116
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
1. Introducción
Estas notas tienen por objetivo aportar, desde la
perspectiva de la innovación tecnológica agrope-
cuaria, a la identicación de las trasformaciones
requeridas en los países de America Latina y el Caribe
para avanzar en lo que hace al logro de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS).
La mayoría de las metas planteadas en la Agenda 2030
suponen un agotamiento de la matriz energética y
productiva sostenida hasta hoy. Ante ello, una nueva
matriz tecnológica que facilite el cumplimiento de los
objetivos planteados se hace ineludible, y en esto, lo
que pase a nivel de la tecnología agropecuaria juega
un rol protagónico.
El mundo de la innovación está en un acelerado
proceso de transformación, con profundos cambios
en las formas de hacer ciencia y tecnología, en el tipo y
alcances de sus impactos y en la velocidad con que se
dan los cambios. Las tecnologías digitales, la robótica,
la inteligencia articial, la automación, la biotecnología
y la nanotecnología tienen impactos profundos y de
amplio espectro, y no hay espacio de la economía, la
organización social o el medio ambiente, que quede
por fuera de los mismos.
Sin embargo, el camino para el pleno aprovechamiento
de esas oportunidades, no es una proyec-ción lineal de
situaciones anteriores. Surge con fuerza la interrogante
de si la región cuenta con los recursos (institucionales,
nancieros, aptitudinales) para poder aprovechar esas
oportunida-des, y qué políticas son necesarias como
apoyo a esos procesos.
2. Convergencia tecnológica Como marco
para el desarrollo tecnológico y la innovación
en la agricultura y la alimentación
Estamos al comienzo de una revolución que está
cambiando radicalmente la forma en que vi-vimos,
trabajamos y nos relacionamos unos con otros y
con el medio ambiente. Los avances en la biología,
las tecnologías de información y comunicaciones, la
nanotecnología y las ingenie-rías, han comenzado a
madurar y producir desarrollos que prácticamente
atraviesan todos los sectores de la economía. Se trata
de tecnologías de ruptura, que replantean lo que se
hace, pero también el cómo, el cuándo, el con qué,
e incluso el quién. Por esto, no basta solo con mirar
las tecnologías y su aplicación, sino también lo que se
reeja en los procesos de organización agropecuarios
y sus encadenamientos con el resto de los sectores
económicos, así como a la naturaleza de los procesos
y la propia forma de “hacer ciencia”. No solo cambia
la “función de producción” (las relaciones insumo-
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
Los sistemas de investigación y
transferencia de tecnología agropecuaria de
América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnoloa
©
Copyright 2019. Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua)
Todos los derechos reservados
Documento nº 19
2030/
Alimentación, agricultura y desarrollo rural en América Latina y el Caribe
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
117
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
producto y las formas de uso-aplicación), sino también
las disciplinas intervinientes, y con ello los marcos
institucionales necesarios.
En lo que respecta a la agricultura y la alimentación,
los avances de lo que se conoce como nue-va biología
(proceso iniciado en la década de 1950), han hecho de
la investigación y desarrollo procesos más precisos y
conables, siendo aplicables a prácticamente todos los
campos de la actividad agroalimentaria, generando la
posibilidad de un mayor entendimiento de los recursos
naturales y los ecosistemas. Esto es de indudable
valor, ya que permite una vinculación más uida de
las capacidades de investigación agropecuaria con los
restantes sectores, tanto en lo que reere a articulación
vertical de la producción primaria, así como las etapas
de post-cosecha, procesamiento y mercadeo.
Los impactos de las tecnologías de información
y comunicaciones (TIC) —incluyendo la mi-
croelectrónica, la ciencia de datos y los avances en las
áreas de teledetección— son quizás menos evidentes,
pero no por ello de menor magnitud, tanto en lo
institucional como en las tecnolo-gías productivas.
En lo procesal, el manejo eciente de grandes bases
de datos asociadas a siste-mas complejos, como los
biológicos, disminuye los costos de investigación al
facilitar el acceso a la información. Incluso ayuda a
limitar la redundancia, facilitando compartir resultados
dentro y fuera de las propias instituciones. Estas
capacidades también permiten una mejor interacción
con otras disciplinas, como la genómica y sus nuevas
metodologías, en procesos que se retro-alimentan
entre sí, tanto en lo que hace a sus alcances como
a la velocidad con que aparecen nuevas opciones.
Asimismo, los avances en teledetección y técnicas
de simulación, permitirían no solo reducir el número
de réplicas experimentales y la proyección de los
resultados logrados hacia otras áreas agroecológicas
homólogas; también abren un mundo de nuevas
aplicaciones en lo que reere a los procesos de toma
de decisiones tanto a nivel nca como regional.
Al mismo tiempo, las nuevas tecnologías están
asociadas a un impacto mucho más amplio, que tiene
que ver con su efecto sobre las dimensiones que denen
la ruralidad, como el ámbito den-tro de los cuales se
insertan las actividades agropecuarias. La conectividad
y la disponibilidad de dispositivos móviles (bases de la
nueva economía digital) contribuyen, vía reducción
de costos de transacción históricamente asociados al
medio rural, a morigerar las limitaciones generadas
por las distancias, y con ello la propia dinámica de los
asentamientos poblacionales, igualando en muchos
aspectos la calidad de vida y las posibilidades de
progreso económico y social entre territorios.1
En lo productivo, estos avances comienzan a
evidenciarse en diversas áreas que hacen no solo a la
mejora de la productividad, sino también al desarrollo
de estrategias de producción más sustenta-bles. A nivel
general, se trata de la posibilidad de “desagregar”,
hasta sus componentes esenciales, el conocimiento
de las distintas formas de la vida a través del manejo
de grandes cantidades de datos, entendiendo mejor
las características, potencialidades y limitaciones de
los recursos y los ecosistemas, pudiendo intervenirlos
en base a una suerte de ingeniería de detalle, donde,
sobre una base cientíca, se optimizan el papel
y las funcionalidades de cada recurso. Parecería
empezar a delinearse una suerte de agroecología 4.0,
donde esta tiene la oportunidad de dialogar con la
biotecnología y las TIC para avanzar hacia nuevas rutas
de productividad sostenible.
A nivel de tecnologías especícas, el arco de
posibilidades es extremadamente amplio, aunque
cruzado por dos conceptos esenciales: mayor precisión
y eciencia. Algunos ejemplos:
Sistemas de mejoramiento rápidos y ecientes, a partir
del uso de información genómica y de metodologías
de aceleramiento generacional, en base a marcadores
moleculares y otras técnicas de análisis cuantitativo, a
través de modelos estadísticos que permiten pre-decir
la performance de las nuevas construcciones antes de
someterlas a pruebas a campo.2
Sensores de cultivos conectados a dispositivos móviles
que permiten evaluar las necesida des de fertilización a
escalas menores y mucho más precisas.
Sistemas de monitoreo de salud de los cultivos
utilizando luz ultravioleta y, próxima mente,
mecanismos biológicos y de inteligencia articial,
lo cual permitiría importantes avances en materia
de oportunidad de controles y reducción del uso de
químicos en el control de plagas y enfermedades.
Estrategias virtuales de difusión de técnicas de
manejo ajustadas por localidad/región, lo que
permite incrementar signicativamente el manejo
integrado de plagas y enfermedades.
Los sistemas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnología
118
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
Biométrica ganadera; uso de collares y otros
dispositivos de monitoreo en tiempo real
de información acerca del comportamiento,
consumo, signos vitales y estado general de los
animales.
Agricultura de precisión, que integra información
agroecológica y productiva con TIC, proponiendo
estrategias de manejo diseñadas para dar
respuesta a variaciones intra-potre-ro para
optimizar el uso de insumos.
Mejoras en el aprovechamiento del agua vía la
utilización de tecnologías laser para la nivelación
de suelos y el uso de sensores para micro-
administración del riego.3
En lo organizativo-institucional, los principales
impactos devienen del hecho de que las discipli-nas
involucradas son signicativamente diferentes de
las que constituyen la base cientíco-dis-ciplinaria
de la investigación agroalimentaria tradicional. Con
el advenimiento de las nuevas biotecnologías, la
distinción tradicional entre ciencia pura y aplicada
tiende a desdibujarse y, con frecuencia, las aplicaciones
comerciales emergen directamente de la investigación
“básica”, obligando a una redenición de los énfasis
entre el trabajo de laboratorio y de campo. Por otra
parte, todas estas tecnologías están fuertemente
inuidas por lo que pasa en el mundo de los
dispositivos y las aplicaciones, cada vez más baratos y
cotidianos, rompiendo de raíz muchas de las barreras
tradicionalmente existentes para que los nuevos
conocimientos y las tecnologías lleguen masivamente
a quienes las necesitan.
ste nuevo “clima” requiere de cambios básicos en
lo que hace a los procesos de desarrollo de recursos
humanos y en la naturaleza de los vínculos cientícos
y de información de los cuales dependen los institutos
de investigación, así como de relaciones más estrechas
y cooperativas con los centros de investigación en las
universidades, los institutos públicos y la industria,
y con nuevos actores, como las telefónicas y los
desarrolladores de software, que pasan a ser compo-
nentes centrales del proceso de desarrollo y difusión.
3. Principales tendencias institucionales en
lo referido a Investigación y desarrollo (I+D)
agropecuario
Cuando se piensa en investigación agroalimentaria
en la región, se piensa inmediatamente en el modelo
de los institutos nacionales de investigación agraria
(INIA) como el tipo institucional característico y
predominante. Esto es correcto, en el sentido de que
casi todos los países de la re-gión cuentan con una
institución pública de investigación agroalimentaria
y que esas instituciones representan, mayormente,
el grueso de las capacidades de investigación
agropecuaria existentes. Este “modelo” básico, sin
embargo, ha ido cambiando signicativamente a lo
largo del tiempo, tanto en lo que hace a su centralidad
como fuente de nuevos conocimientos, como a su
papel en los procesos de innovación. En la actualidad
está siendo seriamente cuestionado, lo cual se reeja,
entre otros aspectos, a su posicionamiento en términos
políticos y de nanciamiento, como en sus capacidades
para servir de base para el aprovechamiento de los
nuevos escenarios.
i. Pérdida del énfasis tecnológico dentro de las
instituciones públicas de I&D agropecuaria
Las instituciones nacionales de investigación y
transferencia de tecnología en América Latina y el
Caribe se crearon a partir de nales de 1950, en el
contexto de sociedades predominante-mente agrarias,
donde aún existían amplios sectores sin mayor
vinculación al mercado (autocon-sumo). La producción
de commodities para exportación era, en la mayoría
de los casos, el eje de inserción internacional de las
economías regionales y su principal fuente de divisas.
En este marco, las instituciones de investigación
fueron diseñadas apuntando a la modernización de la
agricultura vía la transferencia de tecnología disponible
en los países desarrollados.
El objetivo era integrar la agricultura a las emergentes
economías de mercado, incrementar la producción
agroalimentaria, las divisas y el ahorro, y facilitar la
transferencia de mano de obra hacia los sectores
industriales urbanos, sobre cuyo crecimiento se
asentaba la estrategia de in-dustrialización sustitutiva
de importaciones. El mundo ofrecía suciente
2 Benno Vogel (2014).
3 Ver algunas de las tecnologías emergentes en http://www.businessinsider.com/15-emerging-agricul-ture-technologies-2014-4, y http://publications.
gc.ca/collections/collection_2014/hpc-phc/PH4-147-2014-eng.pdf
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
119
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
tecnología como para impulsar la modernización
agroalimentaria y lo que hacía falta era investigación
adaptativa y difusión entre los agricultores. A partir
de esta idea, la mayor parte de los países encararon la
creación de institutos públicos de investigación semi-
autónomos, algunos de los cuales recibie-ron también
la responsabilidad de la extensión.
Los objetivos básicos de esta aproximación eran
resolver los problemas tecnológicos de la produc-
ción primaria y promover la adopción de nuevas
tecnologías. Las etapas post-cosecha y agroindus-
trialización no eran percibidas como de alta prioridad
y, en los casos donde recibía algún trata-miento, era
dentro de estructuras organizativas separadas.4 Así
y todo, estas instituciones han sido el centro de las
capacidades de innovación de los países de la región, y
en sus primeras décadas de existencia desempeñaron
papeles centrales en las transformaciones tecnológicas
del sector.
Más recientemente, sin embargo, han perdido mucho
de ese rol y se han ido transformando, crecientemente,
en instituciones focalizadas en la problemática de la
pobreza y el desarrollo rural, en la que la tecnología
es solo uno de los instrumentos de intervención del
Estado. Esta orientación pone en duda su valor en
cuanto a sus posibles contribuciones en el complejo
mun-do tecnológico que se aproxima (Trigo et al. 2013).
De algunos análisis disponibles acerca de la situación
actual en lo que hace a nanciamiento de la I&D
agropecuaria y la performance en algunos sectores
estratégicos, puede obtenerse una idea general de la
situación prevaleciente y la relativa debilidad de estas
instituciones.
En este marco, las instituciones de extensión también
han sufrido importantes cambios. Inicialmen-te, los
esfuerzos de extensión fueron primordialmente
públicos y prácticamente siguieron el mismo formato
en toda la región, pues estuvieron directamente
ligados a los INIA y la transferencia de tecnología. Se
trató de la implantación de “un modelo único”, que
mutó hacia el conanciamiento del servicio por los
beneciarios directos, una mayor orientación al cliente
y la descentralización y tercerización del servicio de
entrega (Ardila 2010). Pero quizás el cambio más
signicativo ha sido la perdida de importancia relativa
de la promoción del cambio técnico como actividad
primordial dentro de los mismos. Según un estudio
reciente, solo el 33% de las funciones desarrolladas
por los programas de extensión están vinculadas
al cambio técnico, el resto mayormente, tiene que
ver con modicaciones sociales e institucionales. Lo
determinante de los cambios, es que la institucionali-
dad pública no es ya el actor dominante, sino que
actualmente existen numerosos actores privados
interviniendo, con diferentes enfoques y estrategias,
con bastante falta de coordinación, pero que, en
general, presentan mejores calicaciones que las
experiencias públicas.
5
No obstante, quedan vacíos importantes en la I&D y
extensión agropecuaria que deberían ser abarcados
por los sistemas públicos de investigación. Existe una
signicativa cantidad de “bienes públicos” que, por su
propia naturaleza, no son atendidos por el resto de los
actores del sistema. Entre algunos de ellos se pueden
mencionar: Funcionalidad de los suelos, calidad y
disponibilidad del agua, biodiversidad, mitigación
y adaptación climática, desarrollo territorial,
diversicación productiva, etc.
ii Recursos para I&D agropecuaria
Dos aspectos caracterizan a las inversiones en I&D
agropecuaria. Uno es el alto grado de con-centración
de las inversiones en un pequeño número de países.
El otro, la creciente restricción de los recursos
humanos. A pesar de que, en conjunto, se observa un
aumento de los volúmenes de inversión (ver Gráco
1), este básicamente reeja el comportamiento de un
reducido grupo de países de mayor tamaño, con el
resto mostrando performances bastante decientes.
De hecho, cin-co países (Argentina, Brasil, Chile,
Colombia y México) concentran más del 90% de la
inversión regional. El 10% restante se distribuye en
otros 13 países para los que se dispone información.
Esto se observa también cuando los volúmenes de
inversión se presentan en términos de cuanto repre-
sentan como porcentaje del PIB agrícola de los
países. En este caso Stads et. al. (2016), muestra que
solo seis países (Brasil, Chile, Caribe Anglófono, Rep.
Oriental del Uruguay, Argentina, Costa Rica y México)
invierten mas del 1%, mientras que el resto ni siquiera
alcanzan este guarismo, cifras que son marcadamente
contrastantes con lo que ocurre en otros países con
sectores agrícolas relevantes, como Canadá, donde la
inversión en I&D agrícola como porcentaje del PIBA
ascendió a un 11,3% (año 2009), o en en Australia que
superó el 12,5% (2011).
6
5 FAO (2014). 6 OECD (2018) y Gaulier y Zignago (2010)
Los sistemas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnología
120
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
En este marco, y pensando en la estrategia futura,
la cuestión del tamaño de las economías y como eso
se reeja en las capacidades de inversión y escala
de trabajo de las instituciones de investigación,
es un tema ineludible. De hecho, la mayoría de los
países con baja performance tecnológica son los
de menor tamaño relativo. En su esencia, el tema se
vincula con las deseco-nomías de escala en cuanto
al desarrollo institucional, o puesto de otra forma,
al hecho de que los países pequeños encuentran
limitaciones para construir instituciones, en cantidad
y tamaño sucientes, para encarar a todo el rango de
problemáticas y servicios que deben enfrentar.
7
El impacto limitante de estos factores se vuelve aún
mayor en los países tropicales, donde los “derrames”
potenciales son menores y la diversidad agroecológica
suele ser mayor que en las agriculturas templadas,
sumado a la ineludible multiplicación de demandas por
investigación que trae aparejado el cambio climático.
Básicamente, algunos costos (infraestructura,
personal, equipamiento, etc.) son sensibles a la escala,
pero ostentan ciertas inexibilidades en cuanto a
tamaño mínimo, por debajo del cual las funciones no
pueden ser cubiertas con efectividad. En el pasado,
muchos de estos problemas se han morigerado a través
de recursos externos que permitieron “desacoplar” el
desarrollo institucional de las condiciones particulares
de cada país. Estos procesos han creado condiciones
de vulnerabilidad institucional, ya que en la mayoría
de los casos permitieron el desarrollo de estructuras
sobredimensionadas que han encontrado fuer-
tes dicultades de sobrevivir una vez retirada (o
disminuida) la ayuda internacional, viéndose forzadas
a competir directamente por los recursos nacionales.
Por otra parte, existen restricciones también en lo que
hace a los recursos humanos (una limi-tante quizás
más estratégica debido al aumento de la complejidad
de las situaciones a enfrentar). De hecho, la cantidad
de investigadores en el sector agrícola también es
relativamente baja, e incluso, muestra una tendencia
decreciente (ver Gráco 2).
Gráco 1. Evolución de la inversión total en I&D agropecuaria en América Latina y el Caribe (en millones de USD), 1981-2013
Gráco 2. Evolución del número de investigadores en el sector
agrícola en América Latina y el Caribe, 1990-2012
Fuente: Stads et. al. (2016).
Fuente: Stads et. al. (2016). Fuente: Elaboración propia en base a
https://www.ifpri.org/program/agricultural-science-and-technology-
indicators-asti, consultado en marzo 2018
7 La denición de “país pequeño” es relativa y varía en función a la dimensión que lo dena. Mayormente, se utilizan criterios de población y económicos.
En este caso especíco, otro factor a considerar podría ser el de diversidad agro-ecológica.
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
121
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
En cuanto al nivel de calicaciones académicas, el
panorama regional es igualmente diverso, pero
también dentro de un rango bajo, con Brasil ubicado
muy por encima de la media. Esta tendencia se repite en
lo que hace a los recursos de apoyo a la investigación,
cuyo porcentaje es bajo en casi todos los países pero
alcanza niveles críticos en algunos como Argentina, El
Salvador y México.
Este escenario institucional se reeja en lo que hace
a las capacidades tecnológicas propiamente dichas.
Lo que ocurre en dos áreas, que podrían considerarse
representativas de lo “tradicional” y lo “nuevo”, el
tomejoramiento y la biotecnología, lo ejemplican. En
el caso del tomejora-miento, la información disponible
resalta que desde 1990 las inversiones se han reducido
al 37% en 2005 y la evidencia no indica que haya crecido
desde entonces (Trigo y Villarreal 2009). El panorama
no es más alentador para la biotecnología agrícola,
donde hacia 2007, las inversiones totales en la región
eran del orden de los 133 millones USD corrientes, cifra
casi insignicante dentro del total de inversiones en
investigación agrícola regionales,
8
y más aún si se la
compara con lo que invierten algunas de la principales
compañías multinacionales de semillas.
9
En el caso
de la biotecnología, también hay un altísimo nivel de
concentración por país, con Brasil repre-sentando más
del 50% de las inversiones y los seis más importantes
(Brasil, México, Argentina, República Bolivariana
de Venezuela, Colombia y Chile) casi el 90% del total
regionales (Trigo et. al. 2010).
Estas tendencias están en contramano con lo que
debería esperarse, no solo por la importancia
estratégica de estas inversiones, sino por cuestiones
más prácticas vinculadas a la política eco nómica y al
incremento de las exportaciones. El marco normativo
del comercio internacional, en general, disminuye las
posibilidades de aplicar subsidios a la producción y a
consumidores, y una de las pocas intervenciones de
compensación permitidas es la posibilidad de realizar
inves-tigación y desarrollo a través de los sistemas
públicos como soporte a la mejora de la competiti-
vidad sectorial.
iii Capacidad de articular y aprovechar procesos de
desarrollo tecnológico
En términos prácticos, la relevancia del análisis
anterior esta en lo que pueda aportar a la diluci-dación
de la pregunta de en qué medida las estructuras
existentes pueden contribuir al desarrollo tecnológico
y productivo de la región. Dicho de otro modo,
respecto de las plataformas para aprovechar las
oportunidades implícitas en los nuevos escenarios
cientíco-tecnológicos. En este sentido, los indicadores
no pueden estar solo referidos a la tecnología
propiamente dicha, sino a lo que ocurre con la evolución
de la productividad de los factores de producción. En
este aspecto, los pocos estudios existentes sobre la
performance comparada de la agricultura regional,
vis a vis lo ocurrido en otras partes del mundo, indican
que si bien en el período más reciente, la producción
y la productividad mejoran, en una perspectiva más
larga, los cambios no son signicativos (Nin-Pratt et.
al. 2015). Observando la evolución de la productividad
total de los factores (TFP) (promedio simple de todos
los países) en América Latina y el Caribe respecto de
los países de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE), no se evidencian
mayores cambios entre 1981 y 2012. Esto puede
tomarse como un indicador de que el “conjunto”
de la región no se “acerca” a la frontera tecnológica
(incluso a pesar de los avances en los volúmenes de
producción). Adicionalmente, se observan diferencias
importantes en el comportamiento entre países y
entre regiones templadas y tropicales del continente,
con un crecimiento de la TFP signicativamente mayor
en las primeras.
Debe aclararse que los indicadores resaltan promedios
(tendencias generales) y en cada caso hay diferencias
entre las performances de países especícos, entre
cultivos, entre estos y ganadería y aún dentro de un
mismo país. Sin embargo, son útiles para observar
una tendencia. La hipótesis que puede plantearse
respecto de estas diferencias es que se explican,
al menos en parte, por la mayor posibilidad de las
agroecologías templadas de aprovechar “derrames”
10 Lo ocurrido con las nuevas variedades genéticamente modicadas (soja, maíz, algodón) es un claro ejem plo. Aun cuando en el proceso de adopción
intervienen otro tipo de factores, como los regulatorios, los países templados del sur del continente (Argentina, República Oriental del Uruguay,
Paraguay, Estado Pluri-nacional de Bolivia), se han visto beneciados de opciones que no han estado disponibles para otras áreas. Incluso en Brasil, el
aprovechamiento de las mismas ha sido mayormente en el sur, de agroecologías tem-pladas, siendo que la agricultura tropical ha quedado mayormente
fuera del aprovechamiento pleno de las nuevas biotecnologías.
11 El análisis se realiza en base a un índice de “capacidad cientíca” (número de investigadores y publica-ciones), un índice de “capital de innovación”
(investigadores por unidad de supercie e inversión en inves-tigación como % del PIBA) y un índice de capital de “imitación” (escolaridad y extensionistas
por unidad de supercie). Los autores completan su análisis relacionando su capacidad de generación/aprovechamiento con la performance de la
productividad agrícola de los países, encontrando una alta correlación entre in-versiones, capacidades y crecimiento de la productividad.
Los sistemas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnología
122
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
tecnológicos origi-nados por inversiones en I&D en
países desarrollados (Nim-Pratt et.al. 2015).
10
Esto parece conrmarse en base a una categorización
de los países de la región por sus capacida-des para
identicar conocimientos y tecnologías desarrollados
para otras realidades y adaptarlos y difundirlos en sus
ambientes (ver Tabla 1).
11
En resumen, solo un pequeño número de países
resulta con capacidades para aprovechar lo que
ofrecen las nuevas tecnologías, mientras que el resto
tiene capacidades limitadas y escasas posibi-lidades de
aportar efectivamente al desarrollo productivo de sus
países. Ello plantea la necesidad de una reformulación
de las prioridades políticas, de estructura
organizacional y de andamiaje de cooperación inter-
institucional de los actuales sistemas de I&D públicos
en la mayoría de los países de la región.
4. Los sistemas nacionales de innovación
como esquemas para la movilización de
recursos
En línea con esto, en años recientes, surge un nuevo
eje de desarrollo institucional: el de los sistemas de
innovación, concebidos como una red de agentes
que están directa o indirectamente relacionados con
la introducción y/o difusión de nuevos productos y
procesos tecnológicos. Conceptualmente, la idea es
reejar, que el interés de la sociedad en invertir en la
generación de nuevos conocimientos y tecnologías
no está concentrado en estos por sí mismos, sino
en el mayor bienestar que se puede obtener a partir
de su utilización, es decir, el proceso de innova-ción.
También hay un reconocimiento implícito de que los
sistemas se han diversicado y hoy participan una
multiplicidad de actores, públicos y privados, sin un
liderazgo único, donde la innovación resulta de una
complementación de conocimientos y esfuerzos de
distintos orígenes (universidades, centros privados de
investigación, empresas, ONG, etc.), y, sobre todo, de
un mayor involucramiento de los propios productores.
Este proceso está en estadios iniciales y existe mucha
discusión conceptual acerca de que es lo que ello
implica, pero poco se ha avanzado en cuestiones
concretas de políticas e implementa-ción (Banco
Mundial 2011). En este sentido, dos cuestiones parecen
importantes. Una es como vincular la investigación y los
procesos de innovación (ámbitos, responsabilidades,
actores, ins-trumentos); el segundo es la inserción
de las instituciones de investigación agroalimentaria
en los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e
innovación. Este segundo aspecto es de particular
importancia por el papel que estas instituciones han
tenido y por el hecho de que han estado relativamente
aisladas del resto de las instituciones cientícas y
tecnológicas, probablemente como resultado de las
condiciones imperantes al momento de su creación.
5. Innovación y tecnología agrícola como
vehículo para el cumplimiento de los
Objetivos del Desarrollo Sostenible
Sin dudas, lo expuesto en el acápite anterior plantea
la necesidad de repensar las actuales estruc-turas y
construir una red de vinculación/asociación con otros
centros de I&D e investigación. En este sentido, los
sistemas nacionales deberían trabajar más con sus
referentes regionales, in-cluidos los mecanismos
regionales de cooperación, tales como los programas
cooperativos de in-vestigación (PROCIs), el Centro
Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza
(CATIE), y los centros del CGIAR -especialmente los
localizados en la región como CIMMYT, CIAT Y CIP – así
como con centros de investigación y universidades de
fuera de la región. Avanzar en este sentido representa
una opción estratégica tanto en cuanto a mantener
contacto con la fron-tera del conocimientos, como
para – vía evitar duplicar esfuerzos - hacer un uso
más eciente de los recursos, lo cual puede ser de
particular relevancia para los países mas pequeños
donde las limitaciones del lado de la inversión son mas
importantes.
Tabla 1. Capacidades de generar y aprovechar desbordes
tecnológicos de los INIA en América Latina y el Caribe
Fuente: Sain y Ardila (2009).
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
123
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
En línea con esto, las innovaciones y avances
tecnológicos están atravesando todas las esferas
de nuestra sociedad. Pueden ayudar a erradicar
la pobreza, permitir el acceso de todos los niveles
sociales a educación de calidad, ayudar a encontrar
curas para enfermedades, expandir la base de
conocimiento, mejorar de manera signicativa el
uso de los recursos naturales, mejorar la toma de
decisiones y la gobernanza, asegurar mayores niveles
de transparencia e inclusión y hacer la economía
circular posible, entre otros aspectos. En este sentido,
los benecios atraviesan, en mayor o menor modo,
todos los ODS planteados en la Agenda 2030.
Dado el carácter de este trabajo, en este acápite
nos centraremos en aquellos ODS que enten-demos
que serán más fuertemente incididos por la nueva
tecnología agropecuaria, y cómo esta podrá ayudar el
cumplimiento de los mismos.
De acuerdo a lo resaltado, los ODS que obtendrán mayor
probabilidad de cumplimientos gra-cias al aporte de
la innovación agrícola son: ODS1; ODS2; ODS4; ODS5;
ODS7; ODS8; ODS9; ODS10; ODS11; ODS12; ODS13 y
ODS15. Si bien la dimensión del impacto varía en cada
caso, se intentará exponer los principales elementos
en donde la innovación agropecua-ria incidirá en los
ODS identicados. El agrupamiento de los ODS, es
resultado de facilitar la lógica narrativa, reduciendo la
reiteración de conceptos.
i. Sistemas de innovación como promotores del
cambio tecnológico (ODS9)
Si bien parece redundante, durante años los sistemas
públicos nacionales de innovación y trans-ferencia
han sido fundamentales para el avance tecnológico
en la producción agropecuaria. Hoy día, gracias a la
aparición de nuevos actores (tanto públicos como
privados), los sistemas de in-novación tradicionales
han moderado su inuencia, aunque en muchos casos
aún siguen siendo el motor principal de la aparición y
aplicación de tecnología moderna.
Teniendo en consideración las nuevas estructuras de
los sistemas de innovación y las ventajas que otorga
la apropiabilidad de los eventos en lo que a búsqueda
de nanciamiento reere, los sistemas nacionales
de investigación deberán procurar integrarse a una
red más amplia de gene-ración de conocimiento,
ampliando sus interacciones con nuevos actores y
disciplinas.
ii. ecnología como medio para reducción de la pobreza
(ODS1) y eliminación del hambre (ODS2)
Dadas las disparidades existentes, el fortalecimiento
de las capacidades nacionales para la gene-ración y
transferencia de tecnología agrícola es fundamental
para el incremento de la producti-vidad. Dicha
mejora incrementará los ingresos de los productores
rurales y de los demás actores intervinientes en las
cadenas de valor agropecuarias, reduciendo los
índices de pobreza, en espe-cial en lo que reere a las
comunidades rurales. Asimismo, el incremento de la
producción no sólo podrá garantizar el alimento de los
productores de estructura familiar y/o pequeña escala,
sino que, gracias a su mayor volumen y menores
costos, también incrementará la cantidad total de
alimentos disponible y ofrecerá mejores condiciones
de acceso para el resto de la población. No obstante, es
necesario enfocar la visión de los sistemas nacionales
de innovación y trans-ferencia hacia una economía de
mercado. En este sentido, los sistemas públicos de I&D
y de extensión agropecuaria tienen mucho que hacer
en lo referente a resolver las fallas de mercado que
afectan a los productores rurales, en especial a los de
pequeña escala. Abandonar los sistemas orientados
a la producción de subsistencia resulta necesario si
se quiere lograr sacar de la “trampa de pobreza” en
la que está atrapada gran parte de la población rural
regional. En todo caso, junto con los programas
agrícolas, será necesario desarrollar políticas apoyo
social que contemple las necesidades de la población
rural más vulnerable.
iii. Tecnología agropecuaria y su incidencia en la
reducción de la desigualdad económica (ODS10),
educación de calidad (ODS4) y brecha de género
(ODS5)
La tecnología moderna ha permitido una más rápida
y equitativa difusión del conocimiento. In-ternet
y las TIC se han convertido en la puerta de acceso a
una multitud de servicios básicos para la sociedad,
facilitando el acceso a la educación y la salud, pero
también a la comercialización y la bancarización de las
comunidades rurales. Incluso con sus limitantes, ello
trae signicativas mejoras en lo que a la reducción de
brechas reere. Los sistemas de innovación nacionales
deben hacer uso de estas ventajas para acercarse a
las poblaciones rurales, generando nuevos sistemas
de transferencia de tecnología agropecuaria que
contemplen estos nuevos mecanismos de difusión
y/o aplicación. El desarrollo de aplicaciones y otros
Los sistemas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnología
124
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
aplicativos móviles que faciliten el acceso a información
y servicios agropecuarios, es una dimensión esencial
a considerar en los nuevos sistemas de innovación y
transferencia.
iv. Tecnología agropecuaria, energías renovables
(ODS7) y su rol en protección del medioambiente
(ODS15) y la lucha contra el cambio climático (ODS13)
Gran parte de la nueva matriz energética sustentada
en energías renovables está vinculada a la tecnología
agropecuaria. La aplicación de tecnología moderna no
solo permite aprovechar recursos hasta hoy inutilizados
(biomasa, heces y otros desechos orgánicos), sino que
a través de la aplicación localizada, sistemas de mínima
labranza, uso eciente del agua, etc., reduce los
impactos en el ambiente y colabora en la lucha contra
el cambio climático.
El incremento de las preocupaciones por el cambio
climático aumenta la necesidad de volcar los sistemas
de producción actuales hacia modos más sustentables.
La “intensicación soste-nible” y el cambio de matriz
energética trae aparejada toda una nueva área de
exploración y aplicación para los sistemas nacionales
de innovación (utilización de biomasa, recuperación
de suelos, estimación de emisiones, etc.) y nuevas
oportunidades de desarrollo económico para las
comunidades rurales. En este sentido, el diseño
e implementación de medidas de mitigación y
adaptación deben conformar una parte importante
de la nueva agenda de los institutos públicos de I&D
y extensión. Allí también existen oportunidades de
coordinar la agenda pública con el sector privado,
identicando prioridades de inversión e investigación
(ODS10, ODS4, ODS5).
v. Tecnología agropecuaria como fuente de empleo y
crecimiento económico (ODS8)
La tecnología agropecuaria y las posibilidades que abre
la nueva “economía circular” traerán signicativos
cambios en la calidad del empleo agropecuario. Si
bien aún cuesta dimensionar su impacto en cuanto a
la cantidad absoluta, las nuevas tecnologías permitirán
crear empleos de mayor calidad y calicación,
independientemente del lugar de residencia,
ofreciendo mayores oportunidades de desarrollo
profesional y económico para los pobladores rurales
y las pequeñas zonas pobladas de inuencia. En
cualquier caso es necesario que los sistemas nacionales
de inno-vación dimensionen la potencialidad de
estas innovaciones más allá de la nca, e identiquen
los mecanismos institucionales que promuevan su
expansión, en tanto, hay sustanciales impactos tanto
en empleo como en crecimiento económico para cada
localidad y/o región especíca.
vi. Ciudades sostenibles (ODS11), consumo responsable
(ODS12) y tecnología agropecuaria
La tecnología moderna ha facilitado el acceso a la
información por parte de los consumidores. Hoy ya no
es suciente con remarcar las cualidades nutritivas de
los alimentos, también hace falta incorporar aspectos
sociales y ambientales. Aún cuando este este tipo de
requerimientos es toda-vía incipiente en los países de
la región, será cada vez más común y los institutos de
innovación deberán servir de apoyo en la validación de
estas nuevas “aptitudes” en los alimentos (sistemas
de trazabilidad, certicaciones, etc.). E incluso,
también podrían participar en el desarrollo de este
tipo de iniciativas n promover la captación de mayor
valor agregado por parte de los agricultores (el caso
de Carne Carbono Neutro, promovido por EMBRAPA
es un claro ejemplo de ello)
12
.
Asimismo, es necesario que los organismos de
I&D trabajen con mayor cercanía con sus pares de
organismos tosanitarios, a n de no sólo trabajar en
dar respuestas a problemas sanitarios que pudieran
estar afectando la producción rural, sino también, para
dar herramientas de defen-sa cientíca frente al virtual
incremento de barreras no arancelarias al comercio.
Sin dudas, la tecnología atraviesa, en mayor o menor
manera, a casi todos los ODS. Sin em-bargo, los
sistemas públicos de I&D y extensión agrícola deberían
enfocarse en el trabajo sobre aquellos “bienes
públicos” que tienen mayor capacidad de contribución
al incremento de la producción, la generación de valor
agregado y al desarrollo territorial.
En este sentido, la tecnología nos da la oportunidad
de resolver una falla de mercado muy co-mún en
los mercados agrícolas, la falta de información clara
y precisa sobre sistemas productivos, cuidado de
cultivos, precios y condiciones de comercialización,
lo que afecta principalmente a los agricultores de
pequeña escala y/o de estructura familiar (ODS4,
ODS10 y ODS5). Indi-rectamente, ello traerá mejoras
en el empleo y el crecimiento económico (ODS8),
12. Ver https://www.embrapa.br/busca-de-solucoes-tecnologicas/-/produto-servico/3488/marca-con-ceito-carne-carbono-neutro
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
125
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
provocando impactos positivos en pobreza (ODS1) y
reducción del hambre (ODS2).
Por otro lado, los sistemas públicos no deben
desaprovechar la oportunidad de que los produc-
tores rurales puedan generar valor a través de los
desechos de producción (ODS7). Su desarrollo no sólo
posee desafíos técnicos, sino también normativos y
estructurales que requieren ser regu-ladas. Los I&D
agrícolas tienen mucho que aportar al respecto, pero
será necesaria la interacción con actores de otras
esferas (tanto públicas como privadas).
Por último, los organismos de I&D agrícola deberán
trabajar denodadamente para adaptar la producción a
las nuevas condiciones climáticas. El cambio climático
exige una clara política de adaptación y mitigación a
n de contrarrestar los efectos adversos que se prevén
para la mayor parte de los cultivos de la región.
6. Reexiones nales: ejes de trabajo para las
nuevas políticas de innovación y transferencia
de tecnología
Una mirada retrospectiva de las cuestiones
presentadas resalta que uno de los principales proble-
mas que hoy enfrenta la región en cuanto a sus
políticas de investigación y desarrollo tecnológi-co
agropecuario, es la necesidad de adaptar los esquemas
existentes al contexto actual que estas actividades
deben contribuir.
En este marco, y puesto que la mayor parte de los
ODS están atravesados por el aporte de la tecnología,
los actuales sistemas nacionales de innovación y
transferencia existentes en la región pierden capacidad
para contribuir al cumplimiento de los mismos. Las
instituciones y orienta-ciones existentes en la mayoría
de los casos reejan situaciones y prioridades de
otras épocas, y esto es un factor negativo para la
efectividad de la Agenda 2030. Todos los aspectos
discutidos resaltan el papel y las oportunidades para
la investigación y el desarrollo tecnológico, y esto
debe reejarse en los mecanismos institucionales para
contener y promover las actividades, las priori-dades
de inversión, así como para enfrentar los efectos
colaterales sobre los distintos sectores de la agricultura
asociados a los nuevos escenarios. En este sentido, a
continuación, presentamos algunas reexiones nales
sobre los temas y ámbitos de trabajo especícos a
considerar.
El marco institucional para la innovación y transferencia
de tecnología agropecuaria. Los esquemas vigentes
han sido superados tanto en lo cientíco–tecnológico
como en lo operativo. La incipiente irrupción del
concepto de sistemas nacionales de innovación
agropecuaria es un marco que abre oportunidades
para incorporar nuevos actores al proceso, así como
facilitar la interacción entre las ciencias biológicas y
otras áreas del conocimiento en los nuevos procesos de
innovación (ODS9). Estas capacidades, cuando existen,
están dispersas, y hay poca tradición de cooperación;
avanzar en los mecanismos de integración alrededor
de objetivos comunes resulta una prioridad. Al mismo
tiempo, el sector privado se ha vuelto un actor
estratégico para la innovación. No solo porque muchos
de los nuevos conceptos tecnológicos son apropiables
y las empresas juegan un papel central para su llegada
al mercado, sino también porque los cambios en los
servicios de extensión han ido en la misma dirección
(ODS4). Una integración de las políticas de ciencia,
tec-nología e innovación agropecuaria y otras políticas
sectoriales, con la política cientíco-tecnológica global,
el desarrollo de empresas de base tecnológica y el
diseño de mecanismos de nanciamiento efectivos,
son áreas que no pueden dejar de integrar la agenda
de trabajo.
Las prioridades de trabajo e inversión. En general
las prioridades de la I&D han estado alta-mente
focalizadas en la solución de problemas productivos,
la mejora en el manejo de los recur-sos naturales
(ODS13 y ODS15), y sobre todo en una “visión corta”
del sector agropecuario y como este se inserta en el
resto de la economía y la sociedad. Los escenarios que
están comen-zando a delinearse plantean una agenda
más amplia, donde los temas vinculados a la cadena
de valor, calidad, nutrición (ODS2 y ODS3), producción
de energía (ODS7) y utilización indus-trial de biomasa
(ODS8), deben recibir una mayor atención.
Los efectos distributivos de los nuevos escenarios
y las políticas públicas. El cambio tecnológico tiene
consecuencias y efectos sobre la competitividad del
sector. Los nuevos escenarios no son la excepción y,
por lo tanto, es indispensable que estén acompañados
por políticas y acciones especí-camente dirigidas
a asegurar la participación equitativa de todos los
sectores involucrados (ODS10). Más allá del hecho
de que cualquier nuevo arreglo tecnológico afecta la
productividad de los factores y la manera en que los
distintos sectores participan de los benecios que
Los sistemas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnología
126
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
producen, las tendencias descritas traen aparejadas
una redenición del carácter público-privado de
muchas áreas de investiga-ción y desarrollo. Esto
tiene consecuencias de distinto orden. Por una
parte, las mayores posibilidades de apropiabilidad
deberían incentivar una más activa participación
del sector privado en el nancia-miento y desarrollo
de las mismas, lo cual es positivo en el escenario de
subnanciamiento que en-frentan la mayoría de los
sistemas de investigación y desarrollo de la región.
13
Por otra parte, la natura-leza de las nuevas tecnologías
puede afectar negativamente a ciertos sectores
de la pequeña agricultura familiar, particularmente
a aquellos que enfrentan mayores restricciones
en cuanto a disponibilidad de recursos y/o acceso
a infraestructura o servicios. En este sentido, las
estrategias públicas de trabajo con el sector deberían
concentrarse en la provisión de aquellos bienes
“bienes públicos” que revisten menor interés para
los restantes actores del sistema de innovación.
Contemplar políticas y acciones explícitas dirigidas
promover un acceso más equitativo a las nuevas
tecnologías (créditos, capacita-ción, desarrollo de
infraestructuras estratégicas, subsidios especícos a
prestadores de ciertos servicios tecnológicos, etc.), y
el fortalecimiento de las instituciones nacionales de
investigación y desarrollo tecnológico para que puedan
ser más efectivas en contribuir a corregir las fallas de
mercado existentes y asegurar los niveles de inversión
requeridos para que se atiendan adecuadamente las
necesidades de esos sectores, deberían ser prioridades
de esta agenda.
La gobernanza de la transferencia internacional
de tecnología. Las dicultades de acceso (y las
consecuencias asociadas a las mismas), no se dan
solo al interior de los países, sino también entre ellos,
con potenciales efectos desfavorables para los países
de menor desarrollo relativo. Aspectos tales como la
mayor importancia de la investigación básica en los
procesos de innovación, así como la generalización
(e internacionalización) de marcos de protección a
la propiedad intelectual de las nue-vas tecnologías,
les plantean mayores dicultades de acceso a las que
ya vienen enfrentando. En este contexto parecería
que se reinstala a nivel internacional la discusión
de mecanismos de gobernanza y regulación de los
sistemas de investigación y transferencia de tecnología
para el agro, bajo la premisa de que aseguren un acceso
más equitativo de todos los países y agricultores a las
oportunidades y benecios de los nuevos conceptos
tecnológicos. Estas perturbaciones se vuelven más
importantes en los países tropicales, donde la escala
no solo está afectada por el tamaño de sus economías,
sino también porque su diversidad agroecológica
suele ser mayor. En este contexto, cuando se piensa
en la estrategia futura, la cuestión del tamaño de las
economías y cómo eso se reeja en las capacidades
de inversión y escala de trabajo de las instituciones de
investigación, es un tema ineludible. De este modo,
la construcción de sólidas redes de vinculación con
los sistemas públicos regionales de I&D y extensión
agrícola, y con el sector privado, se vuele fundamental
a la hora de logra mayores eciencias.
Sin dudas, en los nuevos sistemas nacionales de
investigación e innovación, el sector privado muestra
un fuerte incremento de sus capacidades, tomando la
iniciativa en muchas de las anti-guas preocupaciones
de los sistemas públicos.
En este contexto, estos últimos deberían aprovechar
la oportunidad para enfocar sus agendas en promover
la I&D y extensión en aquellos “bienes públicos”
que revisten mayor interés para el desarrollo de los
territorios rurales y que, por su naturaleza, no ofrecen
interés para el resto de los actores del sistema de
innovación.
Referencias bibliográcas
Ardila, Jorge (2010) Extensión rural para el
desarrollo de la agricultura y la seguridad ali-
mentaria. Aspectos conceptuales, situación y una
visión de futuro. IICA, San José.
ASTI (2018). Agricultural Science and Tech-nology
Indicators. IFPRI. https://www.asti. cgiar.org/data.
Duan, Yan-e (2011). Research on Integrated
Information Platform of Agricultural Supply Chain
Management Based on Internet of Things. Journal
of Software, Vol. 6, Nº. 5.
FAO (2014). Estrategias de reformas institucio-
nales en inversiones para los Sistemas de Exten-
sión y Transferencia de Tecnología en Centroa-
mérica y República Dominicana. FAO, Ocina
Subregional para Mesoamérica, Panamá.
13. La participación del sector privado esta por debajo de lo que ocurre en otras partes del mundo (Beintena et.al. 2012).
Eduardo J. Trigo y Pablo Elverdin
127
compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 3, Año 02. Vol 1 Ene-Jun. 2020.
Nienke, M.; Beintema, N.; Stads, G.; Flugie, K.;
Heisey, P. (2012). ASTI Global Assess-ment of
Agricultural R&D Spending: Develo-ping Countries
Accelerate Investment. IFPRI, Washington.
Nin-Pratt, A.; Falconi, C.; Ludena, Ca.;, Mar-
tel P. (2015). Productivity and performance of
agriculture in Latin America and the Caribbean:
from the lost decade to the commodity boom. IDB
Working Paper Series ; 608, Washingto DC.
OECD (2009). The Bioeconomy to 2030: Designing
a Policy Agenda. OECD, París.
Piñeiro, M.; Trigo, E. J., eds. (1983). Tech-nical
Change and Social Conict in Agricul-ture: Latin
American Perspectives. Westview Press, Boulder,
Colorado.
Sain, G. y Ardila J. (2009) Temas y oportu-nidades
para la investigación agropecuaria en América
Latina y Caribe, “Foro PROCISUR de Prospección”,
IICA, Montevideo.
Stads, G.; Beintema, N.; Pérez, S.; Flaherty, K. y
Falcioni, C. (2016). Investigación Agropecua-ria en
Latinoamérica y el Caribe. ASTI/BID.
Trigo, E.; Mateo N. y Falconi C. (2013). Agricultural
innovation in Latin America and the Caribbean:
institutional scenarios and me-chanisms.
InterAmerican Development Bank, Technical Note
#528, Washington DC.
Trigo, E. y Cap E. (2013). Transforming agriculture
in Argentina: the role of genetica-lly modied (GM)
crops. In Bennett David J. and Jennings Richard
C. (eds.) “Successful Agricultural Innovation in
Emerging Econo-mies” Cambridge University
Press (ISBN 978- 1-107-02670-4 Hardback)
Trigo E. y Villarreal F. (2009). Análisis y Discu-
sión sobre el Mejoramiento Vegetal y las Capaci-
dades Biotecnológicas en América Latina y el Ca-
ribe. Plant Breeding and Related Biotechnology
Capacity Assessments -PBBC-; Global Partners-hip
for Plant Breeding Capacity Building -GIPB-; Food
and Agriculture Organization -FAO-.
Trigo, E. J.; Piñeiro, M.; Sabato, J. (1983). La Cuestión
Tecnológica y la Organización Agropecuaria en
América Latina. Desarrollo Económico, 23 (89).
Trigo, E.; Falck Zepeda, J. y Falconi, C (2010).
Biotecnología agropecuaria para el desarrollo
en América Latina: Oportunidades y Retos.
Documentos de Trabajo LAC 01/10, Programa de
Cooperación, FAO/Banco In-ter-Americano de
Desarrollo.
Vogel, B. (2014). Smart Breeding: ‘Marker-As-
sisted Selection: A noninvasive biotechnology al-
ternative to genetic engineering of plant varieties’
Prepared for Greenpeace International by Benno
Vogel (www.benno-vogel.ch)
World Bank (2011) Chile’s Agricultural In-
novation System: An Action Plan Towards
2030 (https://openknowledge.worldbank.org/
handle/10986/2779?locale-attribute=es).
Los sistemas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria de América Latina y el Caribe en el marco de los
nuevos escenarios de ciencia y tecnología