura a
todas las nacionalidades y diversidad cultural existente, bajo la premisa del de-
sarrollo y la modernización, que son la continuación de la civilización colonial.
En el caso de Nicaragua no había cultura en singular sino culturas en plural,
pero el Estado Nación, se enfocó en crear articialmente una cultura que debía
sintetizar toda esa diversidad, la llamada cultura nacional, la nicaraguanidad,
lo cual signicaba absorber y desaparecer la diversidad, la pluriculturalidad.
6 Villoro, Luis. Op.Cit.
7 Villoro, Luis. Op.Cit.
8 Raíces Indígenas de la lucha anticolonialista en Nicaragua de Jaime Wheelock Román y El mito de la Nicaragua
Mestiza, de Jerey Gould, son lecturas obligadas para quienes quieran profundizar en el conocimiento de esta
estrategia que durante un siglo le funcionó bien a los grupos hegemónicos.
Los centros de difusión
de la doctrina mestiza,
pasaron de la iglesia a la
escuela.
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El mito de la Nicaragua mestiza, fue el fundamento ideológico de toda la
política integracionista impulsada bajo el Modelo Estado Nación, como
una estrategia de sometimiento cultural más efectiva que la del sistema
colonial. Éste fue adoptado después del alzamiento de los indígenas Mat-
agalpa y bajo este precepto ideológico se articularon todas las políticas
públicas del Estado, en la educación, la salud, la cultura, la economía y la
producción, así como todo el sistema de relaciones sociales.
8
Mediante el Mito del Mestizaje, se ha llegado a convencer a diferentes
sectores de la sociedad, incluyendo muchos indígenas y afrodescendi-
entes, de que son otro ser diferente al que llevan dentro. El colonialismo
en la época republicana adoptó la educación como el medio predilecto de
adoctrinamiento, que en la etapa colonial anterior se había asignado a la
religión. Por tanto, los centros de difusión de la doctrina mestiza, pasaron
de la iglesia a la escuela.
En lo político, se formó una sociedad, bajo una visión colonizada, la ciu-
dadanía comenzó a padecer el “síndrome del colonizado”, que enseñó a
no pensar con mentalidad propia, sino con mentalidad ajena, a actuar no
con voluntad propia, sino con voluntad ajena y a obedecer no a los intere-
ses propios, sino a intereses ajenos y por supuesto a seguir a lideres ajenos
y no a los propios. Es decir, a apreciar lo ajeno y menospreciar lo propio.
Por su naturaleza el Modelo de Estado Nación, no se ajusta a una socie-
dad étnica y culturalmente diversa. De ahí que siempre estuvo en una
contradicción intrínseca, entre el sistema político y la realidad socio-cul-
tural. El Estado Nación, caracterizado por una política integracionista e
indigenista en su etapa más progresista, no podía generar espacios para el
pleno desarrollo de los pueblos originarios y afrodescendientes.
Por diferentes medios y mecanismos de inuencia, utilizando las venta-
jas del poder, el sistema impuso la cultura dominante, la que ha calado
profundamente en la sociedad en general y en las culturas en particular.
Adicionalmente, la imposición cultural ha afectado los niveles de vida de
la población de los pueblos originarios y afrodescendientes, a los cuales
les ha disminuido sus capacidades colectivas para el autodesarrollo o el
bien vivir como se le llama desde adentro.
En la salud, la medicina tradicional que le garantiza el acceso a la salud
de manera estable y sostenible y el conocimiento de las comunidades, se
ha venido perdiendo. En lo económico, la imposición de los agroquímicos
ha contaminado y desgastado los suelos, ha elevado los costos de produc-
ción, además ha generado nuevas plagas y enfermedades de los cultivos
que lo hacen cada día más dependiente. Ha convertido la tierra en una
mercancía mas, lo que ha estimulado la toma de tierras en la Costa Car-
ibe, por colonos provenientes de las regiones central y pacíca del país,
9 Entrevista con líderes del Gobierno Territorial Rama Kriol, entrevistados el 22 de octubre 2012.
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quienes van destruyendo los bosques y la llamada frontera agrícola está desapareci-
endo, porque ya están llegando a la costa del mar Caribe.
Así no solo se están destruyendo los recursos vitales de los pueblos indígenas y afro-
descendientes, sino también su cultura y sus formas de vida
9
. Todo esto vuelve más
vulnerable a la población ante las enfermedades y ante la crisis económica.
Lo antes dicho, implica que se debe invertir para levantar la posición de las culturas
más débiles y ubicarlas en condiciones de igualdad con las culturas más fuertes, para
que pueda funcionar una relación equitativa entre las diferentes culturas, pues ésta
es la esencia de la interculturalidad. Sin embargo, los pueblos indígenas y afro de-
scendientes, deben asumir la revitalización cultural, con la beligerancia que merece,
pues de otra manera no se podrán preservar las culturas. Ahora más que nunca la
revitalización de la cultura autóctona, se vuelve un asunto vital y una premisa para
cualquier estrategia de desarrollo.
El Modelo Estado Monoétnico, fue concebido desde la independencia, sobre una
realidad multiétnica y pluricultural; este es un mal congénito que el Estado nica-
ragüense padece desde su nacimiento. La enfermedad empeoró con el Modelo Es-
tado-Nación, que profundizó la contradicción entre el sistema político y la realidad
sociocultural y funcionó por la fuerza del poder hasta 1,979, en que se rompe la
estructura política y se inicia la creación de un Estado representativo.
El Nuevo Estado Multicultural
El Estado de Nicaragua, especialmente a partir de los años 80 inicia un sostenido
proceso de reconocimiento de los derechos fundamentales de los Pueblos Indígenas
y afrodescendientes, el cual ha permitido realizar profundas transformaciones en el
ordenamiento jurídico nacional, para transitar del Estado Monocultural y Monoétni-
co al Estado Multicultural y Plurinacional.
Como se ha referido en apartados anteriores, estos cambios en el sistema jurídico
y político del Estado nicaragüense, son producto de las luchas protagónicas de los
pueblos originarios y afrodescendientes, en todos los procesos políticos que han
sucedido en el país desde hace siglos. Sin embargo, cabe destacar que los mayores
avances se han producido en las últimas tres décadas.
Después de la guerra de los años 80, en condiciones de paz, se ha producido un
diálogo intercultural basado en las garantías establecidas en la Constitución de
1,987. El diálogo intercultural ha permitido abrir espacios a la participación política
de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes, mediante lo cual han escalado a
posiciones muy importantes, en las estructuras de poder del Estado.
Como producto de este proceso emergente de las culturas y naciones anteriormente
excluidas, en Nicaragua se han adoptado los instrumentos internacionales de dere-
De un Estado que in-
tegra y absorbe, se ha
convertido en un Esta-
do que incluye y se ad-
apta.
Raíces
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chos de los pueblos y se ha producido una amplia legislación ordinaria, espe-
cialmente referida a dichos pueblos, pero además se ha tenido presente sus
particularidades y el reconocimiento de sus derechos, en la mayoría de las
leyes aprobadas en las últimas tres legislaturas de la Asamblea Nacional.
El cambio fundamental del Estado de Nicaragua, en su más moderna reforma
aprobada en febrero de 2014, es que ha optado por integrarse de manera di-
aléctica a esta realidad diversa culturalmente. Así ha modicado su estructura
y esencia. En vez de convertir a las culturas de las diversas nacionalidades ex-
istentes en una sola cultura, como lo pretendió el modelo Estado Nación, se ha
convertido en un Estado Pluricultural, en el cual las diferentes culturas tienen
su espacio asegurado dentro del mismo Estado. De un Estado que integra y
absorbe, se ha convertido en un Estado que incluye y se adapta.
Conclusiones y Recomendaciones
El proceso de interacción cultural en el Estado de Nicaragua, ha transitado
por varias etapas. Primera etapa: Hispanidad Criolla, de 1,821 a 1893, es-
tablecimiento del proyecto colonizador propio y la imposición de la cultura
hispánica, para las regiones del Pacíco, Centro y Norte. Para la Costa Caribe
es el Protectorado Inglés. Segunda etapa: Estado Nación, de 1,893 a 1980,
homogenización cultural bajo el ideario del mestizaje para crear una cultura
nacional articial. Tercera etapa 1,980 a 2,015 Creación del Estado Pluricul-
tural y establecimiento de la interculturalidad como política de Estado.
En el ámbito jurídico, la interculturalidad ha sido adoptada como eje transver-
sal del proceso legislativo, mediante el reconocimiento de los derechos colec-
tivos fundamentales de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes, imple-
mentando su enfoque en la legislación nacional.
En Nicaragua, se puede concluir que el Ordenamiento Jurídico Nacional ha
sido adecuado al ordenamiento Jurídico Internacional, en materia de Dere-
chos de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes, con la incorporación de
los instrumentos jurídicos del Derecho Internacional suscritos y raticados por
Nicaragua. En algunos aspectos, la legislación nacional supera la normativa
internacional, como el caso del reconocimiento de los Pueblos Originarios y
Afrodescendientes como entidades de ejercicio de soberanía, así como la equi-
dad incondicional de género en la gestión pública.
En el ámbito político, el país se ubica en una muy alta posición, en el recono-
cimiento y ejercicio de la ciudadanía intercultural, la formulación de políticas
públicas interculturales, la equidad incondicional de género en el ejercicio de
la función pública, la incorporación de los Pueblos Originarios y Afrodescen-
dientes como sujetos activos y protagonistas de los programas de desarrollo
social y económico en sus territorios.
Raíces
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Revista Nicaragüense de Antropología Año 4 No.7 | 2020 Enero - Junio
No obstante, los grandes avances alcanzados en el ámbito jurídico y políti-
co por el Estado, la visión de la sociedad nicaragüense adolece de los
rezagos de la mentalidad colonial formada durante siglos. Ésta es la causa
fundamental de la mayoría de los conictos, que generan tensión a la Cos-
ta Caribe y otros territorios del pacíco, centro y norte del país.
Recomendaciones
Promover en la sociedad nicaragüense una visión intercultural, que fo-
mente el respeto a la diversidad cultural. En este sentido se recomienda
promover con prioridad la revitalización y armación de las culturas más
afectadas, para fortalecer sus capacidades de dialogo e interacción con las
demás culturas. Esto permitirá mejorar el comportamiento y la actitud
de la población, para garantizar la convivencia y la gobernabilidad inter-
cultural en el país.
Articular esfuerzos entre las diferentes instituciones del Estado y los
Gobiernos Territoriales de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes,
en la divulgación y educación intercultural, para desarrollar la conciencia
de identidad cultural en la población.
Incluir la interculturalidad como eje transversal en la investigación social,
tanto en los temas referidos a las políticas públicas, como a los que abor-
dan las relaciones sociales, a n de valorar los avances alcanzados en las
instituciones públicas y los mecanismos para fortalecer su aplicación e
interacción con la sociedad.
Divulgación entre los diferentes sectores de la sociedad, los cambios
adoptados en el Estado, a n de promover el cambio actitud a partir de la
nueva realidad política.
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Rigoberto Mairena Ruiz
Abogado y Notario Público, estudio Ciencias Sociales y Derecho en la
Universidad Nacional Autónoma de León. Con estudios especializados en
Derecho Internacional Público, Derecho Empresarial, Derechos Humanos
y Maestría en Derecho Indígena y Etnodesarrollo. Ha trabajado durante
veinticinco años, con los Pueblos Indígenas del Pacífico Centro y Norte de
Nicaragua. Su experiencia trasciende a lo puramente jurídico y al perfil de un
abogado, pues ha incursionado en los campos de la docencia, la investigación
histórica, la educación popular y la economía, para poder tratar la problemática
de los Pueblos Indígenas que requiere un abordaje multidisciplinario.
En el campo de la administración de justicia, ha desarrollado una vasta
experiencia como litigante, llevando los casos más emblemáticos, en los cuales
se han ventilado ante las instancias judiciales, los derechos fundamentales
de los Pueblos Indígenas. Ha sido el Asesor Jurídico principal de los Pueblos
Indígenas en las regiones del Pacífico, Centro y Norte. Consultor de diferentes
organismos sociales y de derechos humanos, vinculados a los Pueblos Indígenas
en Nicaragua y del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Ha sido
docente en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y ha impartido
cursos especializados en Derecho Indígena a funcionarios judiciales, realizando
además consultorías sobre interculturalidad con el Consejo Regional Autónomo
del Caribe Sur y la Asamblea Nacional de la República de Nicaragua, así como
también con Gobiernos Municipales.