Palabras Clave:
Conocimiento, actitudes, salud sexual, prácticas sexuales de riesgo, estudiante universitario.
RESUMEN
El objetivo de esta investigación fue analizar los conocimientos, actitudes y prácticas sexuales de riesgo en estudiantes de primer año de Ciencias Básicas y Tecnología de la UNAN–Managua, 2023, este estudio es observacional con enfoque cuantitativo, descriptivo, de corte transversal, tuvo como muestra a 190 estudiantes, los que procedían de diferentes carreras. Para recolectar la información se aplicó un cuestionario en línea, a través de plataforma de Google Forms. Los principales resultados obtenidos fueron los siguientes: prevaleció la edad de 18-19 años con el 63.2%, siendo más frecuente el sexo femenino con el 72.1%, el 66.8% proceden del área urbana. Con relación a los resultados CAP, presentaron buen conocimiento y actitudes favorables, pero con prácticas sexuales de mediano riesgo para ambos sexos. En conclusión, el poseer el conocimiento, refleja una buena actitud, pero no siempre es sinónimo de una buena práctica y en asuntos que implican la salud sexual puede acarrear consecuencias desfavorables, principalmente en los adolescentes, debido que estos se consideran vulnerables por no estar preparado para llevar una vida sexual saludable.
Key Words:
Knowledge, attitudes, sexual health, risky sexual practices, college student.
ABSTRACT
The objective of this research was to analyze the knowledge, attitudes and risky sexual practices in first-year students of Basic Sciences and Technology at UNAN–Managua, 2023. This study is observational with a quantitative, descriptive, cross-sectional approach, and had a sample of 190 students, who came from different careers. To collect the information, an online questionnaire was applied through Google Form. The main results obtained were the following: the age of 18-19 years prevailed with 63.2%, being more frequent the female sex with 72.1%, 66.8% come from the urban area. Regarding the CAP results, they presented good knowledge and favorable attitudes, but with sexual practices of medium risk for both sexes. In conclusion, having knowledge reflects a good attitude, but it is not always synonymous with good practice and in matters that involve sexual health it can lead to unfavorable consequences, mainly in adolescents, because they are considered vulnerable for not being prepared to lead a healthy sexual life.
INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que la adolescencia es la fase de la vida que
va de la niñez a la edad adulta, o sea desde los 10 hasta los 19 años y representa una etapa singular del
desarrollo humano convirtiéndose en un momento importante para sentar las bases de la buena salud.
Es importante mencionar que los adolescentes experimentan un rápido crecimiento físico, cognoscitivo y
psicosocial lo cual influye en cómo se sienten, piensan, toman decisiones e interactúan con su entorno1.
En este contexto, los adolescentes experimentan cambios al ingresar a la universidad, la mayoría se encuentran entre las edades de 16 a 19 años, donde el miedo y las inseguridades de mostrarse tal a como
son, está influenciado por ser parte de un grupo social, dando lugar a que las amistades puedan incidir
de manera positiva o negativa en ellos. Esta etapa puede predisponer al inicio de vida sexual a temprana
edad, sin importar si se encuentran preparado o informado sobre las responsabilidades que conlleva tener
una vida sexual activa, debido que no todos son educados en el hogar en temas de salud sexual, limitando
el conocimiento sobre la importancia de una adecuada y segura utilización de métodos anticonceptivos,
información sobre la prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS), entre otras.
Actualmente, el tener prácticas sexuales no protegidas y el consumo de sustancias psicoactivas, son dos de
las mayores preocupaciones de la salud pública. En América Latina, la Organización Panamericana de la
Salud (OPS) estima que la mitad de los nuevos casos por VIH se reportan en personas con edad inferior a
25 años, los cuales se han contaminado por vía sexual2.
En un estudio realizado por3, que tenía como objetivo describir los conocimientos y prácticas sexuales de
riesgo en ITS y VIH/SIDA en estudiantes de I año de la Licenciatura enfermería materno infantil, encontró
como principales resultados que la edad de inicio de vida sexual activa oscilaba entre los rangos de 15 a
19 años con un 52 (85.2 %), prácticas sexuales en los últimos 12 meses 54 (88.5 %). De los sujetos en
estudio refiere tener sexo bajo efectos de alcohol 25 (40.9 %), ocasionalmente 12 (48.0 %), algunas veces
7 (28.0 %), una solo vez 5 (20.0 %) y siempre 1 (4.0 %); con respecto al uso de condón en las relaciones
sexuales con efectos de alcohol se encontró 22 (88.0 %) y el 39.3 % refieren haber estado expuesto a
adquirir el VIH3.
La falta de planificación en las relaciones sexuales, el consumo de drogas y bebidas alcohólicas son combinaciones de comportamientos que propician prácticas sexuales de riesgos. Es por lo que el presente trabajo
fue realizado con el objetivo de analizar los conocimientos, actitudes y prácticas (CAP) sexuales de riesgo en
estudiantes de primer año del Área de Conocimiento Ciencias Básicas y Tecnología, UNAN–Managua, 2023
Materiales y Métodos
Este estudio fue observacional con enfoque cuantitativo, descriptivo, de corte transversal. El área de estudio fue en el Área de Conocimiento de Ciencias Básicas y Tecnología, el cual se encuentra ubicada en el recinto universitario Rubén Darío de la UNAN–Managua. La población de estudio estuvo conformada por un universo de 480 estudiantes, con una muestra constituida por 190 estudiantes de primer año del turno matutino, quienes cumplían los criterios de inclusión. Se realizó un muestreo probabilístico estratificado, cada estrato estaba conformado por una carrera, dando como total 12 estratos. Los criterios de inclusión fueron: estudiantes que aceptaran participar voluntariamente, estar inscritos en el turno matutino, estar en el rango de edad de 16 a 19 años y que ellos declaren haber iniciado vida sexual.
Para obtener la información se elaboró un cuestionario (con preguntas cerradas) diseñado en 4 secciones: la primera corresponde a los datos sociodemográficos de los participantes (7 preguntas), el segundo aspecto relacionados con los conocimientos (10 preguntas), la tercera presenta situaciones relacionadas con las actitudes (11 preguntas), la cuarta estaba conformada por las prácticas sexuales de riesgo de los estudiantes que incluyeron (11 preguntas). La validación del instrumento se realizó mediante la prueba de jueces, se entregó una copia de los instrumentos a cada juez (dos expertos, uno en Salud Sexual y Reproductiva y otro en Metodología de la Investigación). Luego se realizó el pilotaje a 10 estudiantes de la carrera Lengua y Literatura Hispánica del Área de Conocimiento de Educación, Arte y Humanidades, 10 estudiantes de la carrera de Licenciatura de Enfermería del Área de Conocimiento Ciencias de la Salud, de características similares a los sujetos a estudio (rangos de edades, con vida sexual activa).
Es importante señalar que previo a los apartados de la encuesta se redactó un breve resumen sobre el propósito del estudio, así como el uso que tendría la encuesta y el consentimiento informado solicitando su autorización para participar de forma voluntaria en el estudio, en donde la identidad de los participantes fue anónima, obteniendo así la información acerca de los estudiantes (fuente primaria). Para la aplicación, del cuestionario se utilizó un formulario de Google Forms, en línea auto administrada, lo que permitió un mayor nivel de confianza entre los encuestados. Se facilitó el acceso a una dirección web (URL) a través de grupo creados en la aplicación WhatsApp. El análisis de los datos se realizó a través del programa SPSS V.23, los que fueron procesados según la naturaleza de cada una de las variables.
Para el análisis del conocimiento se realizó una clasificación de la siguiente manera: bueno (10 a 8 preguntas contestadas de forma correcta), regular (7 a 6 preguntas contestadas de forma correcta), deficientes (5 a 1 preguntas contestadas de forma correcta).
Para valorar la actitud, se utilizó la Escala de Likert, la cual consistió en un conjunto de 4 preposiciones positivas y 6 negativas, sumando 11 ítems en total, ante lo cual se solicitó a los participantes que externaran su reacción eligiendo una de las cuatro categorías de la escala. A cada una se le asignó un valor numérico, para que el participante obtuviera puntuación respecto a las afirmaciones y poder calcular la puntuación total final por cada afirmación, utilizando una escala con valores de referencia desde 10 como mínimo a 50 puntos como máximo, clasificándose el tipo de actitud de la siguiente manera: < 30 actitud desfavorable, >30 actitud favorable.
Para determinar las prácticas sexuales de riesgo se incluyeron 12 preguntas en el cuestionario, las cuales según el número de preguntas contestadas de forma adecuada correspondieron a tres categorías (alto riesgo, mediano riesgo, bajo riesgo).
Las variables de estudio fueron:
1. Características sociodemográficas de la población en estudio.
2. Conocimientos sobre las prácticas sexuales de riesgo de la población a investigar.
3. Actitudes sobre las prácticas sexuales de riesgo en estudiantes de primer año.
4. Prácticas sexuales de riesgo presentes en los estudiantes a investigar.
Resultados y Discusión
Los resultados obtenidos de las características sociodemográficas de los estudiantes que participaron en el estudio están descritos en la (Tabla 1), en donde podemos observar que prevaleció la edad de 18-19 años con el 63.2%, siendo más frecuente el sexo femenino con el 72.1%, de procedencia urbana 66.8%, el 100% son mestizos, el 40% es de religión católica, y en el estado civil, el 72.6% son solteros.
La mayoría de los estudiantes que participaron en el estudio proceden de las carreras Ingeniería telemática y Química farmacéutica con un 12.1% y 10.5% respectivamente, (Tabla 2).
Con relación a los conocimientos que poseen los estudiantes, el 87.9% (167) reconocen que son prácticas sexuales de riesgo y el 86.8% (165) conductas sexuales de riesgo, el 85.52% (162.5) estudiantes saben que la ingesta de alcohol y drogas en combinación con las relaciones sexuales, así como tener múltiples parejas sexuales son consideradas prácticas sexuales de riesgo. También el 78.4% (149) reconocen que al practicar sexo anal, vaginal y oral sin protección puede contribuir a contraer cualquier ITS, el 90% (171) opina que por tanto el uso del condón en cada relación sexual ayuda a prevenir el contagio de las ITS, destacando que el 72.6% (138) tienen conocimiento sobre los síntomas de estas enfermedades. Según 4 citado refiere que:
“Una actividad sexual se corren riesgos al no emplear métodos de barrera o anticonceptivos, aumentando el riesgo si se está realizando bajo el consumo de alcohol o drogas y una actividad sexual con numerosas parejas. Estas conductas afectarán principalmente la salud de la persona que las practica y a su vez la expone a un riesgo no solo físico, sino también psicológico, afectivo y social. (p. 4)”
Por consiguiente, al evaluar el conocimiento de la población en estudio se puede decir que poseen en promedio el 83.5%, clasificándolo como “Bueno”. Al comparar estos resultados con el de 5 quienes manifiestan que 80% de la población poseen un alto nivel en conocimientos de Salud Sexual, siendo capaz de reconocer lo que conllevan las prácticas sexuales de riesgo. Por lo que se considera que las prácticas sexuales de riesgo no son un tema desconocido para los adolescentes.
En cuanto a la variable de actitudes sobre las prácticas sexuales de riesgo, se encontró que el 66.3 % (126) están en desacuerdo que es correcto que una persona inicie su vida sexual a temprana edad, el 50.5% (96) en desacuerdo que el consumo de alcohol hace más satisfactorias las relaciones sexuales, el 51.1% (97) en desacuerdo que el condón disminuye el placer sexual, el 47.4% (90) está de acuerdo que al tener relaciones sexuales sin protección se puede contraer infecciones de transmisión sexual, el 44.7% (85) está en totalmente en desacuerdo que es normal tener relaciones sexuales con tu pareja e incluir a terceras personas, el 43.2% (78) están totalmente de acuerdo en que han tenido relaciones sexuales por influencia de mis amigos a un sin tener deseos (dato muy significativo), el 61.1% (116) totalmente de acuerdo que es importante prevenir las ITS, el 50.5% (96) está de acuerdo que las relaciones sexuales con homosexuales son riesgosas, el 52.6% (100) están de acuerdo que las relaciones sexuales anales y orales son peligrosas, 39.5% (75) de acuerdo que los padres hablaron de sexo abiertamente en el hogar con ellos. Según6 “La actitud es como una semilla que en ciertas condiciones suele germinar en comportamiento y tienen diversas propiedades, entre las que destacan: dirección (positiva o negativa) e intensidad (alta o baja); estas propiedades forman parte de la medición” (p. 270) y según la psicóloga7 argumenta que la actitud se conforma de tres componentes esenciales, en esta situación se planteara el tercer componente que dice de la siguiente manera: Componente Conductual “es la tendencia que uno tiene a comportarse de una forma favorable o desfavorable ante el objeto de actitud. Dicho de otra manera, es la disposición o intención conductual que uno muestra” (párr. 6). Retomando estas citas y según los resultados de la escala Likert para la medición de actitud se asignó valor para clasificarlo, encontrando que la actitud de los sujetos en estudio es favorable. La categoría que más se repitió fue 4 (de acuerdo en las preposiciones positiva y en desacuerdo para las preposiciones negativas) ubicando a los participantes con un promedio de 37.
Al respecto de las prácticas sexuales de riesgo se presentaron 12 incisos entre las que se encuentran las siguientes: inicio de vida sexual activa fue de 10 a 14 años con un 21.1% y de 15 a 19 años con un 78.9%, según la OMS (s.f) muchos adolescentes tienen sus primeras relaciones sexuales antes de los 14 años. En un artículo realizado por8 refiere que “El inicio de la actividad sexual forma parte del desarrollo normal de los jóvenes, pero cuando tiene lugar a edades muy tempranas, aumentan los riesgos asociados como la aparición de infecciones de transmisión sexual o embarazos no planeados” (p. 4).
El 26.3% (50) se informaron con sus padres, el 19.5% (37) se informaron con un profesor, y el 11.6% (22) se informaron con un personal de salud, en temas de prácticas sexuales de riesgo. El 71% (135) respondieron que el primer contacto sexual fue con el novio/a, el 23.2% (44) fue con amigo/a y el 5.8% (11) refieren que fue con un desconocido. El 53.7% (102) respondieron que tuvieron una pareja en el último año, el 24.7% (47) de 2 a 3 parejas, el 26% (41) refieren más de 4 parejas en el último año; el 46.8% (89) refieren haber utilizado preservativo, el 53.1% (101) no hicieron uso del preservativo en el primer contacto sexual. En relación con las ITS, el 16.3% (31) refirieron que ya han sido diagnosticado con alguna ITS, siendo estas Gonorrea, Clamidia, Sífilis, Tricomoniasis y VPH. En una investigación realizada por9 afirma que el número de parejas sexuales son consideradas una conducta sexual de riesgo que se manifiesta con mucha frecuencia durante la adolescencia. Sin embargo, se ha constatado en las investigaciones que solo constituyen un riesgo el número de parejas con relaciones sexuales, sin tener en cuenta que aquellas parejas que no mantienen una relación sexual, también se exponen a situaciones desfavorables que conllevan a la puesta en práctica de otras conductas sexuales de riesgo.
De acuerdo con las relaciones sexuales bajo el efecto de bebidas alcohólicas y droga, el 63.6% (121) respondieron que si, 26.8% (51) refirieron que durante el acto sexual sus parejas se han retirado el preservativo sin que ellas se dieran cuenta. En un artículo publicado en una revista electrónica realizado por10 retoman que Moreno et al., enfatizan que “el consumo de alcohol contribuye a que los jóvenes presenten conductas sexuales de riesgo dado que el alcohol puede producir estados de euforia, desinhibición, confusión, amnesia, perdida del conocimiento, entre otros” (párr. 5).
Tomando en cuenta los resultados anteriores se puede decir que, las prácticas sexuales de la población en estudio se pueden clasificar en mediano riesgo con un 65%, coincidiendo con los resultados obtenidos en el estudio de5 , el 80% poseen un alto nivel en conocimientos de Salud Sexual y un 30% de nivel medio sobre Salud Reproductiva; tienen actitudes desfavorables hacia la salud sexual y el uso del condón y tienen prácticas regulares en salud sexual. En conclusión, no basta con tener conocimientos y actitudes positivas hacia la sexualidad para tener prácticas sexuales saludables.
CONCLUSIONES
Como principales hallazgos del estudio se obtuvo, que la mayoría de los estudiantes de Ciencias Básicas y Tecnología que participaron en el estudio, tienen buen conocimiento acerca de las prácticas y conductas sexuales de riesgo, en su mayoría poseen una actitud favorable, pero en cuanto a las prácticas sexuales los sujetos se encuentran en mediano riesgo según escala de medición del estudio.
Estos resultados son la confirmación que tener conocimiento, reflejar una buena actitud no siempre es
sinónimo de una buena práctica, y en términos de salud sexual pone en riesgo la vida del ser humano en
cualquier etapa del ciclo vital. Si bien es cierto la presión social sobre los adolescentes indica en que no son
capaces de llevar una vida sexual activa responsable, esto podría ser modificado si se le ofreciera seguridad
para convertirlo en un joven activo como ser autónomo y empoderado de su propia salud sexual; con actitudes favorables, que no sean influenciables y que tenga una mejor vinculación emocional.
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