15
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Artículos
16
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
17
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Resumen
Mediante este trabajo se propone reexionar acerca
de la incidencia de la economía del conocimiento en la
Universidad Pública y cómo impacta en la función de
extensión, esta última entendida como construcción
de diferentes sistemas de acciones dirigidas a
promover y potenciar el vínculo universidad-sociedad,
desde la integración de las funciones universitarias, las
disciplinas y saberes. Esto implica un cuestionamiento
a lo instituido, permitiendo cambios culturales
profundos, la reconstrucción del conocimiento
académico, el abordaje interdisciplinario, compromiso
ético, social, político y la innovación.
La metodología utilizada es descriptiva con base en
textos pertinentes, desde la búsqueda de bibliografía
y fuentes adecuadas. Se tiene como conclusión que la
política extensionista que forma parte de la política
educacional, debe tener como objetivo el fundamento
que la sociedad demanda en la construcción de
saberes y en la extensión de los mismos a una sociedad
compleja y globalizada.
Palabras claves
Economía del conocimiento, extensión, educación
pública, políticas de extensión, extensión de saberes
Abstract
This paper aims to reect on the impact of the
knowledge economy on the public university and how
it aects the extension function that is understood as
the construction of dierent systems of actions aimed
at promoting and enhancing the university-society
bond, from the integration of university functions, the
disciplines and knowledge. This implies a questioning
of the instituted, allowing profound cultural changes,
the reconstruction of academic knowledge, an
interdisciplinary approach, ethical, social, political
commitment and innovation.
The methodology used for this study was descriptive
based on relevant texts in this regard, looking for
bibliography and adequate sources. It concludes that
the extension policy that is part of the educational
Impacto de la economía del
conocimiento en la Universidad
blica
Impacto de la economía del conocimiento en la Universidad Pública
Impact of the knowledge economy at the Public University
©
Copyright 2020. Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua)
Todos los derechos reservados
Fecha de recibido: 19/10/2020 Fecha de dictaminado: 10/11/2020
Lucrecia Aboslaiman
Docente
lucrecia.aboslaiman@unc.edu.ar
https://orcid.org/0000-0003-3489-6485
Docente por Concurso de Introducción al Derecho. Autora y Docente
de la Mat. Opcional: “La condición humana y el derecho” publicada por
OCW-UNC. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de Córdoba e Investigadora Categorizada por Secyt-Nación.
Investigadora Categorizada 3 por Secyt Nación. Publicista. Evaluadora
18
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
policy, must have as its objective the foundation which
society demands in the building knowledge and in
their extension to a complex and globalized society.
Keywords
Knowledge economy, extension, public education,
extension policies, knowledge extension..
Introducción
Con frecuencia ocurre que se confunde información
con conocimiento. La información son datos que
podemos tener a nuestro alcance y comprender; hoy
no necesitamos más información, saber, sino más
conocimiento, saber hacer. (Martínez Aldanondo,2010).
El conocimiento es lo que nos permite tomar
decisiones y actuar. Comprende habilidades, actitudes,
valores, conocimientos técnicos. Su materia prima es
la información, pero ésta no permite actuar hasta que
se convierte en conocimiento. El conocimiento es una
información dirigida a la realización de una actividad, a
solucionar un problema, es un saber hacer.
Reducir el conocimiento a un bien de consumo se
debe a la incorporación del conocimiento al régimen
mercantil, lo que se denomina mercantilización del
conocimiento.
Esto derivó en una transformación de las universidades
públicas, que se convirtieron cada vez más en fábricas
del saber. (Sáenz de Miera, 1998, p.150).
Los modelos, como categorías operacionales, como
recurso metodológico, permiten conocer, interpretar
o explicar aquellos componentes más relevantes que
organizan y estructuran conjuntos de nociones, ideas,
ideologías y prácticas extensionistas. En algunos
momentos estos modelos se constituyen como
hegemónicos y marcan claras características de época.
En otros, como en la actualidad, están presentes de
manera simultánea (Gezmet, 2010, p.1).
En el siglo XXI, algunos sectores de poder, tales como
el mercado, la economía, centros de administración,
monopolios, entre otros, le exigen a la Universidad
Pública que cumpla un papel instrumental; es decir,
tienden a convertirse en empresas administradas de
manera gerencial, con una preocupación de ecacia,
y en la perspectiva de una adaptación continua a la
demanda social y económica, función que contrasta
fuertemente con la idea de transmisión y de desarrollo
de una herencia que tiene valor trascendental de
civilización. (Freitag, 2004, p.38). Postergar la tarea
social que la misma debe cumplir, en particular a través
de la extensión; entendida ésta como uno de los pilares
de la Universidad Pública, ya que permite la llegada
a la comunidad a través del contacto establecido
entre agentes universitarios y extrauniversitarios.
Se promueve un intercambio constante entre
el ámbito académico y la sociedad en general,
retroalimentándose, y atendiendo y respondiendo a
las demandas y necesidades de la comunidad.
La explosión de la información, los acelerados
cambios tecnológicos, demandan nuevas formas de
relacionarse entre los que producen conocimiento y
aquellos que se apropian del mismo, haciendo que les
sea útil en el proceso de generar ganancias. (García
Guadilla, 1996, p.14).
Sin embargo, consideramos que como actores de
la Universidad Pública tenemos la responsabilidad
social de brindar y adecuar nuestras producciones a la
demanda de la comunidad en la que estamos insertos.
El diálogo, la construcción y la cooperación como ejes
primordiales de la extensión son los que fomentan y
generan las conexiones entre la realidad comunitaria y
la institución universitaria.
La magnitud del cambio cualitativo que enfrentan las
universidades del siglo XXI es una consecuencia de la
profundización de la economía del conocimiento.
Procederemos entonces a exponer qué se entiende
por economía del conocimiento y cómo impacta en la
extensión universitaria.
Metodología
Como todo proceso no acabado y dinámico, requiere
de todos los actores involucrados para la edicación
de una tarea extensionista interesada en la demanda
social; esto incluye construcción de problemas, nuevas
conceptualizaciones, formulación de proyectos,
organización del modo de llevar a cabo el trabajo
extensionista, trazar un estado de la cuestión de los
aportes de la práctica extensionista universitaria en
la búsqueda de respuestas a los problemas sociales
actuales, dar cuenta del modo en que la práctica
extensionista interpela a la docencia e investigación
universitarias, profundizar en la construcción de una
agenda extensionista transformadora y atenta a la
demanda social, entre otras.
g. 17-26
Lucrecia Aboslaiman
19
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Se advierte entonces, la complejidad inherente de
la gestión institucional extensionista como práctica
universitaria.
La complejidad inherente al proceso de trabajo
extensionista (construcción de problemas,
formulación de proyectos, para mencionar algunos)
hace necesarios replantes, cambios y adecuaciones.
Ello implica trabajos que a partir de experiencias de
intervención extensionista problematicen sus propias
prácticas y reexionen sobre ellas, explorando los
sentidos y alcances de su hacer en tanto práctica
universitaria.
Las capacidades de lectura de contexto, recepción
de la demanda social e iniciativa de intervención,
constituyen aspectos claves de la función extensionista;
en consecuencia resulta imprescindible proponer
espacios para trabajos que indaguen en las tensiones
entre la universidad como parte constitutiva de la
sociedad, el conocimiento producido en su ámbito
y -las diversas maneras de producirlo y comunicarlo
desde los múltiples trayectos disciplinares- los
encuentros y/o desencuentros con los actores y los
procesos sociales que son relevantes en la agenda
pública o buscan incidir en ella.
Es imprescindible la construcción de espacios de
trabajos que ahonden en la relación dialógica y sus
tensiones entre la universidad como parte de la
sociedad, el conocimiento que la misma produce,
incluyendo las diferentes maneras de producirlo y
transferirlo, comunicarlos desde las diversas disciplinas
y los puentes con sus encuentros, hallazgos y también
colisiones con los actores sociales y sus procesos.
Los problemas sociales y el hacer compartido entre
docencia, investigación y extensión, exigen un
abordaje interdisciplinario.
Se entiende que la interdisciplinariedad en el abordaje
de los problemas sociales y la articulación entre
las tres funciones universitarias son herramientas
valiosas para un hacer extensionista signicativo, esto
invita a la discusión de ponencias que exploren las
posibilidades y límites para el trabajo interdisciplinario
y las experiencias y perspectivas de articulación entre
extensión, docencia e investigación.
La interdisciplinariedad, congurada por las interacciones
y las comunicaciones entre las disciplinas y el intercambio
dinámico de conocimientos, constituye un camino seguro
para romper barreras que generen el aislamiento y
permitan el abordaje de la relación universidad y sociedad
y su diálogo de un modo global, complejo e integrador,
plasmando un hacer y una gestión extensionista
signicativa y representativa de la demanda social.
Penetrar y ahondar en la relación de la universidad
y la sociedad, requiere jerarquizar la función de
extensión universitaria, que posibilite perfeccionar
las interpretaciones que se realizan sobre la realidad
socio-cultural y la función universitaria. Es menester
entonces incentivar procesos de transformación que
encuentren sus raíces en las relaciones dialógicas
que se producen entre los saberes y la producción de
conocimientos.
Todo esto demanda de docentes, investigadores y
actores involucrados en la práctica extensionista con
compromiso ético y social, que tengan inquietud y
formación para indagar, comprender y asumir valores,
destrezas, conocimientos y competencias que los
ubiquen en una posición de asumir con coherencia una
mirada integradora y solidaria del conocimiento que
se construye en el recorrido universitario, en aras de
promover un desarrollo sólido y sustentable de toda
la sociedad.
Los cambios de paradigmas que se vienen gestando
tanto en la ciencia, también se encuentra en el interior
de la comunidad universitaria.
La gestión extensionista, su práctica, la relación entre
universidad y sociedad es un desarrollo dinámico
que incorpora en su construcción dar respuesta a las
demandas que surgen en los distintos espacios así
como enriquecer los debates para dar identidad al
perl y sentido de la relación con el medio al cual la
universidad pertenece y se debe.
En consecuencia, es una necesidad reexionar con
pensamiento crítico con la comunidad extraunivesitaria
sobre la práctica extensionista que se viene realizando,
fortaleciendo el diálogo con las organizaciones de
la sociedad civil, las instituciones del estado, todas
las instituciones educativas y los diversos actores
sociales que de una u otra manera se relacionan con
la universidad.
Consideramos que de esta manera la función de
extensión, sus proyectos y sus prácticas podrán
responder de modo más genuino y acabado a las
demandas y requerimientos de la sociedad con mayor
capacidad y aumentando su impacto.
g. 17-26
Impacto de la economía del conocimiento en la Universidad Pública
20
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
La formación teórico-metodológica de docentes
universitarios para el trabajo extensionista y de
estudiantes universitarios involucrados en las prácticas
de extensión, implica concebir una formación integral
de toda la comunidad universitaria.
Es indispensable disponer de fundamentos y
perspectivas epistemológicas y herramientas teórico-
metodológicas para llevar a cabo la función y gestión
de la extensión universitaria, tanto desde el rol de
extensionista como de los formadores de recursos
humanos extensionistas, lo que conlleva a comprender
la necesidad de reexionar sobre la práctica
extensionista y participar de los debates actuales
sobre la extensión universitaria como herramienta
para comprender la complejidad de las problemáticas
sociales, promoviendo el desarrollo local y regional y la
participación ciudadana.
La complejidad de los problemas sociales reclama
la participación ciudadana y abrir el debate a
toda la sociedad a través de un verdadero trabajo
interdisciplinario, desarrollando habilidades para
diseñar, ejecutar, dirigir, supervisar y evaluar proyectos
de extensión y contribuir a la formación de recursos
humanos extensionistas.
La relación entre universidad y sociedad es
social, dialógica y pedagógica, lo que implica la
multidimensionalidad de la realidad social y el
planteamiento de su tratamiento a través de un
pensamiento complejo, que incluye las relaciones
interdisciplinarias para una construcción colectiva del
conocimiento.
El avance sobre la relevancia de la función
extensionista se evidencia en la evolución histórica-
crítica de la extensión universitaria y los procesos
de institucionalización de la extensión en la
universidad en los distintos contextos históricos, en
las conceptualizaciones, deniciones y perspectivas
de la vinculación universidad-sociedad y los niveles y
direccionalidad de las interacciones; en los debates
actuales sobre extensión universitaria acerca de las
dimensiones social, dialógica y pedagógica; y en la
extensión en la formación del profesional universitario
con compromiso ético.
Todo esto instauró la investigación acerca de las
perspectivas epistemológicas, sobre la relación
entre conocimiento cientíco y conocimiento común
que incluye temas como los: diversos tipos de
conocimiento: conocimiento cientíco, de sentido
común, saberes populares, conocimientos empíricos,
conocimientos expertos. También incluye aspectos
sobre la evaluación epistemológica: determinación de
sus campos de aplicación y análisis de relaciones entre
los tipos de conocimiento., evaluación de la pertinencia
de cada uno de ellos en la resolución de problemas.
Implica conocer cuál es el sujeto social y el sujeto
de conocimiento, los modos de vinculación con el
objeto de conocimiento y la realidad social como
objeto de conocimiento: multidimensionalidad,
pensamiento complejo, relaciones desde lo disciplinar
y lo multidisciplinar, construcción colectiva del
conocimiento, entre otros aspectos.
Dicultades con la conceptualización de
econoa del conocimiento
Para algunos autores como Paul David y Dominique
Foray, al hablar de economía del conocimiento se
alude al cambio cuantitativo, más que cualitativo.
Existe una aceleración del ritmo de creación,
acumulación y depreciación del conocimiento. Se trata
de crear nuevos conocimientos y nuevas ideas que se
materializan luego en productos, procedimientos y
organizaciones (David y Forey, 2002, p.18).
En la actualidad, no hay una denición consensuada y
aceptada respecto de qué se entiende por economía
del conocimiento, lo que constituye una metáfora más
que un concepto claro (Smith, 2002.p.6).
Las dicultades para denir e l
término se atribuyen a la negativa
de algunos a reconocer que el
conocimiento es un término
epistemológico y cognitivo.
Las imprecisiones en los
ámbitos epistemológicos y
cognitivos han hecho que
el concepto economía del
conocimiento sea más retórico
que analítico.
g. 17-26
Lucrecia Aboslaiman
21
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Otros autores, entre ellos Brinkley, entienden que la
economía del conocimiento trabaja con una mercancía
que es el conocimiento mismo, en virtud de lo cual se
termina hablando de gerencia del conocimiento y de
universidad como empresa. (Brinkley, 2006,p. 29),
Las sociedades actuales privilegian el aumento en el
ritmo de creación, acumulación y aprovechamiento
del conocimiento lo que lleva a concebir un nuevo
paradigma como la economía del conocimiento, es
decir un sistema donde el conocimiento es la verdadera
esencia de la competitividad y el motor del desarrollo
a largo plazo. Se trata de un aumento en el ritmo y
acumulación desde una mirada mercantilista.
Entre otras concepciones, algunos autores sostienen
que el estudio de los procesos de creación,
apropiación, transformación y difusión de habilidades
y destrezas que permiten la solución de problemas
económicos es lo que dene a la economía del
conocimiento (Contreras y Huamani, 2013, p. 76).Nos
preguntamos si sólo se trata de resolver dicultades
económicas y en tal caso dónde se sitúan los problemas
sociales, culturales, jurídicos, políticos y educativos,
pedagógicos y antropológicos.
Otros arman que una economía basada en el
conocimiento es una economía en la cual la creación,
distribución y uso del conocimiento es el mayor
propulsor de crecimiento, riqueza y empleo. (Pedraja
Rejas, L., Rodríguez Ponce,
E., 2013, p 278).
Las distintas miradas
tienen en común que
aluden a la intensidad
y ampliación en el uso
del conocimiento, y el
papel que éste viene
a desempeñar en la
economía y la sociedad
actual.
Todo esto conlleva al
desarrollo de lo que se
entiende como gerencia
del conocimiento, donde
lo que prima es obtener
benecios privados,
limitando los
benecios sociales
de un proceso que
es eminentemente social,
como la producción del
conocimiento; lo que
vuelve imposible
referirnos a la
democratización de
los saberes y por ende
a la extensión en
misma.
g. 17-26
Impacto de la economía del conocimiento en la Universidad Pública
22
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Consecuencias de la economía del
conocimiento en la educación superior
En nuestra sociedad hay una tendencia a concebir
todas las relaciones como relaciones de intercambio y
es allí donde la economía del conocimiento afecta a las
instituciones.
Se concibe todo en términos de una racionalidad
económica que piensa en términos de compra y
venta, de ganancias y pérdidas. Como consecuencia
de ello forma parte del proceso de mercantilización
del conocimiento. En el mismo todas las actividades
sociales se dirigen al servicio del mercado. (Vega
Cantor, 2015, p.431-433).
Entre ellas las universidades públicas comienzan a
ser presionadas en un sentido empresarial de manera
que todas las actividades (docencia, investigación
y extensión) se traduzcan en dinero o mercancías.
La idea de que existan otros valores que no sean
mercantiles se pierde.
Efecto de esto es que en la educación superior este
proceso histórico condujo a que la misma se convierta
en un valor para la innovación tecnológica que crea
productos nuevos y mercadeables, o para proveer
las destrezas que un trabajador pueda vender en el
mercado.
Situar la cultura en general y la educación en particular,
en el proceso de producción de mercancías tiene
una consecuencia discursiva en las instituciones de
educación superior.
El discurso cambia tanto en las reglas, procedimientos
de dichas instituciones y los propios actores sociales
que integran la educación superior hablan de lo que
están haciendo y sobre lo que deberían hacer.
En cada uno de estos aspectos discursivos la fuerza
de los signicantes producidos es concebir todos
los valores en términos de lo que se puede comprar,
vender o hacer de manera rentable, con lo cual, la
educación superior tiene cada vez menos signicado
fuera del sistema de relaciones del mercado (Shumar,
1997, p.5).
La huella de esto es que, si sólo hay mercado, la
extensión como función social de la Universidad queda
desplazada por la función económica.
La economía del conocimiento parte de la lógica del
mercado, es una herramienta ideológica cada vez con
más relevancia para modelar y justicar los cambios y
reformas que están teniendo lugar en las instituciones
de educación superior. En este modelo, lo económico
domina muchos aspectos de la vida académica.
En el proceso de mercadear la universidad, todos nos
convertimos en signos de un sistema circulante de
signos-mercancías. La explicación reside en que las
universidades estén prioritariamente desarrollando
y poniendo en funcionamiento tecnologías de
consumo, de manera que los actores protagónicos
de las mismas, estudiantes, profesores, entre otros,
compramos cursos, programas, grados, certicados
y hasta ideas; por lo tanto, todos nos convertimos en
signos-mercancías.
Existen mecanismos de dominación simbólica
que produce que ciertas etiquetas educacionales
tomen más valor que otras y faciliten su circulación,
aumentando el valor de cambio (Shumar, 1997,p. 22).
La noción instrumental-gerencial del conocimiento
gana cada vez más legitimidad, y casi sin ningún
cuestionamiento.
Si el conocimiento ya no es un bien por derecho propio,
sino que está siendo mercantilizado en la sociedad
post-industrial conlleva a que los académicos, la
educación superior tenga que librar batalla por una
posición en el mercado de bienes culturales. Ahora se
espera de los académicos que no sólo produzcan el
conocimiento, sino que también consigan los fondos
para producirlo, promoverlo y venderlo (Brunner,
Hoaur&Prabitz, 2000, pp.70-71).
La noción instrumental transforma nuestra propia
noción de lo que es la universidad. Dicha institución
democrática que empodera a las personas para
producir conocimiento se ha perdido. Cambian el
conocimiento por los consumidores, que son los
estudiantes.
El advenimiento de la sociedad post-industrial
Si el eje sobre el que giraba la sociedad industrial era
el desarrollo económico y la necesidad consiguiente
de inversiones, el nuevo problema principal va a ser,
o está siendo ya, la centralidad y codicación del
conocimiento teórico.
g. 17-26
Lucrecia Aboslaiman
23
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
La codicación del conocimiento se reere al
instrumento que inuye en la dirección y agilidad de los
procesos de transformación y aprendizaje de nuevos
conocimientos. Inuye en la obtención de innovaciones
tecnológicas fundamentales para ocupar posiciones
de ventaja, en el procesamiento de información al
aumentar la capacidad de competitividad y adecuarse
a las demandas del mercado (Balconi, 2002, pp351-
379).
Centralidad signica que el conocimiento teórico
está en el centro de las preocupaciones y problemas
sociales y también en sus modos de solución.
El conocimiento es ahora poder y ecacia, sobre todo
cuando el conocimiento se convierte en información,
es decir, cuando ese conocimiento se codica para
ser trasmitido y aplicado a la toma de decisiones. Un
tipo importante de decisiones son las decisiones de
producción.
En efecto, la nueva lógica del desarrollo económico
es la de generar modelos teóricos de conocimiento
que puedan abrir en un futuro posibilidades hoy
desconocidas. No se trata ya de resolver los problemas
presentes con soluciones ad hoc de tipo técnico
para salir una situación concreta. La conanza en la
evolución de la ciencia lleva a pensar que su desarrollo
hará posibles niveles nuevos mucho más altos de
productividad.
Si en la sociedad típicamente industrial la actividad
principal era la producción, hoy parece que lo central
es la obtención y la transmisión de información. Si en
la sociedad industrial la relación principal era la del
hombre con la máquina productiva, ahora parece que
la relación principal es el juego entre personas que
dan y reciben información. Una vez que la extracción
y la producción han dejado de ser un problema, la
cuestión económica central resulta ser la obtención de
conocimientos y su transmisión como información.
Por ello, las universidades y las corporaciones de
investigación están adquiriendo un protagonismo
nuevo en la sociedad post-industrial derivado de su
capacidad de generar conocimiento teórico. Y nos
volvemos a preguntar qué lugar ocupa la extensión en
este contexto.
Universidad y mercantilización del
conocimiento
En el proceso y contexto de la globalización es cada
vez más relevante, la idea de que la educación y las
capacidades cientícas y tecnológicas constituyen el
principal instrumento de las economías nacionales.
El impacto de la estrecha relación entre economía y
conocimiento, que da origen a una mayor vinculación
entre la academia y las empresas, se pone de maniesto
en lo que algunos autores han llamado la segunda
revolución académica (Casas y Luna, 1997, pp. 7-8).
La primera se produjo por un incremento en el
nanciamiento gubernamental de la investigación,
uniéndose docencia e investigación. La segunda está
caracterizada por una capitalización del conocimiento,
que busca hacer del saber universitario un factor
determinante en el desarrollo económico. No de todo
el saber universitario, sino de algunos segmentos y
funciones que son más aprovechables por las empresas
(Powell y Snellman,2004).
En la economía del conocimiento la principal tarea
de la universidad parece ser la de convertirse en una
factoría de conocimientos y su cultura cientíca debe
ser dirigida hacia los medios y nes del crecimiento
económico y de la política pública (Aronowitz, 2000,
p.194).
La educación concebida como fuerza para la renovación
cultural ha sido subvertida por la movilización de la
universidad para nes instrumentales, en particular
para fortalecer o incrementar la concentración del
poder económico.
Esta mirada de la educación superior como industria
se contrapone con la concepción anterior de que
la universidad era esencialmente una institución
descosicada o desmercantilizada. Con la perspectiva
de la economía del conocimiento todo lo que se
produce en la universidad es para la venta.
Las interacciones universidad-conocimiento-mercado
han estado presentes a lo largo de la historia. La
diferencia con lo que desarrollamos aquí y con el
momento actual es que antes se daba una separación
cultural del dominio académico respecto al comercial y
al sector productivo.
g. 17-26
Impacto de la economía del conocimiento en la Universidad Pública
24
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Con la economía del conocimiento las bases de la
construcción del conocimiento están modicándose
en función de la relación que se establece entre
lo académico y lo económico. Es decir, que el
conocimiento ya no sólo se genera en términos de su
aplicación, sino de las nuevas formas de imprimirle
valor.
Algunos autores, entre ellos, Vélez Cardona, consideran
que las universidades están en el mercado buscando
estudiantes, en consecuencia, la educación se
convierte en una mercancía a ser vendida en el mercado
de aprendizaje; proceso que se ha intensicado con la
educación a distancia. (Vélez Cardona, W. 2007).
Las universidades producen y manufacturan materiales
de aprendizaje y los estudiantes se vuelven clientes o
consumidores.
Se puede advertir cómo la lógica de la mercantilización
en este contexto está cambiando la naturaleza de la
educación superior y convocando a la redenición de
la universidad. Si se redene la universidad hay que
redenir la extensión como función social de la misma.
Las universidades han entrado al mercado y el
mercado ha entrado en el alma de la universidad con
las consecuencias que ello trae. Las interacciones de
las universidades con la industria son calculadas en
base a las expectativas que tienen las universidades de
patentar y mercadear el conocimiento que producen
comercializando el conocimiento. Las relaciones
universidad-empresa se dirigen hacia actividades
económicas.
Se puede armar que estamos viendo el inicio de un
nuevo contrato social entre la academia y la sociedad
y en tal caso parece que la economía del conocimiento
será el centro de este nuevo contrato social.
Conclusiones
En particular con respecto a la extensión, si los
académicos de las universidades públicas pueden
vincular el conocimiento cientíco al mundo de la vida
social, entonces recién allí seremos capaces de impedir
la reducción de la razón al cálculo instrumental.
Esto requiere entender el conocimiento no sólo como
el resultado de la razón instrumental sino también de
la cultura en la formación de los órdenes simbólicos
(Brunner, Hoauer&Probitz, 2000, p.84).
El principal problema es que los discursos legitimadores
de la economía del conocimiento se han hecho tan
presentes, que cualquier cuestionamiento de éstos
nos sitúa, no en el terreno universitario de debate, sino
en una posición conservadora contraria al cambio, una
especie de freno impresentable. Como si discutir la
economía del conocimiento fuese a tener una postura
contraria a lo que se entiende como “statu quo”
opuesto al cambio.
La pregunta sique siendo dónde ubicamos a la
extensión en este tipo de universidad que legitima y
privilegia la economía del conocimiento.
Nuestro desafío y tarea como universitarios del
siglo XXI es cuestionar, interpelar estos discursos,
teniendo presente que éstos, como sistemas de
representaciones -palabras, imágenes y acciones que
siguen las reglas y prácticas que producen signicados y
proveen un lenguaje para representar el conocimiento
acerca de una cuestión en particular y en un particular
momento histórico- son los que construyen y legitiman
los temas de lo que es adecuado hablar en un momento
determinado. El discurso, por lo tanto, gobierna la
manera en que un tema puede hablarse y razonarse
(Foucault, 1980).
Todo esto conduce a que la universidad pública
como matriz simbólica-cultural de la sociedad,
se comprometa a realizar grandes retos. Las
interpelaciones provenientes de la misma son las que
la nutren y su tarea es traducirlas, y re-signicarlas para
producir enseñanzas y aprendizajes dirigidos no sólo
a lo inmediato e instrumental, sino a lo formativo e
integral en el mediano y largo plazo. Aquí es donde la
extensión cumple un rol fundamental. En momentos
de crisis e incertidumbre, como los que se viven
actualmente en este contexto socio- cultural, es donde
más se requiere de capacidades para tomar decisiones
que rearmen a la universidad como la institución que
brinda espacio de disidencia, de libre expresión, de
gestación de ideas y propuestas comprometidas con
el desarrollo de las capacidades humanas; y no con
intereses empresariales.
La economía del conocimiento transforma
el paradigma cientíco de la economía y, en
consecuencia, plantea nuevos retos para el análisis y
la docencia de este campo del saber (Torrent, 2016,
pp138-156).
g. 17-26
Lucrecia Aboslaiman
25
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
La universidad pública debe ser y en cierta medida
lo es, un espacio de debate de ideas conictivas y de
cambios permanentes que se nutren de los procesos
históricos que ha vivido y vive la sociedad, los que
deben responder no sólo a las necesidades de una
parte de ésta -las empresas y/o el Estado-sino ser
fundantes de una transformación profunda.
Pero la lógica económica no es, afortunadamente,
la única dimensión de la lógica social. Además de
un crecimiento sostenido de la riqueza material, al
mundo de hoy le preocupan otras cuestiones. Entre
ellas, destaca la preocupación por la extensión con
la importancia que implica la democratización de los
saberes.
El sentido de la extensión universitaria es quizá la
función menos claramente denida, más diversamente
entendida y más vulnerable a los cambios de las
situaciones políticas internas y externas de la
universidad.
Para ello debemos partir de una concepción
universitaria particular, una concepción que entiende a
la extensión como un espacio de construcción conjunta,
solidaria y comprometida con los sectores sociales con
los que co-construimos la sociedad argentina. Desde
este enfoque la extensión debe constituir un aporte
fundamental a la planicación de la enseñanza formal
universitaria y/o curricularización de la misma.
Nuestra universidad debe reconstruir y redenir el
vínculo con todos los sectores sociales, sin dejar
excluidos a ninguno. Extensión signica trabajar en
los problemas de la sociedad de manera conjunta,
recuperando y enriqueciendo el conocimiento
universitario con los saberes que la comunidad
construye en sus diferentes ámbitos (Pacheco,
2003,pp. 21-23).
Se trata entonces de visibilizar la extensión universitaria
como espacio de construcción de conocimiento en el
marco de la integralidad de funciones, dando cuenta
de su relevancia en la formación de estudiantes y
profesionales comprometidos con las problemáticas
de su tiempo a través de sus saberes disciplinares.
La importancia radica en el diálogo de saberes y
conocimientos, en la construcción de un proyecto
colectivo; de actores comunitarios y universitarios; de
perspectivas, educación y salud; de derechos, valores,
de docencia y extensión, para consolidar un espacio
de integración, reexión-acción que permita entender
a la extensión como una construcción, de la que todos
formamos parte, con derechos y responsabilidades,
plasmado en un espacio compartido colectivo,
participativo, reexivo y re-creativo.
Referencias bibliográcas
Aronowitz,S.(2000). The Knowledge Factori:
Dismantling the Corporate Universaty and
Creating True Higher Learning. Boston: Beacon
Press.
Ávila O. (2008): Estudios de extensión en
humanidades: Hacer y pensar con otros en la
universidad pública .Revista e+e. Estudios de
Extensión en Humanidades volumen 1 año 1
2008 Facultad de Filosofía y Humanidades UNC.
Balconi, M. (2002). Tacitness Codication o
Technological Knowledge and the Organisation of
Industry. Research Policy, Vol. 31, pp.351-379.
Brinkley, I.(2006).Dening the Knowledge
Economy: Knowledge Economy Programme
Report. London: The Work Foundation.
Brunner,K.M ; Hoauer, J. &Prabitz, G. (2000).
Intellectual Discourse in the Academic and
Society: Interpretation, Legitimation, and the
Rise of Managemente Talk,en Harvey Brown, R.
& Daniel Schubert J. (Eds). New York: Teachers
College Press.
Casas, R. y Luna, M. (1997). Introducción general,
en Casas, R. y Luna M. (Coord.). Gobierno,
academia y empresas en México: hacia una nueva
conguración de relaciones. México: Plaza y
Valdés Editores.
Contreras, F. y Huamani, P. (2013). La gestión del
conocimiento y las políticas públicas. Perú: Edición
Universidad María Auxiliadora.
David,P. y Foray, D. (2002). Fundamentos
económicos de la sociedad del conocimiento.
Organización de Estados Iberoamericanos: Revista
internacional de ciencias sociales. N°171.
De Sousa Santos, B. (2005): La universidad
en el siglo XXI. Para una reforma democrática
yemancipadora de la universidad. Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades, Coordinación de Humanidades,
Universidad Nacional Autónoma de México.
g. 17-26
Impacto de la economía del conocimiento en la Universidad Pública
26
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 4, Año 02. Vol 2 Jul-Dic. 2020.
Freitag, M. (2004). El hundimiento de la Universidad
y otros ensayos en epistemologíapolítica. España:
Ediciones Pomares-Corredor.
Foucault, M. (1980). Power/Knowledge. Brighton:
Harvester.
García Guadilla, C. (1996). Conocimiento,
educación superior y sociedad en América Latina.
Caracas: Nueva Sociedad.
Gezmet, S. (2010). La vinculación universidad-
sociedad. Modelos de extensión y características
de las interacciones.
Martínez Aldanondo, J. (2010). Lo siento, el
conocimiento no se puede transferir. Chile.
Editorial: Revista de Arte Contemporáneo y
Nuevas Tendencias.
Pacheco, M. (2003). Reexiones en torno a
la construcción del espacio de la extensión
universitaria hoy. Ponencia presentada en las
III Jornadas de Investigación en Educación.
“Educación y procesos sociales actuales:
respuestas, compromisos y tensiones”.
Córdoba:Área Educación Centro de Investigaciones
de la FFYH-UNC.
Pedraja Rejas, L., Rodríguez Ponce, E., (2013).
Sociedad del conocimiento y dirección estratégica:
una propuesta integradora.Interciencia,
Venezuela: Editorial Asociación Interciencia.
Powell, W. y Snellman, K. (2004). “La economía
del conocimiento”. Revisión anual de sociología.
Vol 1., pp. 351-379.
Sáenz de Miera, A. (S.F.) (1998).La fábrica del
saber:25 años de relaciones universidad-empresa.
Madrid: Fundación Universidad-Empresa.
Serna Alcántara, G. (2007). Misión social
y modelos de extensión universitaria: del
entusiasmo al desdén. En: Revista Iberoamericana
de Educación, 43. http://www.rieoei.org/
deloslectores/1662Aquiles.pdf. 25/07/13.
Shumar,W. (1997). College for Sale. A Critique of
the Commodication o Higher Education. London:
Falmer Press.
Torrent, J. (2016). «Knowledge products and
network externalities. Implications for the
business strategies». Journal of the Knowledge
Economy. N.º 6, pp. 138-156.
Smith,K. (2002). What is the
knowiedgeEconomy?Knowledge Intensity and
Distributed Knowledge Bases. TheNetherlands:
UnitedNationsUniversity, Institutefor New
Technologies
Vega Cantor, R. (2015). La Universidad de
la Ignorancia. Capitalismo académico y
mercantilización de la educación superior. La
Habana: Ocean Sur.
Vélez Cardona, W. (2007). ¿Qué es la economía
del conocimiento y cómo impacta a la Universidad
Pública? Puerto Rico: Asociación Puertorriqueña
de Profesores Universitarios.
g. 17-26
Lucrecia Aboslaiman