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COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 5, Año 03. Vol 1 Ene-Jun. 2021.
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COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 5, Año 03. Vol 1 Ene-Jun. 2021.
Resumen
Este artículo está pensado como un encuentro, una
conversación, entre quienes están escribiendo y un
convite a quienes lo lean para formar parte del diálogo,
que puedan interpelar las palabras, acompañando
estas ideas con experiencias propias. Se intenta
generar una conversación desde la trama que habilita a
las dimensiones educación, prácticas pre profesionales
y extensionistas, contextos y políticas públicas.
Se hace referencia a las prácticas pre profesionales,
aquellas que estudiantes de todos los campos
desarrollan previo a su graduación, aunque enfocado
principalmente en el área social y en el escenario
educativo de la crisis sanitaria por pandemia. Con
base a la experiencia que se desarrolló en el año 2020,
se reexionan las vivencias en el vínculo especíco
de las instituciones académicas – con sus docentes,
investigadores, extensionistas y estudiantes – en
relación a efectores especícos de políticas públicas.
Esta experiencia parte de una articulación con un área
puntual del Estado Provincial de Córdoba, en Argentina,
la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia.
A partir de este análisis de caso, se establecen algunas
vinculaciones entre el aspecto político de la educación y
los necesarios diálogos de saberes entre universidades
y territorios, en una trama que se pretende reexiva.
Palabras claves
Educación, experiencias pre profesionales, políticas
públicas, contexto.
Summary
This article is intended as a meeting, a conversation,
between those of us who are writing and an invitation
to those who read it to be part of the dialogue, who
can question the words, accompanying these ideas
with their own experiences. We try to generate a
conversation from the plot that enables the dimensions
of education, pre-professional and extension practices,
contexts and public policies.
We refer to pre-professional practices, those that
students from all elds develop prior to graduation,
although mainly focused on the social eld and on
Políticas Públicas y formación
situada. Desafíos del
distanciamiento
Políticas Públicas y formación situada. Desafíos del distanciamiento
Public Policies and situated training.
Challenges of distancing
©
Copyright 2021. Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua)
Todos los derechos reservados
Fecha de recibido: 23/04/2021 Fecha de dictaminado: 22/05/2021
Mariela Edelstein
Universidad Provincial de Córdoba
https://orcid.org/0000-0001-7583-8877
marielae@upc.edu.ar
Daniela Blasco
Universidad Provincial de Córdoba
https://orcid.org/0000-0003-1174-2221
danielablasco@upc.edu.ar
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COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 5, Año 03. Vol 1 Ene-Jun. 2021.
the educational scenario of the health crisis due to
pandemic. We use the experience that the year 2020
allowed to develop and from those experiences we
reect on the specic link of academic institutions -
with their teachers, researchers, extension workers
and students - in relation to specic eectors of public
policies. This experience is based on an articulation
with a specic area of the Provincial State of Córdoba,
in Argentina, the Secretariat for Children, Adolescents
and the Family.
From this case analysis, of which we are part, we
establish some links between the political aspect of
education and the necessary dialogues of knowledge
between universities and territories, in a plot that is
intended to be reective.
Keywords
Education, pre-professional experiences, public policies,
context.
Introducción
El contexto del poder decir en un espacio de
encuentros
La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF)
de la Provincia de Córdoba, nace en el año 2007 a partir
de una decisión del Poder Ejecutivo Provincial, con el n
de generar las condiciones que posibiliten la efectiva
implementación de Políticas Públicas que garanticen
el acceso y la protección de derechos de niños, niñas
y adolescentes de acuerdo con la Ley Nacional 26.061
a la cual la Provincia ya había adherido. A partir de
entonces, se estructuran áreas administrativas en
SENAF y se resuelve una organización territorial para
dar cobertura a las distintas regiones de la provincia.
Es en el año 2011 que se logra, luego de consensos y
acuerdos con diferentes sectores y otros poderes del
Estado legislar en Córdoba en esta línea y aprobar la
Ley 9944.
Durante ese período transicional nos incorporamos
en la escena sociopolítica con el desafío de gestionar
los alcances de la Dirección de Capacitación y
Coordinación Operativa, desde la que se asume como
una de las tareas prioritarias realizar una propuesta
de articulación con las universidades, a n de poder
avanzar en un diálogo necesario entre el Estado y la
Academia. Se constituye una mesa de trabajo con
representantes de las distintas disciplinas que en su
formación profesional pueden realizar prácticas pre
profesionales en la SENAF y la Secretaría establece, a
su vez, espacios y referentes para el acompañamiento
a estudiantes.
La iniciativa crece durante estos años de experiencias
de trabajo colaborativo e interinstitucional sostenido
y en el cierre de las prácticas del año académico
2020 se organizó, como cada año, el Encuentro
Interdisciplinario de Practicantes Universitarios en
SENAF, cuya apertura se desarrolló mediante una
conferencia. Este trabajo surge de ese encuentro con
una signicación especial en la trama de la experiencia
compartida, ya que fue el primero desarrollado en la
virtualidad, dado el marco del particular contexto de
pandemia mundial.
La experiencia del espacio de acompañamiento a las
prácticas pre profesionales desde SENAF, hoy nos
interroga en diferentes roles profesionales a ambas.
En tanto docentes universitarias, como parte del
equipo de SENAF y de la Secretaría de Extensión y
Relaciones Institucionales de la Universidad Provincial
de Córdoba. De esta manera, también se piensa este
texto/trama como una experiencia dialógica.
Teniendo en cuenta que los textos y relatos
producidos, se generan en contextos de situación y
relaciones, este artículo se desarrolla en ese diálogo
de temporalidades y actividades, en una reexión
que interpela los campos de las políticas públicas y
la formación académica, con sus intersecciones. Este
recorrido emprendido con otras personas en contextos
institucionales, de alguna manera estructurado por
esa institución, deja huellas que pueden recorrerse,
nos marcan como profesionales, marcando una ruta y
son parte de nuestro ser y estar en el mundo, como
individuos y actores sociales.
Pensamos este artículo también como un encuentro,
una conversación. La intención, al igual que tuvo la
conferencia, es que los lectores, puedan reexionar
las palabras, acompañando las ideas con experiencias
propias. Todos tenemos una conversación privada
mientras acontece otra que se puede denominar
pública, o mientras se produce el acto activo de una
lectura, porque todo texto es una trama e implica a
otras personas. De alguna manera, al leer acerca de
las experiencias de otros se genera un diálogo con
nosotras y nosotros mismos, que ocurre en simultáneo,
y esto es una riqueza del lenguaje.
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Pueden ustedes, lectores y lectoras, tomar notas,
también de esa conversación privada y de lo que
esta genere, estaremos atentas al email para poder
compartir con ustedes sus reexiones.
Contexto de situación
El año 2020 no será uno más en el calendario de la
humanidad, nos tocó vivir a todas las personas y
en todas partes del mundo un quiebre, incluso, un
cambio de época. La pandemia por COVID-19 llegó
de un día para otro, con todo su alcance invisible y
a todas partes casi en simultáneo. Como si no solo
viajara con las personas sino también por internet.
Este tiempo de híper comunicación, también impulsó
de alguna manera la velocidad del virus. Incluso
desde la información (o sobreinformación) de las
corporaciones de medios de comunicación que nos
llevaron a un sistema de contabilidad de vidas, camas
críticas y personas “infectadas”. Nos enfrentó con una
gran cantidad de desafíos, instalándose en tanto crisis
epidemiológica, pero también de sentido. Este artículo
no pretende desarrollar el tema, porque es de lo que
se habla todos los días en el mundo entero, pero no
se puede evitar pensar en contexto. Este es nuestro
tiempo histórico, por lo que se vuelve fundamental
situarnos para la reexión.
Las universidades, al igual que los demás espacios
y niveles del sistema educativo, debieron virtualizar
sus vínculos pedagógicos. Así sucedieron clases,
conferencias y debates mediados por pantallas, se
tuvo que dejar de circular por aulas y pasillos, los
edicios escolares quedaron sin personas, aunque las
asignaturas, de todas maneras, ocurrieron; cada una
desde su casa y a la vez cada clase en un cotidiano de
encuentros tecnológicos. No circularon las personas,
pero sí las palabras.
Otra cuestión que es importante traer a la reexión, es
el hecho que, nos hemos apropiado de una tecnología
que no nos pertenecía, que la usábamos para leer o
escuchar la palabra de otras personas, de algunos
catedráticos, de “yutubers”, pero no era nuestra
palabra la que circulaba por internet, ahora sí. Este
contexto nos invitó a formar parte de un medio,
a tomar la palabra nuevamente, de cierto modo,
se democratizó el poder de hablar. Entonces, otra
situación que caracterizó al 2020, fue la apropiación que
hicimos de distintos canales de comunicación, de modo
que, el aislamiento fue realmente físico y no social para
una cantidad de personas que tuvimos posibilidades
de acceso a la tecnología. Pero, justamente, ese
mismo derecho (que en la realidad se materializó en
tanto privilegio) puso en evidencia distanciamientos
(abismales) entre quienes no acceden a los recursos y
quienes sí. Se potenciaron inequidades, desigualdades,
injusticias, problemas estructurales que suelen estar
ocultos, se naturalizan, pero quedaron a mayor
descubierto a raíz de la pandemia.
También, este desorden que se produjo en las
estructuras de las instituciones que se conocen, por
las que se circulan, de las que se forma parte, nos
cuestionó como individuos, pero, fundamentalmente,
en tanto profesionales, ciudadanos y actores sociales,
desde esta misma crisis de sentido, por lo que nos
encontramos ante el desafío de volver a construir
categorías, re denir y pensar (nos) de nuevo.
Durante el 2020 (y se continúa este año), las y los
estudiantes, docentes, trabajadores y trabajadoras,
pero también los niños, las niñas y los adolescentes
que tenían bien aprendido el “ocio” de habitar las
escuelas, tuvieron una experiencia mediatizada de
educación, radicalmente diferente a la que se tiene
registrada, la que formaba parte del habitus. En un
corto período de tiempo todos y todas, sin importar
edades, atravesaron una transformación de esquemas
sin referencias previas, desde la simple convicción
de que la circulación de los bienes simbólicos de la
cultura, divulgada por los formatos escolarizados -los
nuevos ahora- resultaba una cuestión impostergable.
Algunas consideraciones sobre lo político y
las políticas públicas
En este apartado no se pretende enunciar deniciones
sino compartir una parte de nuestra experiencia,
algunas de las reexiones que formaron y forman
parte de esta historia, que nos es común. Se hace
referencia a las experiencias en el sentido que le
otorga Larrosa (2018), quien las plantea como “eso
que nos pasa, y no simplemente eso que pasa”. Si bien
son acontecimientos exteriores a las personas, es por
medio de las vivencias que cobran sentido.
La experiencia supone, en primer lugar, un
acontecimiento o, dicho de otro modo, el pasar de
algo que no soy yo. Y “algo que no soy yo” signica
también algo que no depende de mí, que no es una
proyección de mí mismo, que no es el resultado de mis
palabras, ni de mis ideas, ni de mis representaciones,
ni de mis sentimientos, ni de mis proyectos, ni de mis
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intenciones, que no depende ni de mi saber, ni de mi
poder, ni de mi voluntad. “Que no soy yo” signica que
es “otra cosa que yo”, otra cosa que lo que yo digo, lo
que yo sé, lo que yo siento, lo que yo pienso, lo que yo
anticipo, lo que yo puedo, lo que yo quiero. (Larrosa,
2018, p. 2)
En este sentido se vincula la idea de lo político a
lo experiencial, a la vivencia de las personas en el
marco de recorridos institucionales, que en este caso
se establecen entre un espacio del gobierno de la
Provincia de Córdoba y los de formación académica,
entre trabajadores y trabajadoras del Estado, docentes,
y estudiantes de carreras universitarias. Desde
esta participación, asumimos un rol político como
profesionales y a su vez las instituciones que constituye
también lo representan. También se pretende hacerse
cargo de ello y trabajar colectivamente para que este rol
se desempeñe en colaboración y responsablemente,
con un objetivo de futuro y en miras a construir buenas
y mejores prácticas.
Muchas veces se escucha hablar de políticas públicas
como si fuera alguna cosa con entidad propia, algo que
ocurre más allá de las personas, y las instituciones. O
bien, se las suele pensar como un plan establecido por
quienes están en determinadas posiciones de poder,
que ocupan ciertos espacios en unas estructuras
inamovibles. Ellos, que siguen determinados intereses,
pero no siempre coinciden con los de la gente, los del
“pueblo” al que se considera en tanto “destinatario”,
“beneciario” u objeto de esas políticas.
Entendemos que desde dicho imaginario colectivo a lo
político y las políticas públicas se les asignan una gran
variedad de connotaciones negativas, generadoras de
disputas. En el contexto de esta reexión, como para
poner en la ronda la forma en que apelamos a ciertos
términos, sin ánimo de entrar en deniciones sino
más bien como para no caer en trampas semánticas,
podemos decir que asumimos lo político como atributo
de la humanidad. Hay quienes relacionan lo político con
la posibilidad de lo instituyente, y en ese sentido nos
gusta devolver a la palabra la fuerza de los procesos
necesarios para la toma de decisiones (máxime si
hablamos de derechos de NNyA). Aristóteles, ya
consideraba que lo político es lo que diferencia al ser
humano del animal, entonces, desde ese lugar general,
consiste en la capacidad de dar forma a la vida social, se
fundamenta en el carácter relacional de las personas y
se vincula con los proyectos colectivos. Por otro lado,
Hannah Arendt nos acerca esta armación a la que
siempre apelamos cuando intentamos dar cuerpo a las
ideas en torno a este tema, ella plantea que el mundo
de lo político es, un estar juntos siendo distintos:
La política se basa en el hecho de la pluralidad de los
hombres (…) se trata del estar juntos y los unos con
los otros de los diversos (...) la participación activa, en
la pluralidad. (Arendt, 1997, p.45-46)
De esta manera, pensamos a lo político como el
ámbito de la palabra, el consenso, el acuerdo, las
relaciones cooperativas y las disputas de poder hasta
lograrlo. Así, la actividad política consiste en conciliar,
por medio de la palabra, las diferencias y que resultan
de la diversidad, con el propósito de vivir en armonía.
(Arendt; 1997). En el entorno de esta conversación,
que pretende tejer reexiones en torno a los procesos
de formación situados, acercamos también al diálogo
a Paulo Freire, quien nos recuerda la esencia política de
las prácticas educativas:
No hay práctica educativa que no sea política; no hay
práctica educativa que no esté envuelta en sueños y
no hay práctica educativa que no involucre valores,
proyectos, utopías. No hay entonces práctica educativa
sin ética. (Freire, 2014, p. 50-51)
Desde nuestra formación académica, práctica
profesional y liaciones institucionales compartidas
siempre nos ocupó el intento de vincular la práctica
en el Estado, el ejercicio del diseño de acciones,
proyectos, programas y políticas públicas con
reexiones académicas. Por lo general, suele habitarse
un marcado distanciamiento, a veces abismal, entre los
profesionales que forman parte del Estado y quienes
se desempeñan en el mundo académico. Pero también
es cierto que los y las profesionales que trabajan en
el Estado, estudiaron en universidades, se formaron
como profesionales y luego empezaron a trabajar o
incluso completaron sus estudios mientras trabajaban,
entonces a causa de ese punto de origen es que la
distancia es cticia, aunque en el territorio educativo,
se suele transitar uno y otro escenario en momentos
diferenciados. Ocurre con demasiada frecuencia que el
momento del aprendizaje se relaciona con el aula y el
momento del ejercicio profesional con las instituciones
y las comunidades. Se disocia fácilmente el saber, del
ser, el estar y el hacer que requiere de manera integral
el proceso de formación (permanente).
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Se debe asumir la tarea de una revinculación y las
responsabilidades que para ello son compartidas. La
Academia debe permitirse una permeabilidad con las
políticas públicas y el Estado, nutrir sus propuestas
y políticas de análisis compartidos, reexiones
interdisciplinarias y en ese sentido favorecer el ingreso
de estudiantes, de personas en formación que aporten
esa mirada de recién llegados que tanto bien les hace
a las instituciones.
En este punto, se considera necesario establecer
algunos acuerdos sobre qué entendemos por
políticas públicas ya que es uno de los conceptos más
polisémicos del campo de las ciencias sociales, de
acuerdo a la CEPAL (Comisión Económica para América
Latina y el Caribe).
Las políticas públicas son soluciones especícas de
cómo manejar los asuntos internos que, se desprenden
de la agenda estatal. De alguna manera, son las que
permiten orientar la gestión de un gobierno para
alcanzar sus objetivos (y en los sistemas democráticos
esos objetivos serían los motivos por los que la gente
les dio el voto). Es por ello que el diseño, gestión y
evaluación de las políticas públicas son una parte
fundamental del quehacer de los gobiernos (Lahera,
2004, p. 7-10).
El Banco Mundial dene a una política especíca como
un plan para alcanzar un objetivo de interés público, y
esta conceptualización desde el análisis propuesto por
la CEPAL se amplía haciendo referencia a un conjunto de
actividades (programas, estrategias, procedimientos,
leyes, reglamentos) dirigido hacia un objetivo general.
Estas actividades frecuentemente se acumulan
durante años. La política pública se diferencia de un
programa en cuanto a que es una intervención directa
sobre una realidad social, usada, en conjunto con otros
programas (y otros instrumentos de política), para ser
implementada.
También forman parte de las políticas públicas,
las instituciones del estado que se establecen
como ejecutoras. Podemos pensar en ejemplos,
seguramente, ustedes lo están haciendo. Para
hacer referencia al ámbito de las infancias, la
Convención Internacional de Derechos de los niños
y las normativas nacionales que cada país estableció
para dar cumplimiento al compromiso mundial, las
Leyes 26061 de Argentina y la 9944 de Córdoba a
las que hicimos referencia, forman parte de una
política pública de Argentina en relación al necesario
establecimiento de un enfoque de derechos para la
atención de diferentes problemáticas que atraviesan
las infancias, en ese contexto también se determina
que el órgano de aplicación para estas leyes será la
SENAF. Es decir, el espacio del Estado que tendrá a
cargo el diseño, ejecución y evaluación de acciones,
proyectos y programas especícos, responsable de
establecer una política pública, al mismo tiempo que
se establece la corresponsabilidad como principio
determinante en su construcción y consolidación. Es
interesante, no desconocer esta idea-fuerza que nos
mantiene en alerta de la necesaria integralidad en la
atención de las problemáticas sociales, y por lo tanto
nos incluye en tanto universidad.
Prácticas situadas
Ahora bien, ¿por qué plantearse el vínculo entre las
políticas públicas y la formación situada?
Las y los estudiantes de carreras universitarias,
mientras transcurren su experiencia educativa, con
mayor o menor nivel de formalidad realizan prácticas
pre profesionales. Estas pueden adoptar la forma
de un trabajo nal para graduarse, una materia en
la carrera, como parte de un proyecto especíco de
investigación o de extensión. Se considera a la práctica
como un espacio fundamental de formación, en el
cual desarrollamos el impostergable diálogo entre
los saberes académicos y los saberes populares,
de las y los vecinos de la barriada, de los niños y las
niñas, reales, locales, con familias y comunidades, en
territorios concretos.
Desde nuestro punto de vista, es imposible pensar
en una práctica no situada, no obstante, en muchas
carreras universitarias se realizan simulaciones de
espacios y problemáticas sociales - trabajo sobre
situaciones hipotéticas - y nunca, hasta el momento
de graduarse, se proponen vínculos con esa realidad
concreta a la cual se pretende conocer. Por lo tanto,
sí encontramos en la formación de grado numerosos
ejemplos.
Partimos aquí de un acuerdo de base, estas prácticas que
se desarrollan en situaciones reales, en territorios (no
universitarios) son también contextos de formación,
con la particularidad que implican un espacio y otro
tiempo. Distinto al del aula y el calendario académico,
pues se sale de las horas cátedra y del turno que se
cursa. En este momento educativo de pandemia,
también se distanciaron de todos los otros espacios
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territoriales y los habitaron desde una mediatización
tecnológica que todavía no se logra procesar, aunque
se puede armar, que como parte de estos nuevos
procesos se debió colaborar comprometidamente la
creación de nuevas estrategias y el acompañamiento
de estudiantes que reacomodaron sus pre conceptos
a estas nuevas formas. No fue sencillo, aunque sí, un
proceso que devino en una experiencia fructífera.
Diferentes expresiones remiten a los procesos de
prácticas que se denominan como profesionales y pre
profesionales, formación situada, trabajo en territorio,
salida al campo, entre otros modos de nombrarlas.
Nosotras, siempre vamos a adherir a un acuerdo,
más allá de su conceptualización, entendemos a la
práctica como un intercambio, un diálogo. Nuestro
compañero Ezequiel Kowalsky - educador comunitario
- en el seminario de Extensión Universitaria de la
UPC introdujo un concepto interesante para referir
a los intercambios de saberes, nos habló del convite
noble y aquí es valioso reexionar que este convite se
desarrolla de manera dinámica y en retroalimentación
permanente ¿quién convida a quién?
En un proceso formativo, entonces, se involucran
actores diversos. Se implican las instituciones que
incluso se denominan, “co formadoras”. Ponemos aquí
en tensión este nombre, ya que desde nuestro enfoque
seríamos un colectivo dinámico de co formadores.
Incluso desde los espacios del Estado que reciben a
estudiantes, en este caso la SENAF, la presencia de
practicantes en las instituciones o programas también
tiene una intencionalidad formativa hacia adentro del
mismo. Es decir, las instancias académicas se renuevan
con la mirada de los “recién llegados” o “extranjeros”.
Dicen Graciela Frigerio y Gabriela Diker (2003) acerca
de la gura del extranjero en educación que:
Lo extranjero provoca miedo, pero al mismo tiempo
atracción. En lo pedagógico se habla del profesor
como extranjero para el alumno; cada alumno, cada
grupo, también son extranjeros al profesor. La noción
de extranjero irrumpe en la historia, en la literatura,
en las ciencias, en la educación. Lo extranjero es uno
de los nombres de la alteridad; es un argumento, un
punto de partida, una alegoría, un goce, una mirada.
Nos parece una metáfora bien interesante pensar en
quien está realizando una práctica como extranjero
en este sentido de alteridad y es una invitación que
les hacemos a estudiantes y docentes que transitan el
espacio de la práctica.
Por otro lado, compartiendo el análisis que realiza
Chapato María Elsa (UNICEN 2016, p. 2-9), en estos
escenarios de prácticas, circulan deliberadamente
y como condición implícita de su propia razón de
ser, reexiones y conocimientos. Los períodos de
prácticas en tanto experiencias de formación situada,
se constituyen en oportunidades para hacer posible
la circulación de ideas y pensamientos sobre los
problemas que detectamos, donde se produzcan
confrontaciones teóricas entre lo que sabíamos o
creíamos saber y nuevas posturas que van perlándose
en el horizonte del trabajo académico, que nos
interpelan en nuestros viejos saberes y reclaman
nuevas elaboraciones, nuevos posicionamientos,
nuevas respuestas.
Las prácticas de formación situadas en contextos
cambiantes, multidimensionales y cada vez más
complejos, son desafíos intensos y extensos. Y la
propuesta que se realiza desde la SENAF, en tanto
escenario y escena compleja que abre puertas de
instituciones y programas para dar lugar y dejarse
interpelar e interpretar, por esta suerte de extranjeros,
es una experiencia que no se puede vivenciar en
muchos espacios del estado o en otras políticas
públicas, porque es un propósito de la SENAF, y desde
ese lugar de la intencionalidad se construye y se crece
en conjunto.
Estas prácticas se constituyen en modos especícos
de aprendizaje, ya que se realizan en tanto un proceso
individual como todo aprendizaje, pero al tener lugar
en interacciones entre personas que se vinculan
desde diferentes posiciones, se vuelve social, societal
podríamos también decir, porque ocurre en espacios
que son formados o “con formados” por diferentes
actores de las instituciones. En estas condiciones
podemos aprender acerca de las prácticas humanas
que a su vez remiten a acciones concretas de sujetos
que actúan en contextos sociales signicativos,
relacionales.
Así, siguiendo el análisis de Chapato (op. Cit), cuando
se pretende comprender las prácticas de sujetos
particulares debemos atender a que los contextos
no son ámbitos físicos o solo espacios institucionales
que ponen en evidencia un devenir histórico, sino
que los entendemos como sistemas de actividades
en los que se inserta la acción particular de un sujeto
(una persona) que realiza operaciones cuyos sentidos
sólo pueden comprenderse en el marco del sistema
general de acción. Las acciones individuales, deben
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ser interpretadas teniendo en cuenta vicisitudes y
factores que no están inmediatamente presentes
en la situación, ni contenidos exclusivamente en las
personas que actúan en esas situaciones.
Son esos contextos y las relaciones sociales que ahí
se despliegan las que permiten alcanzar una mayor y
más compleja interpretación de las situaciones y las
decisiones u operaciones que las personas realizan
en este tiempo y espacio especícos (Jara, 2018),
nos habla de estos intercambios en términos de
experiencias vivenciales:
La experiencia es siempre vivencial: implica
una vinculación física, emocional y también
intelectual con el conjunto de elementos del
entramado inmediato con el que me relaciono.
Las experiencias son, por tanto, lugares vivos de
creación y producción de saberes. (p.54).
Este modo de concebir el aprendizaje y su relación
contextual, el hecho de que las prácticas sean situadas,
nos permite enriquecer nuestras comprensiones
y realizar inferencias sobre los guiones sociales en
que se incluyen las actividades, dado que ya todos
habíamos percibido que las acciones de los sujetos
tienen sentido en los contextos de acción en que se
realizan, devienen del desarrollo histórico de esos
contextos, de la propia historia de los sujetos y del
sentido social atribuido a las acciones, a los propios
sujetos practicantes e instituciones o tradiciones que
los contienen.
Podemos pensar también, que las instituciones
contienen en su seno procesos instituidos, mandatos,
lógicas de trabajo, una cultura que le son propias, y
brindan su identitario. Incluirse en estos procesos y
hacerlo con el invite, mediante el acompañamiento de
quienes forman parte, es un proceso bien interesante
para quienes están formándose como profesionales
de alguno de los campos que están en juego. Creemos
que es esto, un juego, un diálogo, una conversación.
Conclusiones
Hay instituciones que de tanto repetirse a sí mismas
se pueden ver como cerradas, difíciles de adaptar,
las que forman parte de SENAF vienen de unos
mandatos y funciones instituidas muy fuertes y por
eso se presentan de ese modo. Sin embargo, al abrir
las puertas a los espacios de práctica demuestran
un valor o deseo de cambio. No es fácil, hay mucha
historia, un fuerte imaginario social que deconstruir.
Son, en muchos casos, lógicas organizativas y de cierta
preeminencia de técnicas y recursos, convertidos
en convencionales y legitimados por la fuerza de las
tradiciones, generalmente no interrogadas.
Se ponen en juego una multiplicidad de dimensiones
y elementos al pensar en estas prácticas, algunas se
relacionan con la temporalidad, con ciertos elementos
materiales (presentes o ausentes), con el entorno
natural, la historia de las personas que habitan cada
espacio y las historias mismas de esos espacios. También
tenemos que considerar los aspectos discursivos y
narrativas, entre otras tantas cuestiones estructurales
y simbólicas que no solo están relacionadas con las
prácticas especícas, relaciones entre sujetos situados,
sino también que impactan en las políticas públicas de
las que son invitadas a formar parte.
El punto de vínculo aquí se nos presenta dinámico.
Y esta pandemia, que nos puso a reexionar sobre
muchos de los sentidos establecidos, los cómodos,
los incómodos, los seguros y los inciertos. Este es un
excelente momento para plantearnos otras prácticas
posibles, que no serán individuales, que no serán
unidireccionales, que serán seguramente colectivas
e interdisciplinares. Se asumirán formas y estarán
mediatizadas por diferentes estructuras ya que no sólo
las pantallas nos informan.
Es un tiempo para pensarnos como parte de las
políticas públicas que estamos conociendo, que por
el mismo hecho de hacerles la visita desde la práctica
ya podemos observar y desde ese lugar observarnos.
También la invitación será a volver a visitar los
conceptos y teorías dominantes en las carreras
que hemos elegido para desarrollarnos individual y
colectivamente, releyéndolas nuevamente.
En síntesis, podemos decir que una práctica situada
es hacerse preguntas distintas, no las mismas que
surgen en las aulas, porque seguramente, preguntas
diferentes nos podrán llevar a caminos distintos de
búsqueda.
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compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 5, Año 03. Vol 1 Ene-Jun. 2021.
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