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compromiso social
COMPROMISO SOCIAL. Revista de la UNAN-Managua, Extensión Universitaria,
N° 2, Año 01. Vol 1 Jul-Dic. 2019.
comparaciones con los demás creándose vacíos e
insatisfacción.
Por ello, trabajar de manera adecuada las relaciones
con uno mismo y con los demás, es clave para un buen
manejo de la autoestima, a ello podemos llamarle
gestión adecuada de la autoestima.
Bonet (1997), citado por Calderón, Mejía y Murillo
(2014, p. 16), “sostiene que la autoestima es la
valoración que tiene el ser humano de sí mismo,
la actitud que maniesta hacia sí mismo, la forma
habitual de pensar, de sentir, de comportarse consigo
mismo y que la autoestima puede ser académica,
social, interpersonal”.
De igual manera Gardner (2005), citado por Calderón,
Mejía y Murillo (2014, p. 17), considera que la
autoestima es autovaloración, a la vez una manera
de ser y comportarse que deja manifestada creencias
y rasgos culturales, a la vez, asegura que es posible
mejorarla, es aprendida desde los 5-6 años entrada la
edad escolar y se empieza a formar con las expresiones
que se reciben de los padres, docentes, amigos y las
experiencias que propician los ambientes.
La autoestima es dinámica no inamovible, así lo
expresan Calderón Mejía y Murillo (2014, p.18), quienes
a la vez sostienen que “(…) puede crecer, desarrollarse
y fortalecerse, y en ocasiones puede devaluarse en
forma situacional por fracasos especícos en áreas
determinadas”. Es posible concluir que la autoestima
es la suma y expresión de los aprendizajes encaminados
de la manera positiva o negativa.
Respecto esa relación entre la autoestima y los
estímulos propios de la terapia musical, se puede
mencionar que la Dra. Fernández de Juan (2001, p.
24), psicóloga e investigadora de musicoterapia de
origen Cubano, dene musicoterapia como un “…
tratamiento a través del uso controlado de la música y
de sus elementos partiendo de que desde la vida fetal
el ser humano percibe los distintos sonidos, teniendo
esto gran importancia en el transcurso de su vida”.
Acevedo (1999), arma que actualmente las actividades
musicoterapéutica se presentan como musicoterapias
activas, receptivas e integradas. Las primeras persiguen
la integración y la expresión verbal o extra verbal. En
la activa, las personas son creadoras del fenómeno
musical. Las segundas consisten en la audición de
obras musicales a n de provocar relajamiento físico y
distensión. Las integradas como bien sugiere, intenta
realizar una fusión de las primeras con las segundas
con el n de alcanzar benecios saludables.
Lucas (2013, p, 7), citado por Hernández Ruano (2015),
rearma que la musicoterapia en la educación en
general:
“Aumenta la motivación para el estudio, mejora
la comunicación, facilita la memorización, ayuda al
carácter moral e intelectual, mejora la salud física,
favorece habilidades matemáticas y lectoras,
puede generar cambios actitudinales positivos,
mejora el comportamiento, reduce conductas
disruptivas o disfuncionales como la enuresis,
mejora las habilidades de toma de decisiones”.
En relación con la Terapia Musical, Almansa (2003, p.
2) en: Terapia musical como intervención enfermera,
plantea que para “… la National Association for
Music Therapy (NAMT), es el uso de la música en la
consecución de objetivos terapéuticos: la restauración,
el mantenimiento y el acrecentamiento de la salud
tanto física como mental”. Asimismo, Salas (2004, p, 2),
plantea que la terapia musical es denida como el uso
de la música para contribuir con cambios especícos
positivos en la siología, emotividad y conducta de los
individuos. Asimismo, sostiene que la terapia hoy día
se vale de una intervención multidisciplinar y justica el
uso de la música de forma terapéutica. Sostiene que la
música estimula los comportamientos de las personas,
lo cual está ampliamente documentado “(…) en la
literatura de investigación y son una experiencia
sensorial humana común”.
Como es posible observar, estas comprensiones de la
terapia musical pretenden emplear la música como un
recurso posibilitador de sanación psicofísico. De esta
manera la terapia musical debe lograr el desarrollo
de habilidades conscientes del poder curativo de
la música, de todo tipo de recursos metódicos y
técnicos que garanticen el despliegue psicomotor,
comportamental, afectivo, siológico, molecular y
neuroinmunológico de los participantes como una
estrategia de estímulo a las diferentes áreas del
crecimiento y desarrollo personal.
Se considera pertinente el fortalecimiento de la
autoestima en adolescente que oscilan entre las
edades de 15-18 años, que participan en la casa
municipal del adolescente del municipio Juigalpa en
Chontales, como parte de las políticas socioculturales
Terapia musical. Una estrategia comprometida con la autoestima de la juventud