Raíces
Revista Nicaragüense de Antropología Año 1 No.2 | 2017
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Hacia un relato polifónico: experiencias de campo...Griselda Späth et al.
Y lo más entrañable ha sido que ha surgido el afecto,
por ese trabajar solidariamente, colaborativamente
y parafraseando a Sennett (2012): cuando más y
mejor se coopera, la habilidad social y la cognitiva se
entremezclan. Las dos habilidades dignas de destacar
son: el experimento y la comunicación. Experimentar
implica hacer cosas nuevas, y más aún, estructurar estos
cambios en el tiempo. La comunicación, casi siempre
ambigua, con el tiempo requiere pactar las reglas de
juego, ser capaces de negociar y resolver. Se advertirá
que aprender a cooperar en estos términos no es nada
fácil. Esta dificultad, en cierto sentido, es positiva;
la cooperación se convierte más en una experiencia
adquirida que en un mero compartir irreflexivo. Lo
mismo que en otros campos de la vida, apreciamos más
lo que hemos conseguido con esfuerzo.
Griselda
También yo llegué aquí, convocada por Rosana, con
quien en su momento me inicié en los avatares del
trabajo de campo antropológico… y desde entonces,
con más o menos intensidad, seguimos trabajando
juntas... Como eslabón en esta cadena de formación
que emprende cada año, estar incluida en otro lugar
del camino de investigación/narración, me enfrentó a
un desafío diferente: ya no el del momento fundante
del trabajo de campo, sino el de la construcción de una
narración colaborativa.
¿No es con otros, cómo llevamos a cabo cada paso
del proceso de investigación? Y en esta oportunidad,
también el de narración. Entonces cada paso no puede
menos que ser un arte. Un arte distinto y novedoso
seguro, según quien sea ese otro, pero sin lugar a dudas
será un arte o ciencia de trabajar colaborativamente.
Julián
No quiero hacer una antropología vacía. Una antropología
desde los libros está vacía. Tampoco quiero escribir una
antropología insulsa. La antropología sin creatividad está
muerta. Nuestra disciplina nace en el campo.
Necesita de la veracidad del campo, de las relaciones
que allí se erigen y se derrumban. Pero ¿Qué es la
antropología? ¿Por qué hacemos antropología? ¿Para
quién hacemos antropología?
Se dice que la antropología está en los libros, en parte
estoy de acuerdo. Es fundamental un compromiso del
antropólogo como autor, con su firma. El texto es un
canal donde el escritor puede volcar su subjetividad.
Distinguir no sólo su experiencia en el campo
como un “estar allí”, sino las partes de sombras e
incertidumbres que una investigación jamás llega a
disipar. Poder transmitirlo es entender la palabra como
objeto, atravesada por distintos significados cuando es
leída; su sonoridad, longitud, su aspecto visual, es un
sustento que poco a poco delínean una imagen, como
el trazo de un pintor. Cada palabra tiene luminosidad
propia y afinidades con la naturaleza de la que quiere
dar cuenta. ¿Cuáles son los relatos etnográficos más
populares? Aquellos que no se privan del poder de la
palabra ambigua (o poética, o palabra-objeto), esta
palabra, leída desde el campo es siempre esclarecedora,
porque es sincera. Pero hacer antropología no es hacer
poesía. La escritura está en el corazón de la disciplina.
Pero escribir no es hacer antropología. La primera
aproximación al campo me sembró una importante
pregunta: ¿Qué antropología quiero hacer?
Gonzalo
La situación de campo en plazas de mi cotidianidad, puso
en escena la reflexión sobre mis condicionamientos en
tanto sujeto portador de la misma condición ciudadana
que abordamos etnográficamente. Aquella “experiencia
ritual” estaba empalmada también con la condición de
ser un joven estudiante y extranjero. Atravesamientos
que son considerados para hacer una antropología
situada. En el transcurso de esta experiencia de
antropología urbana, el extrañamiento formó parte
del proceso. A mi entender, resulta productivo en lo
metodológico, y a partir de esta experiencia, tomar
decisiones sobre la condición de sujeto en el campo,
para ejercer la situación de extrañamiento.
Discusión
La estrategia narrativa polifónica no es novedosa. Fue
propuesta como una maniobra, en los surgimientos
de la antropología posmoderna, para diseminar la
autoridad del autor (Clifford y Marcus, 1991; Geertz
1989). Si bien este estilo de escritura fue insinuado para
el par Antropólogo/Informante, este trabajo reformula
el procedimiento en pos de enaltecer la pluralidad de
voces autoriales. Pluralidad que intenta reflejar la
diversidad de experiencias que integran el proceso de
investigación. Éste estuvo planteado desde el inicio
en clave grupal. Implicó negociaciones, revisiones